La cosecha mecanizada baja 50% los costos

Así lo indica un informe realizado por A&T. Sacar de la vid 100 kilos de uva cuesta $ 90 pesos contra los $ 180 que hay que pagar si es con mano de obra.

La cosecha mecanizada es 50% más económica que la manual. Este dato, que se desprende de un informe de A&T, intenta reflejar uno de los motivos por el cual las máquinas van ganando terreno.

El gerente de viñedos de la empresa A&T, el ingeniero agrónomo Christian Tsallis, detalló que el costo de cosechar 100 kg es de $ 90 si se hace de manera mecánica, contra $ 180 si es manual. Por lo tanto, "en términos generales, la cosecha mecánica sale la mitad, y no es un punto menor si tenés en cuenta que la cosecha es el 20% de los costos totales".

En este sentido, detalló que el valor de las cosechadoras se cartelizó y se ubicó en 500 dólares por hectárea. Si hacemos la cuenta, se concluye que por quintal se necesitan 90 pesos. Si tenemos en cuenta la cosecha manual, en 2017 saldrá aproximadamente $ 180 el quintal, teniendo en cuenta que este año salió $ 140 y se espera un incremento promedio del 27%.

Cabe destacar, que esto se da en viñedos con uvas de bajo rendimiento y de alta calidad enológica. Una máquina de autopropulsión cero kilómetro está cerca de los U$S 400 mil, con lo que queda claro que no cualquiera puede pensar en avanzar en la cosecha mecanizada.

Más máquinas

De este modo es que, según el especialista, la cosecha mecánica en viñedos se ha generalizado en los últimos 4 o 5 años y en el balance -entre los pros y los contras- cierra que la misma ha llegado para quedarse. Es así que, al día de hoy, hay más de 80 máquinas cosechadoras en Mendoza; el año pasado había 35 y el anterior 16.

“Esto se debe a que productores o empresas adquirieron las máquinas para cosechar sus fincas y luego las alquilan para obtener una renta diferencial y así amortizar la inversión”, contó Tsallis.

Además de estos datos desde Acovi también analizaron este mecanismo, aunque el mismo lo tienen en base a cifras de la cosecha 2016. Sin embargo, en este marco la cosecha mecánica en viñedos de alto rendimiento -250 quintales por hectáreas- es 21% más económica que la manual.

Según el cooperativismo, el costo por quintal en este tipo de viñedos fue de $ 58,75 -en el caso de levantar la uva con máquinas- contra los $ 75,02 por quintal de levantarla manualmente.

Beneficios y desafíos

Analizando los costos, el especialista también hizo hincapié en otros detalles a la hora de evaluar las diferencias entre cosecha mecánica y manual en grandes superficies.

Por ejemplo, ellos cuentan con alrededor de 400 hectáreas de viñedos. Si se toma en cuenta esa superficie, “estaríamos hablando que necesitaría cerca de 480 personas y lo que ello trae aparejado, como trámites administrativos, documentación, papeles en regla, etc.”, aclaró Tsallis. Al tiempo que agregó que esa cantidad de personas se debe comparar con 3 o 4 máquinas.

Además, “una cuadrilla estándar de 25 personas demora unas 3 o 4 horas en llenar un camión; en cambio una máquina demora 40 minutos”.

Por lo tanto, “también aparece otra ventaja competitiva entre ambas -según el ingeniero agrónomo-. Y es que esas máquinas pueden trabajar en doble turno, mañana y noche, por lo tanto en pocos días, cuando la uva está a punto, puede ser cosechada en el momento oportuno, clave para la definición de la calidad del vino -considerando que la misma se puede levantar en pocos días-.

Diferente es el caso cuando se trabaja con personas, que demanda más días y muchas de las uvas terminan cosechándose casi pasadas”, aclaró Christian Tsallis.

Al tiempo que ejemplificó: “Mecánicamente se puede cosechar toda la uva con 2 o 3 días de diferencia, independientemente de si el volumen es muy grande o no. Si se produce una demora de 2 semanas, la uva empieza a sobre madurar y entonces cambia el perfil de lo que la bodega vio en la finca. El procedimiento mecánico te asegura que se haga en el momento indicado”.

Coincidió con ello Pablo Minatelli, gerente de Viñedos de Bodega Norton. Al tiempo que agregó que la falta que existe de gente que quiera cosechar, la concentración de la vendimia provocada por la concentración varietal y la búsqueda de la madurez, comprimen la cantidad de días reales disponibles para efectuar la cosecha, y por ende, incrementan la cantidad de quintales por día a cosechar.

Es así que “la cosecha nocturna y la posibilidad de tener cosecha los 7 días de la semana con al menos 18-20 horas de trabajo diario ayudan a aliviar esta concentración, y por lo tanto, incrementan la demanda de máquinas. Hoy, la cosecha mecánica en muchos casos hace la diferencia de cosechar o no, lo cual no es poco”, mencionó.

