La familia del rugbier será querellante en la causa

La familia será representada por Tíndaro Fernández. Se espera todavía la resolución de la fiscal sobre la situación procesal de la joven detenida. Hablan vecinos del local bailable donde ocurrió el hecho.

En las últimas horas la novedad en el caso de la joven que arrolló con su auto al novio tras una discusión a la salida de un boliche en San Rafael es que la familia de la víctima ha designado a un abogado para constituirse como querellante. El letrado es el ex juez de Instrucción, Tíndaro Fernández.

Aunque la versión no pudo confirmarse oficialmente se tiene la certeza de que representará a la familia de Genaro Fortunato (25) que murió bajo las ruedas de un Fiat Idea conducido por su novia, Julieta Silva (29).

La chica está imputada por homicidio doblemente agravado por su vínculo de pareja y alevosía en concurso ideal. Desde el martes está en la Penitenciaría local a la espera de una resolución de la fiscal Andrea Rossi que, según dijo, tiene "todos los elementos para dictarle la prisión preventiva" hasta que se sustancie el juicio.

Silva había solicitado la detención domiciliaria -que le fue denegada- en vista de que es madre de dos pequeños de 5 y 10 años. Ahora deberá esperar hasta que la causa quede en manos del juez Pablo Peñasco quien, si recibe nuevamente la solicitud de la abogada defensora Florencia Garciarena, deberá decidir si se la otorga o no.

En el lugar de los acontecimientos -el local bailable La Mona- ubicado en Yrigoyen y El Chañaral en el distrito Las Paredes, ayer había una cuadrilla de obreros que trabajaba en el cerco perimetral del lugar. Al consultárseles afirmaron que el propietario no estaba y que "difícilmente hiciera alguna declaración".

En tanto, vecinos de la calle El Chañaral, algunos próximos al sitio donde se desarrolló la tragedia donde pereció Genaro, señalaron estar consternados porque "siempre hay situaciones de peleas o inconvenientes a la salida del boliche, pero nunca se desencadenó una cosa así". También destacaron la necesidad de iluminar más la calle El Chañaral.

"No sólo aquí sino en todo su trayecto, por lo menos la zona más poblada. Es una boca de lobo", dijeron. Como otros, especularon con esta situación (la oscuridad) que podría haber influido en los hechos.

También reconocieron que es un sitio muy oscuro y que cuando llueve es muy difícil transitar. "Puede ser que todo se haya juntado para esta tragedia", dijeron.

Desde el club Belgrano hablaron autoridades en medios locales y destacaron las cualidades del joven. Afirmaron que se trataba de una buena persona y buen deportista. Se desempeñaba en el equipo de rugby de la institución.

También jóvenes cercanos a Silva destacaron que es una buena amiga y se mostraron extrañados por lo acontecido. "No es una persona violenta para nada", dijo una chica cercana a ella y que está esperando la autorización para visitarla en la Penitenciaría.

El hecho ocurrió pasadas las 5 a la salida del bar La Mona de Hipólito Yrigoyen y El Chañaral de Las Paredes cuando Genaro Fortunato y Julieta Silva acudieron a una fiesta.

Según algunos de los relatos ambos salieron y discutieron.

Silva subió a su Fiat Idea y fue ahí cuando arrancó imprevistamente produciendo la caída de Genaro quien habría permanecido en la calzada en la mano por la que regresaría Silva tras hacer la "U" una cuadra y media más adelante por El Chañaral al norte. En ese momento fue cuando arrolló a Genaro y es aquí donde ella afirma no haberlo visto.

El cuidacoches, según trascendió, le habría hecho señas a Julieta para que detuviera la marcha lo que hizo inmediatamente para luego descender del auto y tratar de auxiliar al joven que yacía ya seguramente sin vida.

Este hombre es una pieza clave en el proceso ya que habría observado todo el desenlace. Se trataría de un hombre de unos 40 años de origen cordobés que vive en un asentamiento denominado Costa del Toledano, al oeste del lugar del acontecimiento. Ya prestó declaración ante la fiscal.

Declaró la ex de Genaro

La ex novia embarazada de Genaro Fortunato negó ayer ante la Justicia haberle mandado un mensaje de texto a la víctima y haber originado una pelea por ese motivo.

Se trata de Agostina Quiroga (22), quien espera un hijo de Genaro Fortunato (25) y declaró ante la fiscal Andrea Rossi que no tuvo contacto con el deportista esa noche, para lo cual puso a disposición su teléfono celular.

Tras la presentación de Quiroga, su madre, Verónica Arana, dijo a la prensa que su hija, embarazada de cuatro meses, "se presentó ante la fiscal para decir que el sábado a la madrugada no tuvo comunicación alguna con el teléfono de Genaro Fortunato".

La aclaración surgió a raíz de versiones que indicaban que la pelea mantenida por la pareja dentro del bar en el que se encontraban había ocurrido luego de una llamada o mensaje de Agostina hacia el joven rugbier, que jugaba en el club Belgrano.

Ese contacto "nunca existió", aseguró la madre de la joven.

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