La crisis deprime el pedido de empleos en la industria

Los que más están sufriendo son los trabajadores de viñas. Productores y bodegueros son cautelosos a la hora de tomar personal y priorizan labores culturales mínimas e indispensables.

La vitivinicultura desde siempre fue para Mendoza la industria madre, la cual generaba puestos de trabajo en todos los eslabones de la cadena productiva del vino -producción, elaboración y comercialización. Para la economía de la provincia, actuar para que este sector continuara respondiendo de esta forma era uno de los trabajos primordiales de cada gobierno.

Sin embargo, este modelo “ideal” se terminó hace unos años por diversas cuestiones coyunturales internas y externas que han hecho  que pasara de ser una economía regional fuerte proveedora de empleo a una en la que cada mes se observan mayores suspensiones, despidos y lejos está de contratar nuevo personal.

Frente a este panorama, lo que sucede es que el aumento de costos que ha ido teniendo el vino, sumado a una caída en las ventas  -tanto en el mercado interno como externo- ha propiciado que hoy el sector se encuentre atravesando un sobrestock importante, que ha ido agudizando este fenómeno. Esto ha traído aparejada una menor rentabilidad, competitividad y dinero disponible para contratar y mantener personal, sea temporario, tercerizado o permanente.

Según datos de un informe desarrollado por Acovi, uno de los ítems que más influye en el costo final del precio del vino es el de la mano de obra, el cual representa aproximadamente el 25%.

En este sentido, las empresas de recursos humanos de Mendoza, así como las mismas cámaras gremiales, señalan que hoy las bodegas han tenido que ajustar al máximo sus costos para poder apelar a la poca rentabilidad que les queda y no quedarse en el camino.

De este modo, lo que más se repite es que las empresas toman el personal mínimo e indispensable para realizar las labores culturales, mientras que en el caso de la elaboración y comercialización de vino, el mercado laboral se encuentra estático, no hay demanda y los puestos que van quedando vacíos no son ocupados.

Situación según el eslabón productivo

A pesar de que los recortes de personal llegaron a toda la cadena productiva, algunos eslabones sufren más que otros. 
En el caso de la producción, la demanda de mano de obra corresponde a personal permanente y personal jornalizado. Esta última modalidad en el mercado, a veces, se reemplaza por el contrato de servicios tercerizados. Según el informe presentado por Acovi, el rubro correspondiente a la mano de obra permanente y jornalizada representa un 76% de los costos operativos.

Por el lado del productor primario de uva y vino existe un sobrestock de producto, lo que ha derivado en un precio deprimido que prácticamente se ha mantenido en las últimas temporadas, a pesar de los aumentos constantes en los costos operativos.

Este fenómeno, según Ernesto Ferioli, director regional en Cuyo de Adecco Argentina, “ha hecho inviable la operación y muchos productores (principalmente pequeños y medianos) han decidido no cosechar este año y dejar la uva en la planta, lo cual ha repercutido en menos contratación de personal temporario para cosecha y labores culturales”.

Sobre esto, Carlos Iannizzotto, gerente de Acovi, expresó que “este año estamos observando un ajuste importante en la toma de mano de obra y la demanda es escasa. Por ejemplo, ahora que terminó la poda, observamos un mayor desempleo, que excede la estacionalidad.

Antes, muchos de los jornaleros continuaban trabajando en viña para fertilizar, sacar malezas, nivelar, colocar alambres, etc. Sin embargo, hoy nada de esto se está haciendo”.

“Claramente -añadió Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina- va a perjudicar en la cantidad y calidad de la próxima cosecha, sobre todo de la zona Este, que es donde los productores están peor”.

Asimismo, en palabras de Iannizzotto, según las últimas estadísticas, de los 130 mil puestos de trabajo que emplea el sector vitivinícola, el impacto de la crisis, repercute en un 40% de esos trabajadores, que hoy están desempleados o con pocas labores. En cuanto a mediciones exactas de pérdida de empleo, el gerente de Acovi contó que “cada año se torna más complicado porque ante la crisis del sector, ha crecido la informalidad y hoy,  frente a la mayor oferta y baja demanda, el jornal prefiere esto a no tener trabajo”.