Iguales fueron las apreciaciones de Acovi, quienes destacan la agilidad con que la cosecha podría llevarse a cabo minimizando los tiempos, ya que la máquina puede operar las 24 horas. No obstante, aclaran que para ello, “las bodegas deben contar con la infraestructura necesaria para recibir toda la uva”.

Otro punto, el cual consideró “importantísimo” Tsallis, es la parte financiera. Es que -según dijo Tsallis- si el productor o bodega programa con tiempo con el proveedor, se puede financiar el pago del costo de las máquinas. A diferencia de la manual, “la cual la bodega o productor debe contar con efectivo cada viernes”, mencionó.

Sin embargo, Minatelli no quiso dejar de remarcar que a pesar de esas ventajas la cosecha mecánica en Argentina cuenta con ciertas dificultades que deben tenerse en cuenta a la hora de analizar costos.

Uno de los puntos que aclaró el especialista es que en el país no pueden aprovecharse al máximo las ventajas de las máquinas por las dificultades de importación y disponibilidad de repuestos, “por lo que se ven disminuidas sus capacidades cualitativas potenciales”.

Sin embargo, desde la empresa Martins Domingo SA señalaron que tanto ellos como colegas han ido incorporando máquinas con tecnología de punta que han logrado mejorar la calidad del servicio al punto de poder regularizar cada una de las máquinas en base a las características del viñedos, rendimiento, variedades, entre otras características, lo cual garantiza la calidad de la cosecha.

De hecho, desde Catena Zapata, su enólogo, Alejandro Vigil, coincidió en remarcar esto y es por ello que el establecimiento desde hace diez años levanta sus uvas sólo por este mecanismo.

No obstante ello, el gerente de viñedos de Norton dijo que para aprovechar todas estas características se necesita más capacitación con el objetivo de que cada uno de los prestadores de servicio conozcan en detalle los procesos de puesta a punto de la máquina, para lograr una cosecha efectiva que reduzca las pérdidas y que maximice la calidad.

“En estos factores influyen la variedad, el sistema de poda, la estructura general de la finca y el maquinista, muchas veces apurado por terminar la hectárea para poder seguir con otros clientes”, remarcó Minatelli.

Asimismo, sentenció que “la falta de mantenimiento de las máquinas no solo atenta contra la calidad de la uva cosechada, sino que además incrementa significativamente la pérdida de kilos por romper más granos. Algunas estimaciones hablan de pérdidas de hasta un 15% por mosteo”.

Asimismo, tanto Tsallis como Minatelli aseguraron que con las máquinas la estructura del viñedo sufre, y más aún si no hubo en los años recientes un correcto mantenimiento de los palos o cuando, por diferentes razones, es necesario incrementar la cantidad de “golpes” para lograr extraer la uva del racimo (influencia de la calidad de la poda, del desbrote, de la altura donde los racimos se ubican).

De este modo es que si el espaldero no pasó a poste de metal en lugar de madera, cada año se debe tener en cuenta la reposición del 2% de palos por rotura.

La logística de cosecha también es una complicación para los ingenieros. Según explicaron, las empresas invierten en máquinas muy sofisticadas, para terminar trasladando la vendimia en camiones con carpas, los cuales además quedan “estacionados” en la bodega esperando su turno de descarga. Por lo cual se pierde parte de la cosecha en este punto.

En este sentido es que en la cosecha mecanizada, entre lo que queda en la planta, los granos que quedan en el suelo, el mosto perdido por el traslado,  se habla de una pérdida del 6% de la cosecha, aclaró Tsallis.

Frente a este análisis es que Minatelli mencionó que estos factores tienen un impacto sobre los ingresos (cantidad cosechada) y sobre los costos que deben tenerse en cuenta a la hora de realmente comparar un esquema de cosecha respecto de otro, para poder hacer un correcto análisis a partir del cual tomar la decisión más acertada.

Requisitos

Homogéneo: un viñedo tiene que ser homogéneo (que todas las plantas tengan la misma expresión vegetativa), transitable (que tenga un buen piso, que no tenga acequias) y de estructura firme (que la estructura tenga buena calidad porque si está debilitada puede acelerar el proceso de recambio).

Altos: los viñedos antiguos, de 20 o 30 años, no son compatibles con la cosecha mecánica. Básicamente por la altura: los viñedos más viejos son más bajos. Y las cosechadoras necesitan que la producción esté por lo menos a 60-70 cm del suelo, por la forma que tiene la máquina.

Tela antigranizo: a la hora de realizar la mecanización de las tareas, se transforma en una complicación ya que es necesario acomodar la tela para poder hacer las tareas.

Organización: el sistema mecánico lleva implícito un costo organizativo de infraestructura y logística vital para el eficiente funcionamiento del mismo, con lo cual la realidad de algunos productores hace inviable el uso de mecanización en sus fincas.

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