Hace un año al chileno Matías Leiva, hoy de 35 años, lo agobiaban las deudas y en su bolsillo solo tenía 6.000 pesos chilenos (10 dólares, unos 160 pesos argentinos). De ese terrible panorama salió una exitosa empresa culinaria que no para de crecer. "Tenía 6 mil pesos (chilenos) en mi bolsillo.
"Fui a comprar jamón, queso, harina y levadura. Me puse a amasar y me salieron 12 panes. Salí a la calle, con toda la vergüenza que eso significa, a vender", relató emocionado Matías al medio chileno La Tercera.
Ese fue el inicio de "La Insolencia", la empresa culinaria que cambió el concepto del sandwich en el país vecino y que factura unos 2 millones de pesos chilenos al día (cerca de 50 mil argentinos). "No tenía para comer", confesó el empresario.
Ahora se levanta a las 5 de la mañana y, junto a sus más de 20 empleados, comienza a preparar los sandwich con toque gourmet y de diversas variedades que más tarde venderán en las calles de Santiago, en 10 puntos diferentes. “La Insolencia” vende más de 2.000 unidades por día. El primer día Matías solo vendió 12.
“El año pasado pude decirle a mi madre que dejara de trabajar como niñera“, dijo Leiva casi llorando. “Pude cumplir uno de mis sueños”, admitió. La clave del éxito de la empresa es simple: un excelente producto a un precio sumamente accesible.
Un sandwich de "La Insolencia" cuesta 1.000 pesos chilenos (28 pesos argentinos).