Hidrocarburos: el desafío de Vaca Muerta

Con los acuerdos entre empresas, sindicatos y Gobierno, se esperan inversiones por U$S 5 mil millones para este año. Cómo se descubrió la formación.

Esta semana el presidente Mauricio Macri anunció un acuerdo con el gobierno de Neuquén y con las empresas que operan en la formación Vaca Muerta que implicará eliminar las horas taxi, los equipos de servicio se reducirán y tendrán un esquema de 2 días de trabajo por uno de descanso (en lugar de uno y uno, como hasta ahora). Además, se permitirán las actividades nocturnas, que no se detendrán en superficie cuando haya viento y se fija un límite para ráfagas de hasta 60 kilómetros por hora para el trabajo en altura. Además, los pozos podrán ser operados por distintas empresas.

En el Gobierno estiman que llegarán inversiones por U$S 5 mil millones para este año.

El comienzo

Pero es interesante conocer cómo se descubre la formación Vaca Muerta y un buen libro para enterarse de varias cosas es Argentina Saudita de Alejandro Bianchi. En él se explica que si alguna vez se cumple el sueño de "Argentina potencia energética" será gracia a Charles Edwin Weaver, un geólogo de la Standard Oil of California que hace más de ochenta años escribió un documento fundacional en el que revelaba el potencial hidrocarburífero de la cuenca neuquina.

"El Weaver", como se lo conoce en el mundo académico, sigue siendo el trabajo geólogico más utilizado para saber cuál es la riqueza petrolera y paleontológica de la región; es material de estudio obligado en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires y material permanente de consulta de los geólogos profesionales.

Este informe de 469 páginas realizado entre 1923 y 1931, que descubrió el potencial de la formación Vaca Muerta en petróleo y gas no convencional, puede salvar a la Argentina de uno de sus principales males económicos: la importación de energía -gas, petróleo crudo, naftas y hasta electricidad- que empezó en 2004 y que ahora significa un gasto de más de 10.000 millones de dólares por año.

La Standard Oil of California para la que trabajaba Weaver hoy se llama Chevron y es la primera empresa que firmó un contrato con la reestatizada YPF para explorar y desarrollar petróleo y gas no convencional en un área de Vaca Muerta. Si ese plan piloto funciona y es viable económicamente, la Argentina podría pasar de ser un país con petróleo a ser un país petrolero como México o Venezuela y, al mismo tiempo, explotar una nueva fuente de energía que está cambiando el mapa geopolítico del mundo.

El poder del petróleo no es nuevo. Ese combustible sentó las bases del capitalismo y del liderazgo de Estados Unidos. John Rockefeller le dio forma a un negocio que a fines del siglo XIX estaba en manos de unos pocos pioneros que hacían pozos en la tierra en busca del "oro negro". Rockefeller puso la semilla para que su país dejara de ser esencialmente agropecuario y desarrollara una actividad manufacturera que le permitiría concentrar poder y capital.

En la década de 1970, Estados Unidos dejó de tener petróleo barato y en abundancia. Las crisis de 1973 -el cierre de las exportaciones de los países de la OPEP hacia aquellos que apoyaban a Israel en la guerra contra Siria y Egipto- y de 1979 -por la guerra Irak-Irán- significaron que por primera vez en su historia el país tuviera problemas para abastecerse de combustibles y que hasta sufriera racionamiento. La recesión también frustró la reelección del presidente Jimmy Carter, y desde ese momento todos los ocupantes de la Casa Blanca se han obsesionado con el petróleo, al punto de haber declarado guerras o liderado la invasión de países (Kuwait, Irak) con el objetivo más o menos explícito de que las empresas estadounidenses no perdieran el control del insumo que mueve al mundo. No es casual que durante esos años se haya consolidado el concepto de "seguridad energética" y que el abastecimiento de energía pasara a ser tema de defensa nacional.

El primer pozo

Estados Unidos también fue un actor crucial en la historia petrolera argentina. A principios del siglo XX nuestro país era un gran importador de carbón proveniente de Gran Bretaña, su principal socio comercial. El carbón proveniente de Gran Bretaña, su principal socio comercial. El carbón definía la matriz energética del país. Estados Unidos era pionero en la exploración y producción de petróleo, que comercializaba para producir querosén, destinado a la generación de electricidad y calefacción, destinado a la generación de electricidad y la calefacción de los hogares, que la Argentina también importaba.

El 1904 el presidente Julio A. Roca creó una comisión en el Ministerio de Agricultura para investigar las napas de agua y los yacimientos carboníferos. Lo convencieron el ingeniero Wenceslao Escalante y Francisco Pascasio Moreno, un científico que había hecho varias expediciones antropológicas a la Patagonia y que estaba seguro de la riqueza petrolera del país. Moreno fue explícito en sus cartas al entonces ministro de Agricultura, Martín García Merou: "Agua potable no van a a encontrar, eso es lo que puedo decir casi con seguridad, pero es fácil que encuentren otra cosa de tanto o más valor; yo estoy convencido de que debe haber petróleo por debajo de estos campos".

