Vecinos “alarmados” ante la drástica poda del arbolado en Junín

La comuna asegura que se debe al “preocupante” estado de los árboles. “Muchos están secos, hay que evitar que se caigan”, dicen. Los vecinos le temen a la falta de sombra en verano.

La comuna de Junín encaró en los últimos días una dramática poda del arbolado público, con la que está reduciendo a un tercio la altura de muchos ejemplares, asunto que ha comenzado a cambiar el paisaje en las calles y los barrios. Si bien el asunto despierta el enojo de algunos vecinos, preocupados ante la ausencia de sombra que imaginan para el próximo verano, el municipio dice haber priorizado la seguridad buscando evitar la caída de ramas o incluso árboles completos, como ya ha ocurrido en las últimas tormentas.

Desde hace unos 20 días, la comuna inició un plan de poda en la ciudad que luego se extenderá a los distritos. Así, una cuadrilla de casi 30 personas contratadas corta el tráfico en una cuadra y trabaja con tijeras y motosierras para reducir la altura de la mayoría de los árboles. Incluso en algunos casos llega a talar los ejemplares más deteriorados.

“Hemos realizado un relevamiento del estado del arbolado público y el resultado es preocupante”, sostiene Rubén Mallea, asesor del municipio. Según datos de la comuna, al menos un 10% se encuentra seco y otro 50% ya está transitando ese mismo destino.

Frente a ese escenario y teniendo en cuenta que muchos ejemplares de la ciudad y los barrios superan los 15 metros de altura, la comuna decidió una medida drástica para con los árboles enfermos, que aunque ha sido criticada por algunos busca, según el municipio, garantizar la seguridad de los vecinos. “En la última tormenta tuvimos, solo en el barrio Gran Capitán, la caída de 32 moras”, dan como ejemplo.

Así, el programa municipal de poda que se extenderá hasta mediados de agosto, implica para este año la reducción a un tercio en la altura de muchas plantas, el corte en los brazos primarios o la tala en los casos más críticos. Además, se trabaja en el recambio y aseguran que en los últimos dos años se han plantado unos 2.000 ejemplares, especialmente en los caminos internos del departamento.

“Hay problemas con los paraísos, una variedad en la que el 70% de los ejemplares ha sido atacada por una peste, y también los áceres muestran que se están secando en muchos casos”, dicen en la comuna: “En general, hay ejemplares de distintas variedades que por arriba de los cinco metros dan señales de que las ramas se están secando”.

Desde la comuna sostienen que esta situación se debe, entre otras cosas, a que suelen elegirse variedades de plantas que no son autóctonas: “Pero además, también afecta a los árboles las conductas de muchos vecinos, porque a la cuneta suele ir a dar el agua sucia, el detergente, la lavandina; a veces se queman las hojas junto a los troncos o se clava sobre la planta el canasto de la basura. Todo esto contribuye a restar vitalidad a los árboles y entonces, un ejemplar que tiene un promedio de vida de 100 años tal vez comienza a secarse antes de los 50”, explica Mallea.

El barrio AMSA, de Ciudad, es uno de los primeros en los que se ha intervenido, pero también se trabaja o se trabajó en el Minetto, Santa Rita y San Gabriel. “Vamos a ir por toda la ciudad y también por los distritos. El clima está cambiando, cada vez hay tormentas más severas y queremos reducir la posibilidad de que un árbol caiga sobre una casa o un vehículo”, señaló el intendente Mario Abed.

Los vecinos se han mostrado sorprendidos por la severidad de la poda y están repartidas las opiniones, ya que mientras algunos aceptan que la medida es necesaria (aunque lamentan la pérdida de sombra que habrá en el verano), otros señalan que ha sido demasiado extrema y que se han podado casi hasta el tronco ejemplares que tenían más de 50 años.

Trabajo para 35 personas

El grupo de podadores contratados es de 35 personas y el municipio explica que se priorizó buscar a aquellas personas que están sin trabajo.

“Este año tuvimos una buena cosecha, pero en el invierno buscamos dar mano de obra a los vecinos que lo necesitan. Hicimos con ellos un curso de poda, para que nuestros técnicos expliquen cómo deben cortar y esa gente es la que está saliendo con los capataces a los operativos”, explican en el municipio.

La experiencia de dar trabajo temporario en invierno no es nueva en Junín, ya que la comuna hizo un programa similar el año pasado, cuando contrató a unos 150 vecinos, la mayoría de ellos obreros rurales, para trabajar en el armado de distintas ciclovías.

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