Horacio de la Rosa: “Están faltando conejos para atender la demanda que hay en la provincia”

Asegura que hay 70 productores cunícolas en Mendoza, aunque no todos están integrados. Cree necesario trabajar el manejo de animales “en banda”, lo que permite una crianza escalonada.

Horacio de la Rosa: “Están faltando conejos para atender la demanda que hay en la provincia”
Horacio de la Rosa: “Están faltando conejos para atender la demanda que hay en la provincia”

Es granjero y cooperativista. Junto a su socio, Rolando Gerbavac, lleva adelante la Granja Don Pedro, un establecimiento de producción de conejos que instalaron hace siete años en Colonia Italia, Lavalle.

Su condición de médico veterinario le permite aportar una visión profesional a la parte productiva del negocio. 
Horacio De La Rosa hace un balance positivo de la actividad y expone una visión optimista a futuro, sobre todo para quienes puedan aprovechar las ventajas de la integración.

Es que, como presidente de la Cooperativa Conejos Andinos (entidad que reúne a 12 productores de distinta escala, con establecimientos radicados en Lavalle, Maipú, Luján de Cuyo, San Carlos, Tunuyán y General Alvear), destaca los avances logrados en materia productiva durante el último año, y adelanta algunos de los proyectos comunes.

-¿Cuál es el panorama de la producción cunícola en Mendoza?

-La verdad es que nos están faltando conejos para atender la demanda que hay en la provincia, y a nivel productivo hay avances. Es cierto que no todos los productores tienen la misma dimensión y que hay muchos ajustes por hacer. No tengo el número preciso, pero debemos ser unos 70 cunicultores con producción comercial en la provincia, al margen de las familias que crían conejos para consumo propio, y cada uno, dentro de sus posibilidades, está tratando de mejorar.

-¿Ustedes han logrado mejoras a lo largo del proceso de integración?

-En nuestro caso, hemos ido unificando criterios de manejo y, por otra parte, iniciamos la compra de alimento en común, lo que nos ha permitido abaratar un poco los costos. Además, en el corto plazo, la idea es generalizar la práctica de inseminación artificial entre los asociados de la Cooperativa; en algunos establecimientos ya lo venimos haciendo.

-¿Qué ajustes consideraban necesarios?

-Fundamentalmente el manejo en bandas, que permite coordinar los servicios para que los conejos se vayan criando escalonadamente y, al mismo tiempo, ir sacando tandas para faena con la frecuencia que uno decida. Para eso, primero hay que sincronizar el celo de las hembras, ya sea para inseminación o para monta natural. Eso posibilita tener una determinada cantidad de animales terminados por semana, cada quince días o cada mes. En Mendoza se trabaja, en general, con bandas semanales.

-¿Sobre qué otros aspectos de manejo vienen trabajando?

Tienen que ver con la alimentación, el control de lactancia, control de peso al nacer y al destete, llevar un registro de gazapo logrado por hembra y selección de hembras por fertilidad. La hembra que no produce y que, por supuesto, sigue comiendo tiene que ser eliminada. Para medir la productividad hay que incorporar el concepto de boca productiva. Esto quiere decir que cada jaula debe tener, permanentemente, una coneja preñada o una coneja con gazapos.

-Por eso la rotación de hembras es muy alta…

-Se estima que la reposición anual puede llegar a ser de hasta el 125%, porque cada coneja -salvo excepciones- puede tener entre 5 y 7 pariciones al año. Lo que pasa es que hasta la cuarta parición va aumentando el número de crías, se mantiene en ese nivel en la quinta y la sexta y empieza a decaer en la séptima. Ese animal, que ya no es productivo y sigue comiendo, debe ser reemplazado.

-¿Están incorporando genética en los planteles?

-Permanentemente. Hemos estado trayendo semen de un centro cunícola de la provincia de Buenos Aires, y nos ha dado buen resultado, y seguimos comprando machos de distintas razas. Desde la Cooperativa estamos tratando de promover la mejora genética, inclusive entre otros productores que no son asociados.

-¿Dónde están comercializando la producción en este momento?

-Dentro de la provincia, en restaurantes y carnicerías. Hay gente que se dedica a vender carnes alternativas (incluso uno de los asociados de la Cooperativa está por instalar un negocio de esa especialidad en Luján de Cuyo). Además, hay mayoristas que son compradores, aunque en este caso el precio es menor. La demanda, en Mendoza, no está abastecida todavía. Hay margen para crecer.

-¿Qué precio, en promedio, está recibiendo el granjero?

-Nosotros, en la granja, estamos vendiendo a 70 o 75 pesos el kilo de conejo limpio, faenado. Hace unos días, en una de las cadenas de hipermercados, estaban vendiendo conejo a 140 pesos el kilo. El precio que podemos lograr varía, por supuesto, dependiendo del comprador: si es un mayorista, si es una carnicería, un restaurante o un particular.

-¿Ha mejorado el desempeño de cada establecimiento a partir de la integración?

-Para mí, el hecho de haber ido formando un grupo, lo cual es sumamente difícil, y haber constituido la Cooperativa, ha sido muy positivo. A pesar de las diferencias de escala, estamos empujando todos para el mismo lado, con un mismo objetivo. Nos ha permitido no sólo abordar en común aspectos productivos como la compra conjunta de alimento, mejorar la genética e iniciar este proceso de ajustes en el manejo, sino resolver problemas comerciales que pueden parecer menores, pero muchas veces a uno le falta producción para atender a sus clientes y recurre a otro asociado para completar una partida. En algún momento, queremos lograr que las ventas se hagan a través de la Cooperativa Conejos Andinos.

Genética y manejo reproductivo

De La Rosa recordó que “la producción animal, en general, se basa en genética, alimentación y manejo, por eso prestamos particular atención a estos tres aspectos”.

El profesional explicó que en genética para cunicultura de carne, hay una línea maternal y una terminal. “La primera es la que confiere prolificidad, actitud materna, producción de leche, etc.; y la línea terminal tiene que ver con la capacidad de engorde, de conversión del alimento en carne. Nosotros hemos comprado semen maternal y terminal; también compramos conejos de razas puras, para cruzar y aprovechar el impacto de vigor híbrido”.

Reveló que "hace un par de semanas trajimos de Córdoba ejemplares de dos razas distintas: leonado de Borgoña, que es un conejo que anda muy bien para cruzarlo con los neocelandeses y los californianos, y también trajimos ejemplares de estas dos razas, y hace unos meses, otros asociados de la Cooperativa ya habían comprado machos en la provincia de Buenos Aires".
Señaló que "eso nos está rindiendo, con diferentes resultados, según las prácticas de manejo". Indicó que "la monta natural es muy efectiva, con índices que van del 70% al 80%". La inseminación artificial tiene una efectividad que va desde el 60% hasta el 80%.

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