La mirada de los chicos en un libro de fotos diferente

Es el mejor regalo del Día del Niño que han tenido: en “Los ojos de la gloria” imprimieron imágenes estenopeicas aprendidas en un taller.

Entusiasmados con su creación en las manos, buscan sus propias fotos en el libro. “Esta la hice yo”, dice Candela Labarda (13) señalando una toma de uno de los murales que adornan el Centro de Actividades Educativas (CAE) Jorge Contreras.

“Estas dos son mías”, asegura su hermano Bruno refiriéndose a las imágenes acompañadas por el epígrafe “memoria, verdad y justicia”. Junto a otros 15 chicos de entre 6 y 18 años, ellos son los autores del libro “Con los ojos de la gloria”, el resultado de un proyecto del CAE del barrio La Gloria, en Godoy Cruz, y que constituye el mejor regalo del Día del Niño que hayan tenido.

Los niños recibieron un taller sobre fotografía estenopeica, técnica mediante la cual se obtienen fotos y negativos sin prácticamente nada de equipamiento. Así aprendieron a utilizar latas pintadas por dentro para capturar imágenes que luego revelaron en un laboratorio montado en sus instalaciones. Con la selección del material armaron el libro que fue presentado la semana pasada. La iniciativa contó con aporte financiero de la UNCuyo y de un privado.

“Estuvo muy bueno el taller porque aprendimos a sacar fotos con latas que tenían un agujerito que estaba tapado. Había que fijarse dónde estaba el sol para saber la cantidad de segundos que tenías que destaparlo para obtener la foto”, relata Candela, y remarca que las imágenes salían al revés y en blanco y negro: “Había que elegir bien a qué sacarle, porque éramos como 20. Cada uno tenía su tarrito y sólo había una oportunidad”. Su hermano Bruno agrega: “Si la foto salía mal recién te dabas cuenta en el laboratorio, tenías que buscar otro papel, armar todo y sacarle de nuevo a lo mismo”.

Ambos destacan que se necesita mucha paciencia para ver el resultado: “No es como con el celular que ves todo enseguida, sino que tenés que esperar a ir al laboratorio a ver qué sale”. Además de lo que aprendieron está el hecho de ver sus creaciones impresas en un libro. “Yo me siento feliz”, dice Bruno, quien además de fotógrafo es protagonista de la tapa de la obra, ya que su mirada representa a los “ojos de la gloria”. “Mi mamá no paraba de llorar”, recuerda.

Rocío Alegretti (20) es otra de las autoras del libro: “Me sentí orgullosa de lo que hicimos, no solamente yo sino varios chicos”. Recuerda que su primer foto fue una selfie y cuando vio cómo lentamente se iba revelando en el papel fotográfico, no lo pudo creer. “Fue una gran emoción”, subraya. También pudo compartir lo aprendido con su familia, ya que se llevó una lata a su casa y realizó algunas tomas. “Tengo un corral en la casa y le sacamos a los caballos”.

Para Rocío, lo más complicado de la técnica fue manejar los químicos: “Con eso tenés que tener cuidado. Pero lo otro lo podés hacer en tu casa”. Además de la hermosa experiencia con el libro, para ella lo mejor es poder darle un mensaje positivo a la sociedad. “Por un lado que todo se puede, y por el otro la importancia de tener amigos”, detalla.

Para Gustavo Labarda, papá de Candela, Bruno y Tiziana (otra participante), el libro invita a “mirar diferente”. “Es un llamado a los demás niños para que se incentiven y hagan cosas positivas en vez de estar en la calle”, señala. Y se muestra agradecido por todas las actividades y la contención que reciben sus hijos en el CAE del barrio: “Es un lugar donde pueden ir sin pagar nada y aprender cosas muy positivas, en vez de estar afuera, en la calle, aprendiendo cosas feas o mirando lo que hacen los más grandes”.

Dar la palabra

Karen Minasi, directora del CAE, y Mary Perrone, trabajadora social del barrio, fueron las impulsoras de este proyecto. Ellas trabajan desde hace más de 20 años en La Gloria apuntando a abandonar políticas asistencialistas y en su lugar promover políticas de promoción de derechos. Por eso recalcan la necesidad de darle la palabra a los habitantes del barrio para que sea escuchada y valorada. Así, han realizado innumerables proyectos comunicacionales que se engloban en lo que llaman “Popu medios”, su propia red de medios que incluye una radio.

El proyecto de fotografía estenopeica fue parte de esta iniciativa y surgió tras la visita al lugar de los alumnos de Antropología de la Universidad Diego Hurtado de Chile, que llegaron a través de la UNCuyo. “Ellos nos contaron sobre esta técnica de fotografía y nos pareció muy buena idea para implementar acá”, recuerda Minasi. Así fue que se contactaron con el fotógrafo Cristian Martínez, quien les enseñó la técnica y capacitó a dos extensionistas de la UNCuyo, Malena Goñi Perrone y Agustina Cachaldora.

“Armamos un laboratorio de revelado y empezaron a trabajar con los chicos”, relata Minasi. Y detalla que se juntaban una vez por semana e iban saliendo a hacer las fotos: “Primero andaban por acá cerca y después se animaron a salir un poco más allá”.

El proyecto contó en 2014 con el financiamiento de la UNCuyo, a lo que se sumó el aporte de la imprenta Corsino para poder terminar con la impresión de los 300 libros que se sacaron en la primera edición. “Esperemos poder tener una segunda porque en la presentación se nos volaron varios”, se esperanza Minasi.

El profe Martínez precisa que la técnica tiene que ver con lo vivencial, con la experiencia propia. “El momento mágico llega con el primer revelado, cuando se ve cómo desde el papel blanco van surgiendo las imágenes en negativo”. Y destaca la importancia de enseñarles a los chicos, en la era de la imagen digital, lo que se puede lograr con pocos elementos. “Uno le propone una experiencia de un estilo de fotografía de hace 200 años, lo que impacta mucho y ayuda para controlar su ansiedad en una era donde todo es inmediato”.

Un espacio de inclusión

El Centro de Actividades Educativas (CAE) Jorge Contreras lleva ese nombre en honor al sacerdote que dejó una huella en el barrio. Por allí pasan unas 500 personas al día, incluidos los niños del Jardín Crecer Juntos que funciona en el mismo predio. Muchos niños de primaria asisten a contra turno de la escuela para apoyo escolar, entre otras actividades. “Acá los chicos almuerzan o meriendan, dependiendo del horario. Tenemos 80 raciones por día, por lo que tenemos que acomodarnos para que no vengan más de esa cantidad”, contó Karen Minasi, la directora. Allí también funciona una orquesta infantil desde hace 8 años.

Los autores

Micaela Pringles, Nahuel Pringles, Mauro Citadino, Guillermo Sambrano, Sonia Regules, Joaquín Goñi, Bruno Labarda, Tiziana Labarda, Candela Labarda, Nico Favaro, Brisa Favaro, Melina Carrizo, Axel Fernández, Rocío Alegretti, Mayerly Pringles, Renzo Ramirez y Priscila González.

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