El primer hallazgo de petróleo a cargo de empleados del Estado, se produjo en Comodoro Rivadavia, en la provincia de Chubut. El 12 de diciembre de 1907 le comunicaron a Buenos Aires por telegrama que habían encontrado una "napa de querosén"; el día siguiente se confirmó la existencia de hidrocarburos a 539 metros de profundidad. Hoy esa fecha se celebra todos los años como el Día del Petróleo.

Para proteger el área, el presidente José Figueroa Alcorta decretó de inmediato una zona de reserva a favor del Estado en un radio de 24 kilómetros alrededor del pozo. Sin embargo, no fue fácil extraer el petróleo de Comodoro. El clima hostil, la falta de agua y de recursos financieros, y la precariedad de las herramientas hicieron que la producción fuera limitada en los primeros años.

En 1909, se aprobó la ley 7.509 que le dio el primer paso legal al petróleo en Argentina. La ley confirmó la delimitación para el Estado del área de 24 kilómetros alrededor del primer pozo pero liberó unas 100.000 hectáreas aledañas a Comodoro y Santa Cruz para que exploraran empresas privadas. Creó también la Dirección General de Explotación del Petróleo de Comodoro Rivadavia, una nueva dependencia del Ministerio de Agricultura y embrión de la futura YPF.

La inversión privada permitió que creciera la producción pero el desafío siguió siendo hacerla sustentable rentable y comercializable. Las industrias y las usinas eléctricas debían adaptarse al nuevo combustible, que, a su vez, tenía que ser refinado en gran escala, y se necesitaban líneas ferroviarias para transportarlo. Recién a partir de 1913, seis años después del descubrimiento en Comodoro Rivadavia, empezó a cambiar la matriz energética del país a causa del petróleo.

Ese año la Argentina llegó al pico de importación de carbón con 4 millones de toneladas. Con el petróleo y el querosén sucedió lo mismo: a partir de 1914, cuando la producción nacional se multiplicó por seis hasta alcanzar las 40.291 toneladas, la importación comenzó a bajar. Sin embargo, la Argentina estaba lejos de poder sustituir esas importaciones.

El informe clave

Volvamos a Weaver. Nació en Dearfield, en el Estado de Nueva York,  y en 1919 se tomó licencia de la universidad y firmó un contrato con la empresa Standard Oil de California para realizar tareas de exploración y prospección de yacimientos de hidrocarburos en América Latina. La Standard Oil de Nueva Jersey -hoy Exxon- ya estaba en Argentina en el negocio del querosén y buscaba petróleo en Rusia. Weaver estaba obsesionado con aplicar los conocimientos puramente científicos a problemas concretos relacionados con la actividad económica, y entre 1919 y 1921 visitó distintos países latinoamericanos, desde Argentina hasta Panamá. Solo en nuestro país decidió realizar trabajos exhaustivos, atraído por la geografía patagónica y el boom económico y petrolero que se vivía.

La fiebre petrolera en Argentina fue un período relativamente corto, entre 1918 y 1923, que marcó la entrada masiva de capitales extranjeros en los yacimientos y durante el que se constituyeron más de treinta compañías para adquirir permisos de explotación en el país. En 1922, por primera vez en la historia energética de la Argentina, se consumió más petróleo que carbón y leña, los combustibles más usados hasta ese momento. Ese año, cuando Yrigoyen le entregó el poder a Marcelo Torcuato de Alvear, la Argentina experimentaba un crecimiento de 17% en la actividad económica con respecto a la preguerra, con inversiones y exportaciones en expansión. El furor de la compra de autos hacía del país uno de los mercados más prometedores en el negocio de los combustibles, y el PBI y el consumo de naftas eran superiores al de países como Francia. Circulaban 68.500 autos en el país, 16 mil eran importados de EEUU. Ese año desembarcaron grandes compañías, casi todas estadounidenses, como Goodyear, Toddy, General Motors, Ford y Palmolive.

En abril de 1923, Weaver comenzó su viaje de trabajo de campo en la cuenca neuquina. La tarea no fue fácil. A pesar de haber estudiado castellano, nunca llegó a manejar completamente el idioma. En sus libretas de trabajo, que están disponibles en el Burke Museum of Natural History and Culture de Seattle, registró que se alojó en Buenos Aires en un hotel de la calle Pichincha 1142 y que compraba ropa y otros menesteres de campaña en un comercio ubicado en la calle Defensa al 800. Las notas también hacen referencia a sus viajes en tren y mula por la Patagonia.

