Los rugbiers acusados de abuso y aquella “noche desgraciada”

A siete meses del supuesto abuso cometido por 5 jugadores de rugby contra una chica, se esperan dos medidas de prueba más y, de no pasar nada relevante, el caso irá al sobreseimiento. Detalles del expediente y las denuncias de la presunta víctima contra e

La noche en que su vida iba a cambiar para siempre, Florencia (24, nombre ficticio) se puso un vestido liviano acorde a los 29 grados que pronosticaban en la fiesta de la casa de José Hervida, el manager de la Unión Rugby de Cuyo, en el barrio cerrado Laderas de Chacras.

La chica llegó a los festejos del campeonato argentino que había obtenido el grupo de varones. Florencia conocía a varios porque ella jugaba en la rama femenina de la selección de rugby local.

La fiesta tuvo lugar la noche del 22 de diciembre. Pero cuando llegó la madrugada del 23 todo cambió. Según se desprende del expediente, "entre las 2 y las 3.15 posiblemente hubo abusos sexuales de parte de algunos hombres de la fiesta".

La casa de Hervida, a quien llaman "Gaita", es extraña: ubicada sobre la ladera de un cerro, está invertida: abajo están las habitaciones y arriba se desarrollaba la fiesta.

A las 2 de la mañana -según algunos testigos- Florencia fue "abajo" con el jugador Ignacio Ceschín. Luego el joven apareció por la fiesta pero ella no. Después la misma amiga bajó y vio a Florencia con otro jugador, Enzo Falaschi, en el baño, "como transando pero vestidos", dice.

Al rato Falaschi volvió a la fiesta pero Florencia no. Otro testigo asegura que al volver por ella la encontró con dos hombres en la cama. "El dueño de casa (Hervida) y Lisandro Biffi, ambos la tocaban y le decían cosas al oído".

La chica dice que la sacó de esa situación "porque estaba borracha", y cuando se la llevó al baño notó que Florencia no tenía bombacha. A las 3 y media de la mañana Florencia, su hermana y su amiga se fueron de la fiesta.

Antes de salir, el dueño de casa, le hizo un comentario a la hermana de Flor del que seguramente se arrepentirá de por vida: "Qué brava tu hermana, estuvo como con 5 tipos".

A casa

Florencia estaba como borracha. En el camino a casa vomitó varias veces en el auto, pero no recordaba nada. Al día siguiente, debido al comentario de Hervida, su hermana le dijo que fueran a hacerse el kit preventivo por embarazo o enfermedades venéreas. Y la noche del 23, después de pasar por el hospital Central, fueron a la Oficina Fiscal 1 de Ciudad para denunciar el hecho. De allí la mandaron a la Fiscalía 15 de Maipú-Luján. En la madrugada del 24, Florencia hizo la denuncia por abuso sexual por más que no se acordaba de nada.

A la mañana siguiente, Florencia estaba contrariada: su cuerpo le decía que había tenido relaciones. Le mandó un whatsapp al dueño de casa. "¿Con cuántos estuve?", le preguntó. Hervida contestó con el nombre de al menos cinco jugadores. Fue ese escrito lo que rompió el dique: las sospechas de Florencia comenzaban a tomar forma. Luego mantuvo otra conversación por whatsapp con el jugador Sebastián Vanin (quien figura en la charla como Chebi): "Y, estuvimos juntos", le contestó el jugador.

A mediados de enero, el fiscal Flavio D'Amore, subrogante de su colega Hernán Ríos, imputó a siete jóvenes de abuso sexual agravado, menos al dueño de casa: para él hubo abuso sexual simple. El caso estalló en los medios.

El suceso contaba con todos los ingredientes para el periodismo aburrido del mes de enero: jugadores de rugby, chicas, Vistalba y la hasta presencia de Biffi, hermano de un funcionario del gobierno de Cornejo.

El escándalo se trasladó a las redes sociales. Mientras se comprobaba que los estudios toxicológicos hechos a Florencia se habían hecho tarde (27 horas después del supuesto hecho cuando ni el alcohol  ni las drogas pueden aparecer), la chica comenzó a ser atacada por las redes sociales: le decían que inventaba todo.

En febrero se hicieron los estudios de ADN en la bombacha y vestido de la denunciante. En el vestido hallaron restos genéticos de Vanin y Ceschín; y en la ropa interior restos de una "mezcla parcial" (puede ser restos de orina, saliva o líquido seminal) de ambos jóvenes y de Florencia.

Dos sobreseídos

Para entonces, el fiscal Hernán Ríos había regresado de la feria y tomó las riendas del caso. Todos, menos Vanin y Ceschín, negaron "haber estado" con Florencia. Más tarde fueron sobreseídos los jugadores Maxi Filizzola y Exequiel Pelaia: se comprobó que no estuvieron ni cerca de la denunciante aquella noche.

Los abogados de Florencia comenzaron a pedir que Ríos llamara a declarar a su defendida; pero para el fiscal era suficiente con lo que ella había dicho en sede judicial el 23 de diciembre. Ríos, cuando se exhibieron los videos de la fiesta, aseguró que la denuncia de Florencia era falsa. La defensa de la chica sostuvo que las filmaciones eran al menos confusas.

En mayo, Ríos pidió el sobreseimiento de todos los cinco imputados. Los abogados de la chica hicieron dos recusaciones contra Ríos por "pérdida de objetividad", pero ambas fueron desestimadas.

Entretanto, el juez de Garantías Mangiafico pidió que el caso se siguiera investigando y por fin Ríos le tomó declaración a Florencia el 15 de junio.

Según la chica, su declaración fue una revictimización: "Fuimos citadas a declarar junto con mi hermana y mis amigas que estuvieron presentes aquella noche desgraciada. En las testimoniales el fiscal Ríos mostró, una vez más, haber perdido el deber de objetividad, además de un marcado maltrato y animosidad hacia mi persona y las testigos", denunció ante la Dirección de Enlace Institucional del Ministerio Público Fiscal de Mendoza, Rosana Dottori.

La animosidad entre el fiscal Ríos y Florencia fue respirable en la audiencia. La chica, de hecho, lo ha denunciado en además cinco oficinas -entre el Poder Judicial y el Legislativo. 
Ríos, por su parte, espera que todo pase para sobreseer a los cinco deportistas acusados. Para él, Florencia miente y los rugbiers deben dejar de tener encima semejante acusación.

Como contrapartida, la denunciante declaró que rehúsa a cualquier tipo de resarcimiento económico de parte de los imputados y que solo quiere que "los que me hicieron eso, paguen".

El viernes 4 de agosto, en la última de las audiencias, el juez Mangiafico le dio una vida más a la causa al acceder a que se le amplíe la pericia psicológica a Florencia y a que se llame a declarar a una testigo -"de gran importancia" según la defensa- que hasta ahora no lo ha hecho.

Una vez que eso suceda quedarán dos caminos: el juicio oral o cinco sobreseimientos de un caso que pasó de una noche de diversión a siete meses de pesadilla.

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