Los autos ahora se venden polarizados

El 80% de los compradores de 0 km pide, por seguridad o estética, que los vidrios vengan oscurecidos. Desde la Policía Vial aclaran que por ley, solo está prohibido colocar estos laminados en el parabrisas. Ya es un costo más al momento de comprar un vehí

Los autos ahora se venden polarizados

Full o básico. Con o sin aire acondicionado. Cierre centralizado o manual. Alarma, por las dudas. Eso sí, por favor con vidrios polarizados.

Al parecer, independientemente del modelo y los accesorios, la mayoría de los compradores de autos cero kilómetro tienen algo bien en claro: quieren que los vidrios del vehículo estén polarizados y es una decisión que responde a la inseguridad.

Ya sea pagando un poco más en la concesionaria -o no, depende de la negociación con el vendedor- o bautizando los primeros kilómetros andados llevándolo a una de las casas que se especializan en el rubro, cada vez más mendocinos deciden laminar los cristales de sus autos. “De diez personas que compran un auto, siete u ocho lo llevan polarizado”, indicó Armando Sánchez, quien trabaja en una concesionaria mendocina.

A esta tendencia se contrapone la Ley provincial de tránsito, que limita el uso de estos adhesivos, aunque técnicamente no los prohíbe.

“La ley establece que las personas que van en el interior de un vehículo deben poder ser divisadas a una distancia prudencial, por eso puede decirse que prohíbe los vidrios polarizados. No obstante, en ningún lugar se fija cuál es esa distancia ni tampoco se habla de que debe cumplirse desde cualquiera de los vidrios o si es de día o de noche. Por eso la ley no condiciona a la gente, que sigue polarizando y ve que esto se ha transformado en una necesidad para ir más seguros. Entonces lo que se hace es permitir que polaricen los vidrios, pero no el parabrisas. No obstante, hay gente que está polarizándolo también, y en ese caso es una falta grave y corresponde la retención del vehículo si se detecta”, resumió el subdirector de la Policía Vial, Antonio Cáceres.

En alza

Alicia está cerrando la compra de un Citroën C3 y en la agencia le han ofrecido polarizar los vidrios, algo que ella solicitó prácticamente como una prioridad. “Me cobran 800 pesos por una lámina que no es 3M -la de mejor calidad- o 1.500 pesos por 3M. Esta es buena, porque tiene un año de garantía y no se levanta. Igual lo estoy pensando, y también averiguando porque por afuera de la concesionaria consigo que lo polaricen por 1.000 pesos”, destacó la mujer.

Existen tres tipos de laminados estándar para polarizar cristales: el inicial -muy claro-, el “Embajador” -intermedio- y el “Presidencial” -más oscuro y que dificulta la visibilidad incluso del conductor. “El que más se usa es el Embajador, justamente porque es el término medio. La mayoría de los clientes que han comprado autos lo llevan polarizado desde acá. Y el arreglo depende de cada concesionaria, del vendedor y del precio del vehículo.

En algunos casos se ofrece bonificado el laminado o con descuentos, mientras que en otros se paga aparte. Lo mismo que la alarma”, indicó el vendedor Armando Sánchez.

Según el comerciante, en casi la totalidad de los compradores el argumento para polarizar los vidrios del auto es la sensación de seguridad. “Es una tendencia que ha crecido en los últimos tres años. Por ejemplo, hay mujeres que tienen terror de ir solas en el auto, porque consideran que son blanco fácil de delincuentes.

Entonces, con el polarizado, desde afuera no se ven cuántas personas viajan en un auto. Lo mismo que cuando lo dejan estacionado en la calle. Es más difícil que se vea desde afuera qué es lo que quedó en el auto si está polarizado, al menos obliga al ladrón a que se detenga y se acerque a ver, y eso levanta sospecha”, indicó Sánchez.

En tanto, los días de mucho sol y elevadas temperaturas el polarizado también cumple una función crucial. Es que en un vehículo protegido por este material no sólo se concentra menos calor sino que también el interior se aclimata más rápido con el aire acondicionado, al tiempo que el ambiente fresco se mantiene más.

Los valores por hacerlo en la propia concesionaria -en caso de no conseguir una bonificación- van entre los 800 y los 1.600 pesos (dependiendo del material y la calidad). No obstante, también hay negocios que se dedican exclusivamente a polarizar vidrios.

“Un polarizado de buena calidad está entre los 800 y los 1.200 pesos, aunque también los hay de 400 pesos. Muchas personas compran su auto y prefieren poner el laminado afuera de la concesionaria ya que a veces es más barato. Todos los días viene alguien en un cero kilómetro a laminar los cristales”, destacó Alberto, de Monteleone Polarizados.

“El argumento que dan siempre es el de la seguridad: lo quieren hacer para sentirse más tranquilos”, coincidió este vendedor, resaltando que ellos polarizan todos los cristales a excepción del parabrisas (que está prohibido por ley).

“De fábrica no vienen los vidrios polarizados, pero sí algunas unidades tienen vidrios tonalizados. Sin embargo, esto es algo más bien estético y no tiene la misma función que el polarizado que busca la gente. Cuando lo piden, los concesionarios lo colocan”, destacó Vanina, quien trabaja en otra agencia automotriz de la Ciudad de Mendoza.

Asimismo, la vendedora resaltó que el costo ronda los 1.600 pesos, aunque en el caso de los utilitarios baja considerablemente. “Lo hacen por seguridad o simplemente por estética. Y si bien hay una prohibición, la gente los coloca igual en los vidrios laterales y luneta”, agregó la mujer.

La ley restringe, pero no prohíbe

En la provincia, es la Ley de Tránsito (6.082) en su artículo 69 la que “prohíbe” la utilización de vidrios ahumados, espejados y polarizados en los vehículos.

La norma data de 1993 y se basa en el impedimento que tiene la Policía Vial de constatar la cantidad de ocupantes del vehículo y la utilización de los elementos de seguridad, además de la disminución de visibilidad que sufre el conductor del auto polarizado, con la consiguiente inseguridad para el resto de los automovilistas y peatones.

Sin embargo, el miedo de los conductores a quedar expuestos a posibles episodios de inseguridad ha hecho que resulte imposible su cumplimiento a rajatablas.

“La ley no condiciona a la gente y sigue polarizando. En parte es entendible, porque lo hacen para sentirse seguros. Existe como una contemplación para quienes llevan los cristales laterales y la luneta polarizados. Pero lo que se castiga sin excepción es que lleven polarizado el parabrisas”, explicó Antonio Cáceres, de la Policía Vial.

“Hace unos meses compré un auto e hice que lo polaricen en la concesionaria. Yo sé que hay una ley, he escuchado sobre ella. Pero a mí quién me protege si voy sola por la calle, de noche. De esta forma, de lejos no se ve quién va en el auto”, argumentó María Guevara (32).

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