La oposición venezolana otorgó una tregua de diez días al presidente Nicolás Maduro, en su apuesta por negociar un cambio de gobierno mediante el diálogo, pese al riesgo de perder el respaldo de una población hastiada de la crisis que clama por salidas rápidas.
“En unos días el mundo va a ver quién cumple y quién no. El 11 de noviembre volvemos a la mesa, y ese es el momento para evaluar si los supuestos gestos se produjeron”, advirtió el líder de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba.
Desconcertando a sus seguidores, la MUD suspendió el martes un juicio sobre la responsabilidad de Maduro en la crisis y una marcha al palacio de Miraflores, a la espera de gestos de reciprocidad en un diálogo iniciado el domingo con el auspicio del Vaticano y de Unasur.
“Si de aquí al 11 no hay señal clara sobre la liberación de presos políticos y el camino electoral, se le dirá al país ‘señores hicimos todo lo que pudimos’ y acabará el diálogo”, destacó el ex candidato presidencial Henrique Capriles.
La oposición considera que un cambio de gobierno es la única forma de resolver la crisis, con un grave desabastecimiento de alimentos y medicinas y una inflación que el FMI prevé de 475% este año.