De hecho, expresó el directivo, “en años en que al sector le iba medianamente bien, cada finca tomaba un obrero cada 5 hectáreas. Hoy, hay fincas de 30 hectáreas con sólo una o dos personas, que sólo están regando”.

Esta situación también -lógicamente- se ha extendido al personal requerido en bodega para la elaboración de esa uva y transformarla en vino, donde los pedidos -según indicó Ferioli- han sido menores en relación a temporadas anteriores.

En este segundo eslabón, según Acovi, se considera que el 67% del costo de elaboración corresponde a mano de obra; lo que indudablemente implica un porcentaje mayor.

Para Pina, tanto en este eslabón como en el siguiente no se han visto despidos masivos pero, al igual que en la producción, lo que se observa es una menor contratación de personal temporario y la caída de la demanda ha sido drástica.

Finalmente, para el caso del fraccionamiento, el estudio toma la recepción de los vinos elaborados en las bodegas y todos los costos necesarios para colocar el producto envasado en planchada. Además, se toma el costo adicional por la comercialización.

De este modo, la distribución de costos se realiza en los siguientes parámetros: materia prima (vino) representa un 46,8%, envase 17,2%, otros insumos de fraccionamiento 4,8%, costos variables indirectos de fraccionamiento 1,1%, mano de obra directa 0,9%, costos fijos indirectos de producción 17,4% y costos de comercialización 11,8%.

Según el directivo de Adecco, en lo relativo a personal para fraccionamiento y etiquetado del vino, aunque los pedidos de refuerzos de personal para estas tareas siguen existiendo, “se ha notado una disminución de los empleados demandados, e incluso en el período para el cual los contratan, el cual es menor también”.

Asimismo, Ferioli expresó que esta situación es más marcada en las empresas exportadoras, “debido a que los volúmenes despachados al exterior han ido disminuyendo gradualmente en los últimos dos años”. Por lo tanto, dijo que el personal orientado a estas tareas se ha visto afectado.

Coincidió con este panorama César Morchio, de Morchio Consultores SA, quien añadió que actualmente, por temas de estacionalidad profundizados por la crisis, prácticamente no hay ingresos en las bodegas.

Según el directivo de esta consultora, las empresas están expectantes a los cambios del nuevo gobierno y por tal motivo esperan sin tomar grandes decisiones con respecto al personal.

Fernando Podestá, director nacional de operaciones de Manpower Group, concordó que ante la caída en el sector agroindustrial, fundamentalmente vitivinícola en Cuyo, se percibe un panorama de prudencia antes de tomar decisiones clave.

“Según nuestra Encuesta de Expectativas de Empleo para el 4to trimestre de 2015, el 88% de los empleadores indicó que no realizará cambios en sus dotaciones. A su vez, otro dato que se desprende es que el sector de agricultura tiene una expectativa de +1%, que si bien disminuye dos puntos respecto del mismo trimestre del año anterior, se recupera dos puntos en relación al tercer trimestre de este año”.

Concentración de empleo

Frente a la actual situación que vive el mercado y el costo que implica la mano de obra -teniendo en cuenta los datos presentados por Acovi-, las bodegas buscan concentrar los puestos y no diversificar tanto la oferta. De este modo, es que las empresas de recursos humanos manifiestan que hay una tendencia cada vez más marcada a buscar perfiles orientados a achicar, ajustar y economizar costos.

De este modo, el director regional Cuyo de Adecco Argentina contó que las bodegas hoy buscan la eficiencia, principalmente en mandos medios y altos. “Existe una tendencia de solicitud de perfiles multidisciplinarios o “multitasking”, buscando personas que realicen, o tengan a su cargo, varias tareas o responsabilidades al mismo tiempo, como por ejemplo: administrativas e impositivas, logística y comercio exterior, producción y despacho, etc.”.

Para Podestá la situación es similar y lo que observa es que frente a una desvinculación voluntaria de un empleado, no se están realizando reposiciones.

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