Desde hace varias semanas tiene difusión el Programa Integral Sistema Cacique Guaymallén, un ambicioso plan para mejorar ese curso de agua, que es mucho más que un canal para convertirse en un sistema complejo, que involucra una superficie de 38.000 hectáreas y que compete a casi un millón de habitantes.
Los Andes se ha ocupado muchas veces de la problemática del canal, e inclusive lo hizo en línea editorial en mayo pasado, pero ahora, como nunca, existe un plan a la vista que debe ser aprovechado para solucionar muchos atrasos en esa cuenca.
Dos ministerios provinciales: los de Infraestructura y Tierras, Ambiente y Recursos Naturales, junto a la Organización de las Naciones Unidades para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Programa de Servicios Agrícolas Provinciales (Prosap) y los siete municipios del Gran Mendoza, diagnosticaron decenas de problemas y desarrollaron alternativas de solución para el sistema, que comprende al principal canal de la provincia por su emplazamiento rural y metropolitano.
Los técnicos estudiaron, por ejemplo, cómo mejorar la distribución del líquido para riego, la mejor potabilización del líquido, la cuestión aluvional, la contaminación, los residuos urbanos, el impacto ambiental y el avance urbano sobre el cauce (son muchos los pobladores que viven a su orilla y que se prevé erradicar con una solución habitacional).
Por la cantidad de factores a intervenir y las dimensiones de las obras previstas, es uno de los mayores desafíos de planificación del ordenamiento territorial que se haya encarado últimamente.
Del estudio que se realizó durante 2013, surgió un programa de 46 obras cuya ejecución demandará 5 mil millones de pesos (500 millones de dólares), con un plazo de ejecución de 10 años.
Los emprendimientos más importantes a realizarse son el revestimiento del canal (sólo 10% está impermeabilizado ahora), la construcción de 4 minicentrales hidroeléctricas aprovechando los “saltos” que tiene el lecho, la habilitación de caminos y parques, y la relocalización de viviendas.
También deberá concretarse: la separación de agua aluvional de la de riego y la presurización de las redes secundarias preservando el agua potable para consumo humano.
El sistema de defensa aluvional del pedemonte mendocino está incluido, resultando con su ejecución la protección definitiva de sectores que hoy tienen serios problemas.
Otros aspectos que están incluidos en el programa de realizaciones son un acueducto en el área metropolitana, de manera de llegar a las plantas de potabilización en forma entubada, una forma definitiva de evitar la contaminación; el control de los reúsos, buscando que Campo Espejo se transforme en modelo, con un sistema de riego sin restricciones.
Habrá que esperar ahora la ejecución de este programa integral, a través del financiamiento internacional a través de organismos multilaterales, como BIRF, BID o el Banco Mundial, y comenzar con los trabajos proyectados.
Es de esperar que toda la operación de estudio realizada sobre el canal no quede como una exitosa investigación sin aplicación práctica en el terreno, como lamentablemente ha ocurrido en el ámbito de la infraestructura básica de la provincia.