Los padres del ciclismo nacional

Los godoicruceños Cosme y Remigio Saavedra marcaron una época en la década del ‘20 y ‘30. Uno fue el primer olímpico y por el otro se instituyó el Día del Ciclista.

El ciclismo mendocino no sólo parió al gran Ernesto Contreras, sino también a quienes fueron considerados los padres del ciclismo nacional: los hermanos Saavedra, oriundos de Godoy Cruz, que descollaron en las décadas del '20 y el '30. Fueron diez hermanos, pero cuatro se dedicaron al ciclismo y dos -Cosme y Remigio- fueron la marca registrada más importante del deporte pedal nacional. A tal punto llega su trascendencia, que en homenaje a Remigio se institucionalizó el 5 de diciembre (fecha en la que 1981 unió Mendoza con Buenos Aires), el Día del Ciclista.

En esa época que se competía con pesadas y duras bicicletas de hasta 10, 12 y 15 kilos y por caminos de ripio y tierra que parecían huellas interminables que se convertían en barro y agua cuando llovía con cierta intensidad, en una Doble Cañuelas, se dio el hecho inédito de que tres Saavedra finalizaran en los tres primeros escalones: 1° Cosme, 2° Remigio y 3° Carmelo.

Cosme era el mayor y fue el primer mendocino en participar de dos Juegos Olímpicos (1924 y 1928). Cuentan los historiadores que se dedicó primero al atletismo y a los 18 años se subió por primera vez a una bicicleta y a los 21 empezó a correr.

En París 1924, ocupó el 30° puesto entre 59 participantes en la prueba de ruta de 188 km de recorrido, una de la más importantes de los Juegos además de la tradicional maratón olímpica. En Amsterdam 1928, el mendocino mejoró su posición anterior y finalizó en el 15to. lugar en la competencia de ruta de 168 km, a 26m 01s del ganador, el representante de Dinamarca Henry Peter Hansen. También intervino en una contrarreloj por equipos junto a José López y Francisco Bonhevi, en la que terminaron octavos.

Cuando Mendoza le quedó chica Cosme se radicó en Buenos Aires. Hizo su debut con un espectacular triunfo en las 10 Horas a la Americana en pareja con Antonio Del Gesso. Más tarde se impuso en seis oportunidades (cinco consecutivas) en la clásica Rosario-Santa Fe de esos tiempos y también resultó seis veces vencedor de la Doble Bragado (1924, '25, '27, '28, '29 y '30).

Resultó campeón argentino de resistencia en 1926, 1931 y 1933 (marca igualada por Ernesto Contreras en 1959, 1970 y 1971), en las dos últimas oportunidades escoltado por su hermano Martín Remigio Saavedra, que ya le pisaba los talones.

También resultó campeón rioplatense de ruta en 1924, 1927 y 1930 y en otro hecho sin precedentes porque la pista no era su especialidad, en 1932 triunfó en el campeonato argentino de velocidad pura. En su última presentación en Europa fue sexto en el Mundial de Aficionados de Budapest en 1928. Falleció a los 66 años el 3 de julio de 1967.

Remigio era diez años menor nació el 1º de octubre de 1911, quinto de diez hermanos, y falleció en Buenos Aires el 5 de julio de 1998, a los 86 años de edad. Arrancó a los 14 años y completó una carrera en la que no quedó triunfo por conseguir. Ganó todo lo que se le puso enfrente en las rutas, entre ellas las clásicas argentinas más importante de esos años, corrió pruebas de Seis Días, lo que lo llevó a participar en seis en los Estados Unidos y dos en Canadá, y cuando estas pruebas llegaron a nuestro país se convirtió en protagonista de ellas en el Luna Park de Buenos Aires, ganando en tres ocasiones, en 1939 en equipo con el belga Camille Dekuysser y en 1943 y 1945 con el entrerriano Mario Mathieu. Hubo más títulos, entre ellos el sudamericano de persecución, e incluso ganó pruebas de velocidad en pista, pese a no ser especialista.

Apenas con 15 años fijó el récord sudamericano de las 3 horas y en su plenitud compitió en Chile, los Estados Unidos, Canadá y Europa. En el país del Norte residió dos años y entre 1940 y 1942 hizo un paréntesis en su carrera porque se dedicó al comercio.  Pero lo que lo llevó en andas a la historia fue la repetición en dos ocasiones de un espectacular desafío Como ser más rápido que el tren El Cuyano en recorrer la distancia de 1.101 kilómetros que separan a Mendoza de la Capital Federal detrás de un vehículo acondicionado con una pantalla que lo protegía del viento.

La primera fue un 13 de noviembre de 1943, a los 32 años, con el objetivo de mejorar el tiempo en que hacía ese viaje el convoy ferroviario El Cuyano, el más veloz de ese entonces. Remigio lo logró, ya que completó el recorrido en 17 horas 55 minutos y 33 segundos, a un promedio de 61.349 km/h. Y la segunda, con la que construye su escalón definitivo a la historia, la realizó el 5 de diciembre de 1981, ¡a los 70 años de edad! En esta ocasión, en la que el objetivo no era competitivo sino humanitario, ya que la hizo a beneficio de LALCEC, la Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer, completó el recorrido en 18 horas y 45 minutos, siendo recibido en el monumental Velódromo de Palermo por una enfervorizada multitud.

"Les pido perdón por haber llegado un poco tarde", fueron sus palabras al bajarse un poco acalambrado de la Pinarello con la que había completado la hazaña… “Este deportista de 70 años hace plantearle a la ciencia:¿es un accidente biológico o el resultado de una vida ordenada y plena de actividad física?”, decía un informe médico de aquella época.

“Ser pobre no es una desgracia. Si se sabe luchar, puede terminar siendo una bendición. Por eso, mi pobreza me emociona...", decía quien nunca se olvidó que la extrema falta de recursos lo impulsó a encarar la vida como una alegre lucha contra la adversidad. Fue lustrabotas, canillita y hasta se ganaba unos centavos vendiendo carbonilla que juntaba en los terrenos del ferrocarril a los herreros.

“Siempre quise elevarme. Si no pude más, no fue por culpa mía. Hice todo lo posible por darme y darle a los demás la imagen de que el deporte cambia al hombre. Por eso, nunca me gustó que en carrera un ciclista hiciera groserías o molestara a la gente. A ése siempre lo encaré para corregirlo", aseguró en algún momento. Después del retiro trabajó como asesor de Deportes de Buenos Aires.

17h55' de Mendoza a Buenos Aires. Ese tiempo tardó Remigio en unir los 1.100 kilómetros en 1943, raid que repitió en 1981 pero en el que tardó 18 horas y 45 minutos. En ese momento tenía 70 años de edad. Te mostramos como reflejó Los Andes aquellas gestas.

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