Una joven madre de una zona semirural de Guaymallén es juzgada por la muerte de su hijo, un niño que perdió la vida ni bien nació. Macarena Alejandra Ferreyra (22) está imputada de homicidio agravado por el vínculo, un delito que tiene como pena la prisión perpetua.
Ayer la joven fue llevada desde el penal de mujeres del Borbollón hasta la Quinta Cámara del Crimen y allí escuchó el testimonio de algunos integrantes de su propia familia, quienes afirmaron que nunca sospecharon que Macarena estuviera embarazada, ni escucharon nada que los llevara a pensar que ella hubiera dado a luz.
Macarena vivía en una humilde casa ubicada en una finca, en San Miguel y Grenon de Los Corralitos, Guaymallén. En esa vivienda convivía con su madre, su pareja y su hijo, en tanto que en una casita cercana vivía su hermana Daiana, con su esposo y su hijo.
Declaró la familia
Daiana declaró ayer ante los jueces Eduardo Martearena, Laura Guajardo y Diego Lusverti y explicó que en la mañana del 11 de setiembre de 2013 la despertó su hijo Alexis, que en ese momento tenía 5 años, diciéndole que uno de los perros de la casa había dejado a un bebé muerto en el patio.
"Pensé que era mentira y cuando fui me asusté mucho porque estaba muerto. Llamé a mi mamá y ella llamó a la Policía. También apareció un vecino que escuchó los gritos", afirmó la mujer.
Según la testigo, cuando llegó la Policía les tomaron declaración a toda la familia y "encontraron un pozo atrás de la casa donde había una manta y un pantalón".
Tanto Daiana como otros parientes que declararon ayer, sostuvieron que nadie sabía que Macarena estaba embarazada porque "ella es rellenita y es celíaca y se hincha cuando come pan o papas".
El juicio continuará hoy, cuando declaren los policías que trabajaron en el caso.