Juan Manuel Ferrari, el padre del Cerro de la Gloria

La curiosa vida del artista que creó la obra del Cerro de la Gloria y el monumento a Fray Luis Beltrán, en la Alameda, entre tantos otros. Falleció a los 42 años.

Pasó a la inmortalidad a través de sus obras en Mendoza, que trascendieron el tiempo.

Hoy son dignas de la admiración de miles de personas que visitan nuestra provincia y que coronan un cerro que se denomina De la Gloria. Otra escultura centenaria pero de menor tamaño dedicada a la memoria de héroe Fray Luis Beltrán existe en la Alameda pero actualmente pasa desapercibida.

Este destacado artista que esculpió ese bronce era uruguayo y se llamaba Juan Manuel Ferrari.

Hijo del mazo y del cincel

Nació en Montevideo, República Oriental del Uruguay el 21 de mayo de 1874. Hijo del escultor italiano Juan A. Ferrari (1838-1918) quien en 1860 acompañó a Giuseppe Garibaldi en la expedición de los Mil o también llamada de los "Camisas Rojas" para la reunificación de Italia. Posteriormente, su progenitor se radicó en la capital uruguaya para destacarse como escultor en la erección del monumento en conmemoración de la independencia nacional, emplazado en la ciudad de Florida de ese país en 1879.

Mientras tanto, con la edad de 16 años Juan Manuel, inició sus estudios en las artes plásticas en Montevideo y en Buenos Aires.

En 1890 obtuvo una beca del gobierno de Uruguay para estudiar en Europa. Se radicó en Roma, donde fue discípulo de los renombrados escultores Ettore Ferrari y Ercole Rosa en el Real Instituto de Bellas Artes de aquella ciudad. Además, por aquel tiempo, fue premiado con la máxima distinción de ese instituto. Desde Italia, el joven artista envió a su país natal las primeras obras llamada "Artigas", "Pugilista romano" y el "Prometeo encadenado".

Luego de estar seis años en Italia, volvió a América del Sur y se radicó en Montevideo en donde estableció su taller de arte. Entre sus actividades catedráticas fue el creador del curso de plástica en la Facultad de Matemáticas en donde se dedicó a la docencia por varios años. Pero su labor se extendió a la otra orilla del Río de la Plata y se radicó en Buenos Aires  en donde instaló su atelier. Allí fue galardonado con el segundo premio en el concurso organizado para erigir un monumento a la Independencia Argentina.

A mediados de 1898, fue invitado por Uruguay a participar con un boceto para la realización de un monumento a José Artigas.

En 1914 y después de ejecutar el trabajo al Ejército de los Andes en Mendoza, Ferrari, partió hacia la capital italiana para seguir con otras especializaciones.

Regresó  un año después a su país para realizar el monumento a Garibaldi, debido al fallecimiento del escultor español Querol, ganador del respectivo concurso. Fue el último trabajo en su tierra. Entre sus labores artísticas se puede citar el  monumento a Juan Antonio Lavalleja; el de la Batalla de Las Piedras, inaugurado en la ciudad del mismo nombre en 1911. También se destacó en la creación de varios monumentos funerarios en el Cementerio Central de Montevideo.

Hazaña monumental

Según la ley de la Nación número 6286, la comisión nacional del Centenario, acordó la erección de un monumento en la ciudad de Mendoza que conmemorada  la gesta emancipadora de América del Sur por el Ejército de los Andes.

Ante este pedido, en 1911, fue convocado para presidir esta comisión el reconocido científico Francisco P. Moreno quien fue encargado y enviado especialmente a nuestra provincia para el levantamiento de esa obra conmemorativa. A pesar de algunas diferencias de las distintas comisiones para poner la piedra fundamental en el cerro del Pilar, ésta se estableció en aquel lugar.

Sobre una base de piedra cordillerana, se erigió un conjunto escultórico realizado en bronce cuya fundición se realizó en el entonces arsenal de guerra de la Nación. Se cree que el escultor uruguayo se basó en una de las estrofa del "Nido de cóndores", del poeta Olegario Andrade, que sirvió de musa al artista permitiéndose crear, dentro de aquel espléndido cuadro imaginativo, los grandes rasgos y finísimos detalles de aquella sublime obra.

El día 12 de febrero de 1914 ante la presencia de autoridades nacionales y provinciales quedó inaugurado el monumento.

La obra post-mortem

Otro de los encargo que se le hizo a Ferrari  a través de Francisco P. Moreno por una iniciativa de la Sociedad Santa Cecilia fue la erección de un monumento a la memoria de Fray Luis Beltrán (1916). Repentinamente, el 31 de octubre de ese año, Juan Manuel Ferrari, falleció a la edad de 42 años.

El escultor trabajó hasta sus últimos días para dejar lista aquel encargo que fue concluido en arcilla. Tiempo después y gracias a la intervención de Moreno, la estatua fue fundida en bronce y trasladada a nuestra provincia. El 12 de febrero de 1917 quedó inaugurada en la Alameda.

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