Las definiciones que apuran a Cornejo

La semana que pasó tuvo al Gobernador recluido. Viene un tiempo de decisiones clave: el superintendente de Irrigación, el desdoblamiento electoral y hasta una posible vacante en la Corte.

Marcelo Zentil - mzentil@losandes.com.ar

Como un boxeador en una pelea por el título, Alfredo Cornejo parece haberse tomado un round para “cambiar el aire”. No fue un verano fácil y hay que recuperarse para encarar el largo año electoral. Por eso, la semana que pasó fue de introspección y reacomodamiento.

En una provincia acostumbrada a que “todo pasa después de la Vendimia”, este año rompió con esa tradición y pasó mucho antes y durante.

Ahora empieza un período de definiciones, que el Gobernador deberá tomar una tras otra: el nuevo superintendente de Irrigación, el desdoblamiento electoral, las listas y una imprevista posible vacante en la Corte. Sobrevolando todo, aparece la reforma constitucional, que los suyos militan en el territorio, mientras él se hace el desentendido.

Cerradas las paritarias con los estatales, sólo el SUTE aún mantiene abierto un conflicto que parece destinado a languidecer. No es que los docentes estén conformes con el aumento decretado ni sean admiradores de Cornejo, precisamente. Pero el descuento de días y el ya famoso ítem Aula desaniman cualquier reclamo.

Cornejo está convencido de que su jugada de hace un año, al imponer el ítem, cobra más valor ahora, cuando la política partidaria mete la cola en los planteos gremiales.

El caso bonaerense le da la razón: María Eugenia Vidal fue más que generosa el año pasado y ahora no tiene herramientas para frenar al politizado Suteba.

Pero no todo es “palo” en la política oficial: el Gobernador está decidido a darle un reconocimiento a los docentes mendocinos por cumplir.

Todo un gesto para alguien que se cuida excesivamente de no quedar como un demagogo.

Si no lo incluyó en el decreto de aumento ni lo anunció aún es porque no quiere que se interprete como una concesión al SUTE.

Ese “premio” probablemente lo recibirán los docentes a mediados de año, antes de la segunda parte del aumento (acumulativo para ellos).

Luego, en el último trimestre, vendrá la reapertura de paritarias si la inflación excede la estimación inicial, algo que seguramente ocurrirá.

Balas perdidas

Con su propio partido encolumnado, el frente gremial controlado, su disputa con el sector garantista de la Justicia en stand by y un peronismo aún en estado de shock, Cornejo no tiene enemigos a la vista con quienes confrontar.

Este escenario, que a priori parece una ventaja, es muy riesgoso: la falta de adversarios de peso puede provocar un relajamiento excesivo que lleve a cometer errores. Y cuando ocurren, no hay cómo disimularlos ni a quién echarle la culpa.

Por eso, tal vez, las tres situaciones de mayor conflicto que debió enfrentar este año Cornejo fueron balas tiradas desde sus propias filas: el ministro de Salud Rubén Giacchi debió renunciar a las apuradas por una denuncia de violencia de género y el ministro de Economía, Infraestructura y Energía Enrique Vaquié, incómodo con su escaso protagonismo, eligió irse a un cargo nacional, obligando a un corrimiento en el gabinete.

Hoy, en el Gobierno, hablan con más nostalgia de Giacchi que de Vaquié, quien pareció firmar un pacto de silencio para no decir más que lo escribió en su carta pública de renuncia y su declamado apoyo a la reelección. Cornejo tampoco dice nada, pero está claro que prefiere a su discípulo Kerchner al frente del estratégico superministerio. Ahora, su equipo es más “su” equipo.

El tercero de los hechos negativos de este año fue mucho más grave que un cambio de nombres en el gabinete: la grúa que se cayó en el teatro griego, que pudo haber provocado una tragedia y que obligó a postergar un día la Vendimia que tenía fecha desde un año antes.

Aún nadie explicó por qué se usaron dos grúas cuando todos los expertos en el manejo de estas máquinas lo desaconsejan y cuando antes se usaba una sola para sostener la parrilla de luces. La “negligencia” deja de serlo cuando trasciende que gente vinculada al rubro había advertido sobre ese riesgo.

Ninguno de esos tres hechos estaba en los planes de Cornejo y, con distinto impacto y gravedad, produjeron un cimbronazo en la Casa de Gobierno. “Son complicaciones, pero no son derrotas”, calmó a los suyos el Gobernador en una reunión.

Lo que viene

El tiempo de las definiciones pone  como prioridad al candidato para Irrigación. El 28 vence el mandato  del peronista José Luis Álvarez, nombrado hace cinco años por Francisco Pérez. Por ahora, en el Gobierno sopesan las opciones.

Alejandro Gennari, un técnico con pasado y presente en Irrigación, pica en punta en las preferencias. Pero ocupa un cargo nacional clave en el reparto de fondos para obras hídricas y si deja ese lugar, nadie garantiza que su sucesor mantenga los fondos asignados a Mendoza.

Esa situación le da posibilidades al diputado nacional Luis Borsani, que responde a Ernesto Sanz y cumple con el perfil técnico buscado.

El que está descartado es un cornejista que se anotaba ilusionado: el alvearense Gustavo Villegas.

En materia electoral, antes que las listas, Cornejo debe definir si desdobla o no las provinciales de las nacionales. Por ahora dice que van juntas, pero no está descartado hacer la local en otra fecha, como se anticipó en este columna el mes pasado.

El plan es convencer a Mauricio Macri de la ventaja de exhibir un triunfo en Mendoza antes de la contienda nacional. Si esto no alcanzara, la obligación de que la mitad del padrón use el voto electrónico en la provincial puede servir como excusa.

Su principal preocupación es asegurarse una buena elección para no perder bancas en la Legislatura: ahora se renuevan los diputados y senadores votados en 2013, cuando la UCR con Julio Cobos barrió al PJ.

“El candidato va a ser Cornejo”, definen en su entorno y dejan en claro que no importarán los nombres de la lista. La confianza se basa en las encuestas, que según dicen dan a la gestión entre 59 y 62% de apoyo.

Algo es seguro: no será nadie de la primera línea del gabinete. Ya hubo demasiados cambios en dos meses como para arriesgar más. Esa definición hace caer rápidamente un rumor que corrió los últimos días e instalaba en el primer lugar de la lista al ministro de Gobierno, Dalmiro Garay. El Gobernador lo quiere cerca.

La novedad de la repentina licencia que pidió el ministro de la Corte Jorge Nanclares ya circulaba el viernes a la mañana en Casa de Gobierno. La información es ambigua, pero igual alentó las especulaciones: si Nanclares se jubilara en breve, Cornejo tendría a su disposición una vacante imprevista en el ámbito hasta ahora más esquivo a su control.

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