Teniendo en cuenta que se trató de un caso de violencia de género, la Corte provincial absolvió a una mujer embarazada que había sido condenada a 8 años de prisión por haber matado a su marido, un hombre que la golpeaba habitualmente y que tenía un largo prontuario por agresiones.
Ayer los supremos Herman Salvini, Carlos Böhm y Mario Adaro absolvieron y ordenaron la inmediata libertad -estaba con prisión domiciliaria- a Cinthia Yasmín Rojas Echevarrieta (22) por el delito de homicidio simple, sosteniendo que la mujer hizo uso del recurso de legítima defensa.
El crimen ocurrió cuando la mujer estaba en la cocina, cortando una verduras y su marido -Osvaldo González (33)- le dio un golpe de puño y ella se defendió con lo que tenía a mano, el cuchillo con el que cocinaba, produciéndole una herida mortal en el pecho. La joven madre de tres hijos, salió a buscar a los vecinos y lo llevó al hospital.
El 5 de setiembre pasado, la Segunda Cámara del Crimen condenó a Rojas pero los abogados defensores Sergio Carreño y Carlos Moyano casaron la sentencia. Luego, la Cámara de Apelaciones volvió a fallar contra la mujer. Ayer la Corte corrigió las dos sentencias anteriores y la dejó libre.
Violencia de género
"La Corte absolvió a Cinthia porque se había encuadrado erróneamente su conducta que es, como siempre sostuvimos, una legítima defensa. El fallo tuvo en cuenta que es un caso de violencia de genero", indicó ayer el defensor Sergio Carreño.
Según explicó el letrado, los jueces que la condenaron no valoraron todas las pruebas (la violencia que ejerció el hombre) sino sólo el desenlace (la defensa de la mujer).
Y, la Cámara de Apelaciones, no tuvo en cuenta la vulnerabilidad de la joven, que en ese momento, estaba embarazada.
La Corte, por su parte sostuvo que no hubo una intención de dañar al hombre sino solo defenderse, ya que no fue a buscar el cuchillo, sino que lo tenía en la mano.
Si bien entre hombres, un caso de legítima defensa debe sostenerse cuando ambos contendientes tienen la misma arma (por ejemplo, un cuchillo), en los casos en que hay una pelea entre un hombre y una mujer, se entiende que ésta no puede matarlo con sus manos y la utilización de un arma está permitida en casos en que la agresión sea inminente o bien cuando se encuentra bajo amenaza.
Bajo amenaza
Rojas y González convivían desde diciembre de 2011 en una casa del barrio Santa Teresita de Las Heras. El 15 de junio de 2012, la pareja fue a realizar un trámite con los hermanos de la chica. Al volver, el hombre la golpeó en el colectivo. Ya en casa, González se puso a jugar a la Playstation con los hermanos de Rojas.
La mujer se encontraba preparando la comida cuando se inició una discusión. González se paró, se acercó a su pareja y le dio un golpe de puño. La mujer, que estaba con un cuchillo Tramontina en la mano, le dio una puñalada en el pecho.
El hombre quedó en el suelo y la mujer salió a buscar a alguien que lo llevara hasta el hospital Carrillo de Las Heras. Desde allí fue derivado al Lagomaggiore, donde falleció ya que el cuchillo le lesionó el corazón.
Los hermanos de la joven -únicos testigos presenciales del caso- declararon que la víctima golpeaba a la joven porque era celoso.
Cinthia, por su parte, declaró en el debate que luego de que el hombre la golpeara, ella levantó el brazo para defenderse y luego dijo no poder recordar cómo se había desencadenado el caso.
"Reaccioné cuando saqué el cuchillo (del pecho). No recuerdo cómo fue. No quería matarlo", afirmó la joven en ese momento.
Para los defensores, se trató de homicidio en legítima defensa. Cinthia era una mujer golpeada que se defendió "con lo que tenía en la mano en ese momento": un cuchillo de cocina. La prueba de que no lo quería matar, según los abogados, es que la chica auxilió al herido y logró conseguir que un vecino lo llevara a un hospital.
