Jorge Rodríguez “Los eslabones intermedios de la cadena están haciendo diferencias muy grandes”

El productor porcino asegura que existe un desfase en la cadena de distribución del producto y Mendoza es un ejemplo de ello. El sector sigue con balance positivo, pero preocupa el alza en los costos de producción local.

Jorge Rodríguez “Los eslabones intermedios de la cadena están haciendo diferencias muy grandes”
Jorge Rodríguez “Los eslabones intermedios de la cadena están haciendo diferencias muy grandes”

s uno de los referentes regionales de la producción porcina. Como gerente de Producción de Pucará SA, el establecimiento instalado desde hace tres décadas en Tunuyán, Jorge Rodríguez tiene una visión clara del sector y comparte, con sus pares del resto del país la preocupación por un escenario de incertidumbre que, apenas se despeje, podría dar paso a un nuevo ciclo de inversiones.

Aun cuando el consumo per cápita de la carne de cerdo tiene una curva positiva, estima necesario rever la cadena de distribución ya que los aumentos entre el precio de planchada de frigorífico y la venta en supermercados del producto tiene un amplio margen.

-¿En qué situación se encuentra el sector de la producción porcina?

-En el marco de esta situación económica, en algunos segmentos se han retraído las ventas. Es lo que nos comentan nuestros clientes, que son en su mayoría carnicerías. Aunque en esto hay que tener en cuenta una merma importante en el consumo de carne vacuna. Pero en términos generales, en el país el consumo de cerdo se mantiene firme y diría que con un leve crecimiento.

-¿Por qué lado se compensa, entonces, la caída de la que habla?

-Esa caída se nota más en lugares donde los precios están más altos, como en Mendoza. Quizás no tanto en otros centros de mayor concentración, donde los valores no han subido tanto.

Además, están apareciendo -en muchos lugares del país- carnicerías que comercializan exclusivamente carne de cerdo. Eso podría estar compensando, en parte al menos, las caídas en las ventas que se está notando en las carnicerías tradicionales.

-¿En la actualidad cierran los números del sector productivo?

-El precio del kilo de capón vivo, con tipificación, está cerca de los 13 pesos; hay que reconocer que bajó alrededor de 50 centavos últimamente. Pero considerando que los valores del maíz y de la soja han bajado un poco, la rentabilidad se sigue manteniendo. Al menos nosotros no estamos con rentabilidad negativa.

-Son valores sensiblemente menores que los de la hacienda vacuna, pero esa diferencia no se refleja en las góndolas...

-Es que hay una distorsión muy grande. Uno va al supermercado y ve el kilo de lomo de cerdo hasta en 90 pesos, casi al mismo valor que el precio del kilo de lomo vacuno.

Eso es una aberración. Los eslabones intermedios de la cadena están haciendo diferencias muy grandes.

-¿Cuál es el precio de la carne porcina en planchada de frigorífico?

-La media res de cerdo está saliendo de los frigoríficos a 20 pesos el kilo. Sumémosle 2 pesos de flete. En ningún escenario, puede darse que el lomo o las costeletas le cuesten al consumidor entre 80 y 90 pesos, tal como he visto que sucede en Mendoza.

Eso es una barbaridad. Con 30 pesos menos, podríamos competir mucho mejor con la carne vacuna. Me animo a decir que la producción no alcanzaría.

Pero a 90 pesos en la góndola, con la situación económica que estamos viviendo, la gente piensa dos veces antes de comprar. A veces sale alguna oferta, pero es porque no pueden vender, y antes que la carne deje de estar en condiciones de ser consumida, bajan el precio porque tienen que bajar el stock. Las carnicerías venden más barato, pero las compras masivas pasan por los supermercados.

-¿Esos precios finales se repiten en todo el país?

-En Buenos Aires está más barato, oscila entre los 60 y los 70 pesos. Seguramente porque, al moverse volúmenes mayores, la faena por animal cuesta un poco menos de lo que estamos pagando nosotros acá.

De todas maneras, esa distorsión de precios es un tema que nos preocupa muchísimo. Pero ese es un problema de todos los sectores productivos. A un viñatero le pagan, con suerte,  $ 2,70 por un litro de vino malbec, y uno va al supermercado y tiene que pagarlo 40 pesos.

-¿La carne de cerdo no debería tener el mismo precio que la carne vacuna?

-De ninguna manera. Debería ser más barata. Pero como el consumidor tiene incorporada la idea de que en la Argentina la carne de cerdo siempre ha sido cara, los precios se mantienen arriba.

Yo creo que hoy un kilo de lomo de cerdo, al consumidor, no debería costar más de 63 o 64 pesos. La carne de cerdo debería estar, por lo menos, 30% más barata de lo que la está pagando hoy el consumidor en la mayoría de los supermercados de Mendoza.

-Al margen de lo que cueste "terminar" un kilo de carne, ¿rinde más el porcino que el vacuno?

-Del cerdo que nosotros entregamos a 20 pesos el kilo limpio, prácticamente lo único que se descarta son los huesos. En los 80 kilos limpios que pueden pesar las dos medias que yo entrego, faenamos capones de entre 100 y 105 kilos, puede haber 10 kilos de huesos. En el vacuno, el carnicero tiene un descarte bastante más importante.

-¿Cómo visualiza el futuro de la actividad?

-Los datos que releva la Asociación que nos nuclea a nivel nacional indican que el sector ha seguido creciendo. La gente viene consumiendo más carne de cerdo.

Hoy en día, el 90% de la gente que va a hacer un asado en algún momento pone un pedacito de punta de espalda, o un matambre, o unas costillas de cerdo.

Eso es alentador, pero el panorama (a futuro) es totalmente incierto. No sabemos qué va a pasar, pero por ahora mantenemos un cierto margen de rentabilidad.

-¿Qué factores tienen mayor peso en ese estado de incertidumbre?

-Estamos muy preocupados por los aumentos de costos. No solamente por el precio y la disponibilidad de los alimentos. De hecho, el precio de la soja bajó un poco, aunque no acompañó en igual medida a la caída que tuvo la semana pasada en Chicago, y hay una buena producción de maíz.

Pero el problema hoy en día pasa por los otros costos, como puede ser: la energía, el combustible, los fletes, el gas, la  mano de obra y las leyes sociales, que son altísimos.

El sector espera retomar un ciclo de crecimiento

En la actualidad, según referentes del sector, la mayoría de los establecimientos de producción porcina intensiva están sacando, para faena, capones de entre 100 y 110 kilos. Jorge Rodríguez revela que "hoy en día, hay criaderos que están vendiendo capones de 120 kilos". 

Revela que “nosotros también esperamos llegar a lograr animales de ese peso, porque la genética disponible y la alimentación lo permiten, sin tener una proporción de tocino muy importante”.

En este caso, el rendimiento para toda la cadena es mucho mayor. El gerente de Producción de Pucará comenta que hay varios proyectos nuevos para desarrollar en distintos lugares del país que suponen inversiones muy importantes, pero reconoce que "están parados porque hay una situación de incertidumbre". No obstante ello, confía en que "una vez clarificado el panorama, el sector puede retomar un nuevo ciclo de crecimiento". 

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA