Ante la variedad de frutas que le ofrecieron para alimentarse Cecilia eligió uvas y naranjas, por lo cual sus cuidadores concluyeron que eran las únicas que comía frecuentemente cuando estaba en el Zoológico de Mendoza.
Pero con el tiempo se fue permitiendo degustar otras y fue sumando como favoritas bananas y caquis, un fruto típico del otoño brasileño.
Son los cambios cotidianos de la chimpancé que estuvo 20 años en cautiverio en nuestra provincia y que partió el 3 de abril para comenzar una nueva vida en el Santuario de Grandes Primates de Sorocaba, en San Pablo.
Su traslado fue noticia a nivel mundial ya que fue ordenado por la Justicia, que la reconoció como sujeto de derecho no humano. Así, Cecilia pasará hoy su primer Día del Animal en un contexto mucho más favorable que durante las últimas dos décadas.
Pedro Ynterian, biólogo fundador del santuario donde vive ahora la chimpancé, relató a Los Andes los detalles de su llegada, su estadía y sus planes a futuro. Este cubano nacionalizado brasileño empezó hace 16 años con este espacio destinado a la conservación animal.
"Apenas llegó Cecilia tocaba todo sorprendida: la hierba, el suelo, era todo un descubrimiento. Lo que sucede es que ha estado muy limitada, ha podido aprender muy poco. Recién aquí va a saber lo que es la vida", aseguró el experto refiriéndose al cubículo de 20 metros cuadrados donde se alojaba en el zoo mendocino.
Como todo animal recién llegado, ahora se encuentra en una etapa de cuarentena en un recinto de entre 400 y 500 metros cuadrados, separada de los demás. "Allí tiene un lugar donde se puede subir, puede ver por arriba de los muros, puede dormir afuera o adentro, como ella prefiera", detalló Ynterian.
Contó que la chimpancé se está adaptando bastante bien, pero que todavía la notan con miedo: "Es normal. Hay que tener paciencia para no hacer las cosas equivocadas. Todos los chimpancés que llegan aquí tienen sus problemas psiquiátricos porque todos vienen de cautiverio".
Otro inconveniente que detectaron fueron una serie de deficiencias alimenticias. "Le daban solamente unas pocas comidas, no tenía la variedad que necesita", señaló el biólogo y relató que ahora Cecilia come carne en distintos preparados, yogurt y variedad de frutas. "Se está acostumbrando a comer la fruta nuestra porque por sus reacciones vimos que sólo comía naranja y uva", detalló.
Con respecto al idioma, aseguró que está comenzando a entender el portugués. “Cuando precisamos, le hablamos en español. Pero sabemos que eso no va a ser un problema porque hemos recibido chimpancés de Holanda, Israel y otros lugares donde los idiomas son más complicados”, aclaró el experto.
Futuro novio
Una vez que se cumplan los 40 días de su llegada, Cecilia será trasladada a un recinto de unos 2.000 metros cuadrados en donde probablemente esté acompañada por el chimpancé Billy, quien fue rescatado de un circo.
“Es un macho más o menos de la misma edad que está solo y puede ser una compañía buena para ella”, adelantó Ynterian. Por el momento, la chimpancé “mendocina” sólo ha tomado contacto visual con él. “Lo ve a una distancia de unos 30 ó 40 metros y la verdad es que está curiosa. Se pasa el tiempo observándolo”, contó su cuidador.
Llegado el caso, ambos podrían tener cría. “Ella está con su período menstrual funcionando, pero el problema son los machos ya que en general los que vienen de circos o de zoológicos son impotentes y no copulan con las féminas”, explicó el biólogo.
Aclaró también que allí no se controla la reproducción porque las crías son importantes para el desarrollo animal. "Lo que estamos pensando es en la sanidad mental de ellos y la reproducción es parte", apuntó.
En las condiciones actuales, el experto anticipó que Cecilia podría llegar a vivir hasta los 60 años: "Tenemos un chimpancé aquí de más de 50 años que ha venido de un ambiente bien sufrido. Igualmente si son cuidados desde pequeños en un lugar como éste, la expectativa de vida es igual a un ser humano".
Con respecto a su inteligencia, el biólogo detalló que los chimpancés son comparables con un niño de 5 años. “Entienden las cosas, piden, se comunican por señales y por actitudes. La única limitación es que no puede hablar, porque, si no, podrían evolucionar mucho más”, precisó.
Festejo compartido
Como parte de la celebración del Día del Animal, Cecilia recibirá hoy la visita de Pablo Buompadre, presidente de la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (Afada), quien presentó el hábeas corpus en la Justicia que antecedió su traslado a Brasil.
“Haber logrado con un 100% de eficiencia sacarla de nuestro país a través de una sentencia judicial, respetando todos los pasos legales correspondientes y sanitarios, no podemos considerarlo más que una victoria para los derechos de los animales”, expuso el titular de la asociación.
Para él, Cecilia se encuentra actualmente en el mejor lugar de América Latina. “Ya ha tenido el aval de organismos internacionales”, aseguró y recordó que previamente la vida de la chimpancé estaba en riesgo: “Son seres sintientes que tiene que estar con sus pares. La soledad la estaba matando, no iba a durar mucho”.
Jennifer Ibarra, presidenta de la Fundación Cullunche de Mendoza, también celebró la nueva vida de la chimpancé. "Esto es histórico. Hay un antes y un después de Cecilia en Mendoza; es muestra de la evolución y abre las puertas para otros animales", manifestó la veterinaria.
Ella fue una de los peritos de Afada que constataron las condiciones de la chimpancé para enviar un informe a la Justicia. “Hay que destacar también el papel de la jueza Alejandra Mauricio, quien se la jugó al dar derechos a un animal”, subrayó la titular de Cullunche.
