Si bien antes sólo los psiquiatras podían otorgar licencias laborales sobre salud mental, desde 2009 los psicólogos están habilitados para extender las mismas para ser presentadas tanto en el ámbito público como privado. Pero, según manifestaron desde la Federación de Psicólogos de la República Argentina en un comunicado a la prensa, todavía hay muchos organismos que los rechazan. Con esta apreciación coinciden desde el Colegio de Psicólogos de Mendoza donde estiman que las mismas han ido creciendo con el pasar de los años.
Con respecto a los abusos de este tipo de licencias, que en oportunidades ha suscitado quejas tanto del gobierno como de las empresas, aseguraron que no han tenido reclamos formales por parte de instituciones y que existen mecanismos de control para evitar que esto suceda.
“Todavía hay una cantidad de instituciones tanto públicas como privadas que desconocen el marco normativo que habilita a los psicólogos a otorgar licencias y las rechazan, lo que nos obliga a establecer mecanismos de comunicación para revertir esta situación”, comenzó a explicar el licenciado Alberto Muñoz, presidente del Colegio de Psicólogos de Mendoza. Por su experiencia señaló que, muchas veces, este rechazo no está dirigido al profesional que lo emite, sino que busca negar la situación por la que está atravesando el empleado.
Tal como reza el comunicado de la Federación es la Resolución 343/09, del Ministerio de Educación de la Nación (punto 5 del anexo V) el que expresa que los psicólogos pueden “indicar licencias y o justificar ausencias por causas psicológicas”. Para que los distintos empleadores no desconozcan estos alcances legales la organización de psicólogos local organiza charlas periódicas con los principales efectores de salud. “Es un tema central para nosotros porque evita un montón de inconvenientes a los usuarios-pacientes”, destacó.
Según su percepción -ya que no cuentan con datos numéricos precisos- hace un tiempo que se nota un crecimiento de la emisión de las licencias psicológicas por dos razones principales.
“Por un lado porque hay un aumento de los trastornos mentales relacionados con procesos de ansiedad, son mayores la cantidad de situaciones de estrés y hay mayor incertidumbre generalizada, tanto por la situación socioeconómica como por el futuro próximo”, enumeró a la vez que subrayó que hay una alta prevalencia de los padecimientos mentales, ya que se son mucho más frecuentes que los físicos.
“De hecho según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 4 personas en algún momento de su vida va a tener algún episodio moderado o grave de salud mental”, añadió. Una segunda causa que mencionó Muñoz fue el aumento en la accesibilidad del usuario al profesional de salud mental. “Somos 3.000 psicólogos en Mendoza a los que las personas pueden acceder y antes sólo a los psiquiatras”, expuso.
Controles profesionales
Para evitar los abusos de este tipo de licencias, Muñoz remarcó que existen mecanismos de control. “Somos una actividad controlada por el Estado y utilizamos una cantidad de recursos que se pueden hacer para evitar distorsiones”, manifestó y deslizó que en ocasiones se tilda de abusivas algunas licencias en el marco del prejuicio. “Uno tiene que estar muy atento porque no todas las personas tienen los recursos internos para enfrentar las mismas situaciones, hay una cantidad de situaciones que a algunos le pueden provocar sufrimiento y a otros no”, indicó.
Desde que preside la organización, él no ha tenido conocimiento de empresas que se hayan quejado porque algún colega emitió un certificado de forma inapropiada.
Consultado al respecto, el abogado laboral Estanislao Iacona, destacó que tanto las licencias otorgadas por psicólogos como psiquiatras deben ser aceptadas por las empresas, siempre y cuando reúnan los requisitos de verosimilitud de cualquier certificado médico. “El empleador siempre tiene la potestad de ejercer su propio control médico y será su responsabilidad citar al empleado ante un profesional que constate la existencia real del trastorno psicológico”, comentó.
Según su experiencia, las empresas no rechazan los certificados proporcionados por psicólogos, pero a veces realizan su propio control que por lo general termina confirmando el diagnóstico.
“Con respecto a los abusos, que desde ya no descartamos, consideramos que la mayoría de las veces parten de situaciones conflictivas reales, la apreciación de los mismos y la manera que afecta a las personas varía muchísimo; eso sumado a la carga individual que puede traer el empleado hace que se generen trastornos psicológicos verdaderos difíciles de superar y que necesiten del aislamiento del clima laboral que lo esta propiciando”, señaló.
Mirada de RRHH
Para Ricardo Oliva de la consultora de Recursos Humanos Rosetto, Oliva & Asociados, el de las licencias tanto psicológicas y psiquiátricas es un tema delicado que los atañe; de hecho ellos durante la entrevistas con los postulantes tratan de indagar al respecto. “Si una persona tiene en su vida laboral de 20 años sólo 3 meses de licencia psiquiátrica no sería importante en su trayectoria laboral, pero si es una repitencia, descartando el bullying o alguna situación particular de acoso, es una campana de alarma para un futuro empleador”, reconoció.
Para Oliva, esto ocurre porque se tiene un juicio a priori. “Las personas, a veces por desconocer situaciones, piensan que una persona que estuvo en reposo por este tema probablemente le vuelva a ocurrir”, expuso.
Por su parte Ángel González, licenciado en Administración especializado en Recursos Humanos, coincidió con la apreciación del titular del Colegio de Psicólogos acerca del aumento de este tipo de licencias. “Entiendo que ha habido un acrecentamiento en los últimos tiempos principalmente por estrés. Evidentemente hoy los trabajos en general demandan ciertas exigencias, al igual que la vida social y muchas veces no se puede cumplir con todo”, aseguró.
Por esta razón, para él, las personas que trabajan en elección de personal tienen que tratar de conocer la posición que se pide y sugerir una persona que se adecue no sólo por la competencia, sino por personalidad y por necesidades personales.
Docentes con parte psiquiátrico
En 2014, el gobierno de Francisco Pérez se mostró preocupado por los altos índices de docentes mendocinos con licencias psiquiátricas.
En ese momento de un aproximado de 40.000 maestros públicos 4.800 tenían licencia psiquiátrica. El primer mandatario aseguró en ese entonces que se profundizarían los controles para evitar los abusos que pudieran estarse dando.