Le sobró un tiempo

Independiente le ganó a Central Córdoba (SdE) en un partido que liquidó en la primera parte. Otra vez la valla en cero.

Le sobró un tiempo
Le sobró un tiempo

Según los expertos, cada vez que hay una seguidilla de días de sol, la lluvia no tarda en aparecer. También está demostrado que los equipos de fútbol entran en una especie de nube que los relaja después de ganar partidos importantes, como el superclásico mendocino.

En esta oportunidad, Independiente fue la excepción a la regla, ya que en los primeros 45 minutos liquidó el partido ante Central Córdoba de Santiago del Estero.

El partido arrancó tranquilo, con un equipo visitante que llegó el Gargantini con cinco defensores y que pretendía ensuciar el partidos en su campo.
Los manuales del fútbol dicen que cuando el partido está cerrado, hay que abrirlo con una pelota parada... y así fue: centro de Dolci, Calviño intentó despejar el balón pero su despeje terminó dentro de su arco.

Ya con el camino allanado, el que tuvo que cambiar fue la visita y por eso el “Tano” Riggio guardó la línea de cinco y salió a buscar el partido más adelante con el ingreso de Lazo. Pero adelantar las líneas trae aparejado dejar huecos y eso lo aprovechó la Lepra.

Con Imperiale y Dolci administrando la pelota en el centro, Cardozo y Méndez haciendo ancho el campo, Independiente “estiraba” a Central Córdoba, hasta que Méndez metió un delicioso pase para que Diego Cardozo defina, en dos tiempos, ante la salida de Calviño.

Con el 2-0 el partido parecía controlado, pero la Lepra mantiene ese problema de intentar cerrar el partido cuando aún falta mucho y eso le permite al rival revivir.

Así llegaron un par de jugadas que pusieron en jaque el arco de Gaspar Servio, pero el portero leproso vive un gran presente y no es fácil vencerlo.
Con este triunfo Independiente confirmó su levantada post clásico y mantiene una idea de juego que todo el equipo parece comprender.

Además, Daniel Garnero cuenta con la gran virtud de mantener a todo el grupo motivado y la muestra es que todos los que entran rinden, aunque no sea en su puesto natural, como los casos de Franco Dolci o Abel Peralta.

Ayer Independiente cerró unos 10 días ideales, ya que sumó 7 de 9 puntos que disputó y sólo sufrió un gol en contra, lo que habla de un equipo que se va consolidando y que quiere curar viejas heridas, pero despacio, muy despacio.

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