Junín podrá comprar la bodega Carricondo

Esta semana, la Legislatura allanó el camino para que la comuna de Junín compre una bodega que lleva nueve años en quiebra, con la idea de brindar a los pequeños productores la posibilidad de elaborar, reconvertir y tecnificar sus viñedos.

"La comuna se quedó con el crédito de la bodega, que estaba en cesación de pago por una deuda con el Fondo para la Transformación. Ahora estamos en condiciones de hablar con el juez para levantar la quiebra", sintetizó el intendente Mario Abed, para explicar los aspectos técnicos: que el Senado aprobó una ley, iniciativa del diputado Jorge Sosa (UCR), que cede al municipio los derechos litigiosos provenientes de un préstamo con garantía hipotecaria y prendaria de marzo de 2007 con la firma Pedro Carricondo e Hijos SRL.

"El principal acreedor de la bodega es el Fondo para la Transformación, al que la firma le debe seis millones de pesos. La comuna se queda con esa deuda y ahora viajamos a Necochea, a ver al juez que lleva la quiebra de la firma y a conversar con otros acreedores", explicó Abed, quien calculó que la deuda total "ronda los diez millones, un dinero que el municipio ha conseguido para ese proyecto, sin afectar el presupuesto de ninguna de las áreas".

La bodega Carricondo (propiedad de Sabino Carricondo) está en calle Martínez, una zona de viñedos a pocos kilómetros al Este de la ciudad. El establecimiento tiene capacidad para seis millones de litros, posee fraccionadora, amplios depósitos y además, una planta de mosto concentrado de 16.000 toneladas anuales.

"Es una gran bodega que supo trabajar 24 horas corridas con gran participación en el mercado, pero que lleva nueve años cerrada. Tiene además una planta de mosto que por la quiebra nunca llegó a funcionar y que está nueva", explicaron desde el área de Desarrollo Económico.

La comuna quiere contar con una bodega propia y de gran volumen, que permita al pequeño productor elaborar su propio vino. "Como municipio, no quiero administrar una bodega que compita con otras. Lo que me interesa es ayudar a los productores a que traigan sus uvas, que elaboren y que incluso tengan su propia marca", explicó Abed.

Pero hay otro objetivo: Junín tiene más del 90% de su territorio cultivado y 1.700 productores de los cuales, unos 800 poseen menos de cinco hectáreas y de ellos, 40% no ha reconvertido. La idea del municipio es brindar una herramienta financiera para que los que no se hayan modernizado puedan hacerlo.

"Vemos que se lotean viñedos, que se abandonan, que se transforman en barrios privados y queremos revertir eso y ayudar al productor chico a ser rentables", dijo Abed.

Así y una vez en marcha (el municipio apuesta a que ocurra en la próxima vendimia), la comuna ofrecerá, a través de la bodega y a los productores de hasta cinco hectáreas, créditos para reconversión y tecnificación a un monto que hoy rondaría los $ 30.000 por hectárea: "El productor paga con uva y tendrá uno o dos años de gracia; un dinero que servirá para poner riego, malla o reconvertir a malbec, por ejemplo", explicó Abed.

Enojo por subasta en Valle de Uco

El intendente Mario Abed se mostró a favor de las políticas que promuevan la reconversión y tecnificación de viñedos en la zona Este y, preocupado por la plantación de nuevas vides, una actividad que sostuvo, "es hora de que el gobierno la prohíba o, en todo caso, si alguien va a plantar un viñedo, que compre el número de alguno que se abandonó", dijo el intendente de Junín.

Además, Abed se mostró preocupado por medidas como la subasta de 7.216 hectáreas en el Valle de Uco.

"Eso significa más viñedos en manos de extranjeros y hay otro problema: que al agua la van a sacar del Tunuyán y entonces ¿quién nos garantiza riego suficiente?”