La Paz busca en las hortalizas variar su matriz

Con 600.000 hectáreas de secano y solo 2.500 bajo riego, la principal actividad económica de La Paz gira en torno a la ganadería y, además, la poca agua que llega al departamento -último regante del río Tunuyán inferior- viaja en canales de tierra, donde se pierde casi la mitad del caudal por infiltración.

En este contexto, en el que los productores paceños tienen turno de riego cada 40 días y donde más del 90% de los canales de riego del departamento siguen siendo de tierra, el retroceso de la actividad frutihortícola ha sido una constante durante las últimas cuatro décadas.

Para intentar torcer este panorama y abrir una alternativa con posibilidad de desarrollo en la matriz productiva, la comuna lanzó un proyecto con el que financia pequeñas unidades productivas de hortalizas. Puntualmente, la plantación de media hectárea de tomates, provista de malla antigranizo y riego por goteo.

“Lo que tenemos que lograr en La Paz es un cambio cultural, porque acá está arraigada la idea de que porque viene poca agua por el canal no se puede plantar nada”, dice Raúl Muñoz, jefe de Desarrollo Económico: “Y eso en parte es cierto, porque con un riego cada 40 días no hay cultivo que aguante, por eso es que hay que apelar a la bomba y al riego por goteo”.

El proyecto implica un crédito de $ 200.000, pagadero en cinco años con uno de gracia, con el que se cubre prácticamente todo el proceso de producción: desde la instalación de la malla antigranizo y de las mangueras del riego por goteo en media hectárea de terreno, pasando por la plantación de los tomates, los fertilizantes y químicos necesarios para el crecimiento de esas hortalizas, hasta la cosecha y también la búsqueda de mercados donde vender la producción.

En 2013, la comuna buscó financiamiento en la Provincia, pero la demora en la aprobación del proyecto terminó por llevar al municipio a financiar la idea con dineros propios. “Este año destinamos $ 800.000 y la idea era cubrir los gastos de diez nuevos productores, pero la inflación nos comió parte del presupuesto y solo hemos podido financiar a una parte de ellos”.

De todos modos, el entusiasmo en la comuna es grande, los emprendimientos ya están en marcha y la idea de la comuna es que a la hora de cosechar se reúnan en las chacras los interesados en sumarse el año que viene.

Martín de Giuseppe es uno de los nuevos productores de tomate. El hombre se jubiló hace un par de años y ahora se convirtió en chacarero de media hectárea de tomates sobre un terreno de su propiedad.

“Alguna vez tuve unas pocas plantitas en una huerta casera, nada que ver con esto que es mucho más grande”, dice mientras recorre el cultivo incipiente, que recién ahora muestra su hoja verdadera.

De Giuseppe plantó a mediados de noviembre y empezará a curar con químicos en los próximos días. “El gran problema de La Paz es el agua y acá estoy regando por goteo con una pequeña bomba de dos pulgadas”, se entusiasma.

El trabajo de cada uno de los nuevos productores financiados por la comuna es supervisado por técnicos, que aconsejan a los chacareros sobre riego y tratamiento de las plantas. En enero finalmente llegará el momento de la cosecha y luego la venta, para lo cual el municipio está buscando mercado en ferias afuera de la provincia.