La prospectiva como facilitador de la toma de decisiones

Todo aquello que contribuye a generar información para la toma de decisiones cobra un valor incalculable.

En el entorno competitivo actual, traducir información y datos en inteligencia activa que permita la toma de decisiones, se ha convertido en una de las herramientas de gestión más importantes de nuestra época, sostienen Solleiro y Castañón (1.998). Todo aquello que contribuye a generar información para la toma de decisiones cobra un valor incalculable.

Es en este contexto que desde mi visión, proveniente de la disciplina de administración, rescato el alto potencial que tiene la prospectiva. Como administradores, donde uno de los roles más importantes que desarrollamos es el de decisor, la prospectiva es una disciplina de gran valor y tendrá seguramente un crecimiento en su uso.

¿Y por qué esta consideración sobre ella?. Como se sabe, toda decisión implica un futuro, (lo que está por ocurrir).  Hoy se decide qué hacer mañana, al instante o  dentro de 30 años. Por más pequeño que sea el margen de tiempo considerado, siempre es a futuro. Esto conlleva un grado de incertidumbre, que será mayor mientras más grande es el horizonte de tiempo considerado y nuestra capacidad para generar información sobre ese futuro, esté limitada. Es acá donde la prospectiva cobra valor, ya que no es su finalidad predecir lo que va a ocurrir, sino construir escenarios alternativos que pueden suceder y definir los factores críticos que los determinan,  para formular las estrategias de acción que conduzcan hacia el escenario más deseado y posible.

Como menciona el Dr. Gutiérrez (2006), los estudios de futuros constituyen una nueva dimensión del conocimiento estrechamente asociada a la gestión en general y la toma de decisiones en particular. En una realidad donde el cambio y la complejidad son la constante que impacta sobre diversas dimensiones de la vida humana (social, económica,  política, cultural, ambiental, entre otras), la prospectiva constituye el estudio del futuro con criterios científicos, con el fin de anticipar situaciones y estrategias.

Si bien tiene limitaciones, es una solución para evitar que el devenir incontrolable de sucesos provoque pérdidas de eficacia de las organizaciones. Desde el momento en que, al anticipar, provee información acerca de alternativas, riesgos y posibilidades, puede considerarse una herramienta que reduce incertidumbre y un apoyo al tomar decisiones. Si bien existen numerosas técnicas para aplicar prospectiva, se ha generalizado la construcción de escenarios.

Un aspecto relevante radica en la aplicación de metodologías que se basan en la construcción participativa del conocimiento,  generando espacios para que los distintos actores involucrados en la problemática a resolver intervengan en la formulación de escenarios futuros y la definición de acciones a seguir.

Esta participación tiene un impacto altamente positivo: reduce uno de los obstáculos característicos de la implementación de las decisiones, la resistencia al cambio. En síntesis, la prospectiva está íntimamente relacionada con la estrategia. Si bien son distintas, es imprescindible incursionar en ambas; una mirada a futuro (prospectiva) para formular estrategias a aplicar hoy, y orientar la gestión hacia el escenario seleccionado.

Citas: Solleiro, J. & Castañón, R. (1998) Inteligencia Tecnológica Competitiva. Una visión pragmática, en Revista de Economía y Empresa Vol. XII (2da época), (Nº 34), 93-113. Gutiérrez, M. (2006) Los estudios y la gestión del futuro en Argentina (versión electrónica) Bs. As.: Proyecto Millenium.

* Las opiniones del autor no son necesariamente compartidas por la institución.

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