La casa donde encuentran una segunda oportunidad

Talleres de música, arte, panificación, informática, panadería, electricidad y diferentes deportes son algunas de las actividades que ofrece todos los días la Casa Educativa Terapéutica ubicada en el barrio El Sosneado, en el departamento de San Rafael.

Hasta esa casa azul, que sobresale del resto de las edificaciones de la zona, se acercan a diario unas 70 personas desde su inauguración en diciembre del año pasado.

Cabe destacar que la Casa, con sus objetivos de trabajar con jóvenes con problemas de adicciones y en la prevención  de éstas, funcionaba en el barrio desde octubre de 2014 en el CIC (Centro Integrado Comunitario) que se encuentra a pocos metros, hasta que se construyó la nueva sede.

Este lugar tiene un tratamiento ambulatorio o como un centro de día, con actividades desde las 8 hasta las 20.

Allí desarrollan su trabajo unas 32 personas, entre ellas psicólogos, trabajadores sociales, acompañantes terapéuticos, profesores de educación física, informática, música y artes, además de la gente encargada del mantenimiento, la cocina, la limpieza, apoyo escolar y la seguridad.

El moderno edificio en el cual se invirtieron $ 16.000.000 cuenta con dos plantas que albergan consultorios, aulas para talleres de oficios, aula virtual, estudio de grabación de música, radio, sala de informática, comedor y un microcine. Mientras que para las actividades deportivas comparte el playón con el CIC.

"Acá se da un abordaje integral del tema, no sólo el tradicional que es la terapia, sino que tenemos la intervención de una psicóloga, los familiares, el trabajador social y el acompañamiento terapéutico para hacer un seguimiento. También trabajamos con el área de deportes para integrarlos en actividades grupales y artísticas", comentó a Los Andes Arturo Ratto, coordinador de la Casa Educativa Terapéutica.

A este lugar, que es abierto a la comunidad, llegan jóvenes de los barrios El Sosneado -son siete en total-, Villa Laredo, Constitución, la Isla del Río Diamante, El Molino y de algunas zonas de Rama Caída. Pueden asistir jóvenes a partir de los 14 años.

En la casa se trabaja con problemáticas de consumo infanto-juvenil, como también con los familiares tanto en talleres como en los distintos espacios terapéuticos, con seguimientos individuales y grupales. A la vez se articula con el área de Salud Mental del hospital Schestakow, como también con el centro de adicciones.

Actualmente asisten unas 70 personas a los talleres socioproductivos y unos 20 a tratamiento. En estos talleres se realizan productos en cueros que proveen los puesteros y luego cuando se venden, se paga el valor del cuero y el resto es para cada una de las personas que los hizo.

También hay talleres de panificación -que les permiten vender lo que producen- y peluquería, entre otros. Además una vez al mes la gente de estos talleres y de otros asisten a un barrio o un distrito para hacer conocer la labor de la casa.

De la adicción a la inserción laboral y social

Las casas terapéuticas educativas son espacios de contención para mitigar el consumo de drogas y alcohol, que apelan a promover acciones de restitución de derechos de salud, educación y  trabajo, que favorecen proyectos de vida individual y grupal, sin las consecuencias nocivas del consumo.

En este lugar, además de trabajar en la prevención, atención e inclusión social de las personas que atraviesan problemas de drogas, se busca que puedan recibir capacitación laboral que les permita encontrar un empleo y una forma de insertarse en el mundo laboral, social y cultural.

Este programa trabaja especialmente con jóvenes en contextos de alta vulnerabilidad social.