Las comidas y los dichos

Las bebidas, comidas y sus ingredientes no solamente forman parte de nuestra cultura culinaria, sino que también solemos incorporarlos a nuestros dichos habituales: la polenta, las milanesas, las papas, la sopa, el pan, los bollos, el café, la leche, la carne, algunas frutas constituyen elementos de nuestra fraseología, muy ilustrativos a la hora de aplicarlos a situaciones concretas. Veámoslo en algunos ejemplos:

POLENTA: Coloquialmente, sirve para indicar fuerza o potencia física. También puede señalar entusiasmo y energía para hacer algo, como en "Tiene mucha polenta, nunca se da por vencido". Existe la expresión "bien polenta", que se usa para indicar que algo o alguien aparecen como muy efectivos y poderosos: "Para finalizar, tocó una música bien polenta y el público se puso eufórico".

LA VERDAD DE LA MILANESA: Los diccionarios fraseológicos y de lunfardo interpretan esta frase coloquial como apropiada para indicar que una realidad se presenta tal cual es, sin ningún agregado ni falseamiento: "Dijo que no tenía ganas de tomar nada, pero la verdad de la milanesa es que no le alcanzaba su dinero para pagar".

HASTA EN LA SOPA: Exageradamente, se usa para indicar que algo puede hallarse en todos lados, incluso en la sopa, considerada como un alimento básico: "Estoy harta de verlo, me lo encuentro hasta en la sopa".

HECHO SOPA: Se usa, coloquialmente, para indicar que alguien está muy mojado. El vocablo "sopa", de origen germánico, da la clave, a través de su significado denotativo, del sentido metafórico de la frase, pues se define como "pedazo de pan empapado en cualquier líquido". Entonces, es comprensible decir "Al salir de clases, lo sorprendió una lluvia torrencial y llegó a casa hecho sopa".

COMO PAN CALIENTE: Esta frase coloquial señala el éxito en la comercialización de algún producto: "Tu libro se vendió como pan caliente".

EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA: La expresión, que se usa anteponiéndole el verbo "ser", está tomada de la oración cristiana llamada "padrenuestro" (también "Padre nuestro"); según todos los diccionarios fraseológicos, ella indica  que algo es común o habitual, que es un objeto o acontecimiento que ocurre con mucha frecuencia. Entonces, escuchamos decir "Las protestas callejeras son el pan nuestro de cada día".

PAN PARA HOY Y HAMBRE PARA MAÑANA: La frase, proveniente del rico refranero español, se utiliza para indicar un recurso, hecho o solución de escasa duración, sin proyección hacia el futuro. Así, "Lo aprobó y se sacó el problema de encima; pero, en realidad, lo que hizo es pan para hoy y hambre para mañana".

PAN COMIDO: Esta frase coloquial señala que una tarea, actividad o problema son muy fáciles de hacer, resolver o conseguir: "Con ese tribunal, aprobar la materia será pan comido".

QUEMARSE EL PAN EN LA PUERTA DEL HORNO: En el ámbito culinario, los alimentos son sometidos a cocción en el horno. La puerta de este se entreabre para observar el proceso de cocimiento; el alimento se extrae cuando la cocción es pareja. Un cocinero inexperto o apurado puede arruinar la cocción si abre el horno reiteradamente o si lo hace antes de tiempo. El Diccionario fraseológico del habla argentina indica que esta frase se utiliza para señalar que algo se ha frustrado en su realización, cuando estaba a punto de concretarse. Así, "No diga que me van a ascender, no sea que se queme el pan en la puerta del horno".

QUE LO PAN CON QUESO: Esta frase, utilizada para indicar enojo, contrariedad, irritación ante un hecho poco grato, es nada más que una forma eufemística que disimula un insulto mucho más grosero, aunque habitual: "No colabora con nosotros, que lo pan con queso".

DIOS DA PAN A QUIEN NO TIENE DIENTES: Literalmente significa que el pan, para ser comido, necesita de los dientes de la persona, a fin de poder desgranar su corteza. Si se le da a alguien sin dientes, le resulta muy difícil poder hacerlo. Metafóricamente, indica que se le da la posibilidad de hacer algo a una persona que, sin reparar en su valor, desaprovecha esa oportunidad. El Refranero popular de Calles Valles da algunas variantes de la misma locución: 'Da Dios almendras a quien no tiene muelas'; 'Da Dios bragas a quien no tiene calzas'; 'Da Dios pañuelo a quien no tiene mocos'; 'Da Dios nueces a quien no tiene dientes'; 'Da Dios sombrero a quien no tiene cabeza'.

EL HORNO NO ESTÁ PARA BOLLOS: Todos sabemos que el horno debe tener una temperatura adecuada para cada alimento que se pretende cocinar. Así, los bollos de pan necesitan una temperatura diferente  a la de una carne, por ejemplo. A ello alude esta frase coloquial, de la cual los diccionarios fraseológicos y de americanismos nos dicen que se usa para señalar que no es el momento oportuno para realizar algo, que alguien no está de humor para aceptar bromas o que no existe la conveniencia para hacer algo. Una variante es "el horno no está para galleticas". Entonces, decimos "No hablé de ese asunto con mi padre porque el horno no estaba para bollos".

DAR O PEGAR UN CAFÉ: El café se identifica con la energía física y con la fuerza interior. En el mundo de las esencias florales, la flor del café se recomienda para las personas que se sienten débiles y que necesitan una dosis de energía.

La locución se origina en el valor polisémico del verbo ‘dar’. El Diccionario de americanismos dice de esta frase que ya es poco usada y le confiere el valor, para Argentina y Chile, de “reprender o amonestar severamente a alguien”. También, los diccionarios de lunfardo le atribuyen al vocablo “café” el significado de “reto, reprimenda”.

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