A su vuelta a Estados Unidos, Weaver le entregó a la Standard Oil un mapa con un informe exhaustivo y en 1931 publicó una monografía de 469 páginas, 52 láminas fósiles y 11 mapas paleogeográficos en la Universidad de Washington bajo el nombre Paleontology of the Jurassic and Cretaceous of West Central Argentina, en la que aparece por primera vez su registro de la formación Vaca Muerta. Profesores argentinos de geología como Eduardo Malagnino, fundador de la cátedra de Geología Ambiental en la Universidad de Buenos Aires, consideran que ese trabajo es uno de los dos mapas geológicos más importantes de la cuenca neuquina, junto con otro de 1946 del alemán Pablo Groeber, indica Bianchi en su libro.

Cuando se habla de Vaca Muerta a menudo se comete el error de decir que es un yacimiento pero en realidad es mucho más que eso. Vaca Muerta es una formación sedimentaria de una superficie de 30 mil kilómetros cuadrados que se extiende por el sureste de Neuquén y el centro de La Pampa y llega a Mendoza, en donde hay tres empresas operando. Es del tamaño de Bélgica, más grande que provincias como Tucumán o Misiones.

Primera perforación

Se sabe que en Vaca Muerta los hidrocarburos son iguales que los convencionales: ambos provienen de una roca generadora, o roca madre, de la contextura del mármol, ubicada a más de 3.000 metros de profundidad. Pero mientras que los convencionales subieron a reservorios más cercanos a la superficie, los no convencionales permanecen atrapados dentro de la roca, según Bianchi.

Más allá de todo esto, otra discusión fuerte es la gran cantidad agua que se necesita para poder extraer el petróleo de la roca por el método fracking.

Casi ochenta años después del descubrimiento de Weaver, se encontró petróleo no convencional en Vaca Muerta, cuya profundidad oscila entre los 600 y los 3.400 metros y cuyo espesor puede llegar a los 1.250 metros, con un promedio de 400 metros.

Los principales cambios acordados

Eliminación de las horas taxi por las cuales la jornada laboral se consideraba iniciada cuando el trabajador salía de su domicilio. Según las compañías, esta medida permitirá el "equilibrio" de los salarios en el sector petrolero.

Redefinición de la cantidad de operarios por pozo (menos), porque según las petroleras se puede aprovechar ya el aprendizaje de los años anteriores en las nuevas tecnologías.

Establecimiento de una jornada laboral de 8 horas para operación y mantenimiento de pozos, de lunes a viernes, reemplazando la actual que incluía fines de semana y feriados con salario por lo menos duplicado y eliminando las horas extras.

Incorporación de tareas nocturnas como montaje, desmontaje y acondicionamiento utilizando luz artificial, con lo que se pretende evitar tiempos muertos.

Fuerte reducción de las llamadas horas viento, incluyéndose que la operación a nivel de superficie continuará normalmente, sea cual fuere la velocidad del viento, y en altura se suspenderá recién cuando se supere una velocidad de 60 kilómetros por hora.

Estimaciones

Vaca Muerta es el tercer reservorio de gas no convencional del planeta.

Entre los especialistas hay dos tendencias: los ultra optimistas y los moderados. Los primeros entienden que Argentina puede tener gas para 195 años de consumo. Consideran algunos que la inversión necesaria para sacar toda la riqueza petrolera es de al menos 250 mil millones de dólares para los próximos 20 años. Para entender la dimensión de la cifra y el desafío que implica, vale un dato: la inversión extranjera directa que llegó al país entre 2003 y 2012 fue de 67.074 millones de dólares, con un promedio de 6.700 millones por año. Es decir, la inversión necesaria para sacar el reservorio no convencional equivale a 37 años de inversión directa extranjera.

Los más optimistas entienden que la riqueza petrolera bajo tierra equivale a 24 veces el PBI actual del país (unos 11 billones de dólares).

En la Secretaría de Energía de la Nación también hay proyecciones. Estiman que solo con Vaca Muerta se ganarán entre 10 y 12 años de reservas probadas y el Estado tendrá un ingreso total en concepto de impuestos y regalías estimado en 30 mil millones de dólares.

Un informe de la Cámara Argentina de la Construcción prevé que se generarán 1.982.116 puestos de trabajo hasta el 2034 por Vaca Muerta, unos 100 mil por año.

Los moderados se preguntan si llegarán las inversiones necesarias para hacer realidad el sueño de Argentina potencia energética.

A diferencia de los países petroleros, en los que la extracción de combustible es la actividad más importante de sus economías, la Argentina solo es, por ahora, un país con petróleo. La producción de gas y petróleo tuvo distintos vaivenes, condicionados por la inversión pública y privada, la política energética gubernamental y la situación macroeconómica del país. Se descubrió petróleo en 1907 y recién en 1998 se logró el autoabastecimiento energético pleno y sostenido en el tiempo.

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