Con problemas para exportar a Brasil, José Molina, presidente de la Cámara de Productores Vitícolas de San Juan, cree que el mercado interno es la única salida que tiene la producción local.
Este productor de uva en fresco y además dirigente gremial, fue uno de los presidentes de Coviar y estima necesario comenzar a promocionar el consumo de uva en fresco en Argentina. Además, asegura que hay que encarar una reconversión vitícola de este producto, ya que los mercados de exportación están pidiendo variedades diferentes de las cultivadas en Argentina.
-¿Cómo cerró la temporada de uva en fresco?
-En volumen cerramos muy mal. Para tener una idea nosotros en 2007 - 2008 cerramos con una cosecha de casi 70 millones de kilos de uva y en esta temporada sólo hemos podido llegar a los 11 millones de kilos de uva. La caída no sólo ha sido producto de la helada, sino producto de que también tuvimos un año muy lluvioso que no terminó por acompañar la temporada.
-¿El precio mejoró?
-Sí, tanto en el mercado interno como en el externo mejoró el precio. Ahora realmente de qué me sirve a mí si soy un productor de 600 mil kilos que normalmente la podría vender a $ 3 o a $ 2,50, si vendés 10 mil kilos de uva a $ 5; no cubrís los costos. El precio no ha tenido vínculo con la pérdida de producción que hemos tenido.
-¿Lo que se levantó se pudo exportar?
-Cada vez los exportadores están con más problemas para mandar uva en fresco a Brasil. Lo que pasa es que por ahí hacen una primera y segunda carga con destino a Brasil, pero cuando empiezan a venir los descuentos por el tema de la bromuración y otras razones, los exportadores eligen parar los envíos. Se termina perdiendo la carga completa y eso termina reportando pérdidas promedio de 50 mil dólares. Normalmente los productores cada vez trabajan con seguros de créditos, tipo Coface, lo que implica un costo extra. Pero realmente, el problema que hay no es sólo que se pierde dinero, sino que se pierde mercado.
-Con este escenario, ¿cómo van con las labores culturales del año?
-El productor prácticamente no está haciendo ninguna labor cultural. No se está podando como corresponde y otros laboreos no se han realizado porque no tuvimos facturación. Tenemos costos muy altos, mucho mayores a los de la uva para vinificar, y eso nos juega en contra.
-¿Cuál es la incidencia de la mano de obra?
-El 75% del costo total operativo para mantener una explotación de uva en fresco es mano de obra. Tanto por la falta de producción como por el alza de los costos, este año la situación en crítica. Si no hay créditos disponibles para invertir, no sé qué puede suceder. Hay que ser sinceros, necesitamos una reconversión, sino no vamos a poder volver a producir 70 millones de kilos. El panorama no es de los mejores; por lo tanto, llegar a la cosecha este año va ser complicado. Si no hay ayuda del Estado, la falta de inversión hará que lleguemos sin la calidad requerida en el producto.
-¿Cuál es costo operativo de una hectárea de uva en fresco?
-En promedio podemos estar hablando de 7 mil u 8 mil dólares de costo por hectárea por año. Y el rendimiento por hectárea, con los viñedos viejos que tenemos, no llega a los 100 quintales.
-¿Desde los mercado externos requieren otras variedades?
-Sí, las exportadoras hoy están exigiendo variedades que no tenemos en Argentina. Este tipo de variedades, para poder implantarlas, requieren del pago de un royalty, lo que genera otro costo extra más. Esas variedades hay que probarlas y empezarlas a producir acá. El tema es que por ese royalty que hay que pagar, el costo por hectárea aumentaría a 1.500 dólares. Ahora, según los expertos, estas variedades serían viables por el mayor retorno que podríamos obtener. Pero mientras no tengamos esas variedades implantadas, hay mucha incertidumbre.
-¿Hay posibilidades de comercializar en el mercado interno?
-Creo que nosotros tenemos que empezar a enfocarnos mucho más en el mercado interno que en el externo, al menos con estas circunstancias. Hay que promocionar y difundir el consumo de uva de mesa sin semilla en Argentina. Hoy no tenemos un desarrollo de imagen de este producto, como deberíamos tenerlo. Esa es una cuenta pendiente que hay entre los gobiernos provinciales y la Coviar. Hoy no estamos promocionando y defendiendo las otras actividades vitivinícolas como creo que deberíamos hacerlo. Coviar ha terminado el plan de uva en fresco pero no ha terminado el plan de pasa de uva. Estuve en Buenos Aires esta semana y es tremendo ver el ingreso de uva de mesa chilena, que no está presente porque es de contra estación, es de frigorífico.
-¿Qué se puede hacer para la próxima temporada?
-Yo pienso que de cara a la próxima temporada hay que hacer una fuerte promoción en el mercado interno. Lo que ha pasado es que durante mucho tiempo lo pusimos en segundo plano pensando en el mercado externo, pero la verdad es que tenemos que difundir su consumo, creo que así podemos amortiguar la problemática que tenemos de inflación.
Lobesia botrana, otro costo implícito
Aun cuando la mayor superficie cultivada con uva de mesa se ubica en San Juan, un área a la que todavía no ha sido afectada por la Lobesia botrana, los costos de las plagas cuarentenarias preocupan seriamente a Molina.
“Esto ha sido un problema que lo terminaron generando las bodegas, que ingresaron con maquinarias la plaga al país. Y hay que reconocer que esto nos genera costos extras en la producción de uva de mesa. Mendoza tiene 1.000 hectáreas cultivadas con uva en fresco, que no es poco, y tiene que agregar a sus costos el tratamiento de Lobesia. Eso es un problema”, señala el dirigente gremial de San Juan.