Hematólogos cuestionan la ley de trombofilia

Dicen que no los consultaron. Aprobada el 23 de noviembre, aseguran que implica estudiar a todas las mujeres en edad fértil y pre fértil de manera innecesaria.

El 23 de noviembre el Senado de la Nación sancionó la ley de trombofilia que apunta a garantizar la cobertura dentro del Plan Médico Obligatorio (PMO) de los análisis y medicamentos necesarios para la detección y tratamiento del trastorno en mujeres en edad fértil y pre fértil.

Sin embargo, entidades médicas especializadas cuestionan la norma. El Grupo Cooperativo Argentino de Hemostasia y Trombosis (Grupo CAHT) emitió un comunicado al respecto y señaló que otras organizaciones similares no fueron consultadas para la elaboración del proyecto.

Subrayó que esto implicaría realizar estudios de manera masiva sin necesidad, generando ansiedad en las pacientes y elevados costos para el sistema de salud.

La trombofilia es un trastorno por el cual hay mayor predisposición a la coagulación sanguínea, lo cual afecta muchos embarazos y en función de evitar su pérdida es que los legisladores consideran necesaria la cobertura de los tratamientos.

Esta problemática conlleva la formación de coágulos que pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo, mientras que puede ser de origen hereditario o adquirido luego de una enfermedad que predispone a su desarrollo.

La ley sancionada destaca como objetivos en su artículo 2 procurar “la detección precoz de la trombofilia, el control y el tratamiento de la misma en mujeres, en edad pre-fértil y fértil, resguardar el derecho de la pareja a formar una familia (y) prevenir el daño psicofísico causable por la pérdida de un embarazo”.

Por ello dispone incorporar al PMO los estudios de diagnóstico y tratamiento, y la medicación requerida. También determina la creación del Programa de Estudio e investigación, docencia, formación, diagnóstico y tratamiento de la Trombofilia.

Cuestionamientos

Tras la aprobación en el Congreso, los hematólogos del Grupo CAHT comunicaron su preocupación y desacuerdo con la nueva norma: “Para la elaboración de esta ley no fuimos consultadas las sociedades científicas afines: Grupo Cooperativo Argentino de Hemostasia y Trombosis, Sociedad Argentina de Hematología, Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva, Sociedad de Obstetricia y Ginecología, a pesar de los reiterados ofrecimientos para asesorar sobre el tema y estando el Ministerio de Salud de la Nación en conocimiento pleno de esta situación”.

Las entidades de especialistas sostienen que la norma tiene graves fallas conceptuales sobre el tema y peligrosas consecuencias.

La médica hematóloga Andrea Rossi, presidenta del CAHT, explicó a Los Andes que lo que hace es obligar a hacer estudios a la población femenina en general sana.

Desde su punto de vista, no es necesaria una ley que impulse a los médicos a solicitar estas prácticas, porque ya lo hacen pero en los casos en que hay elementos que puedan hacer sospechar el trastorno.

Señaló que incluso siguen proponiéndose estudios que ya no se utilizan en el resto del mundo y sobre lo cual ellos ya han advertido sin éxito. La principal problemática de estos es que identifican ciertos elementos presentes casi en la mitad de la población femenina, pero que no necesariamente están vinculados al riesgo de trombofilia.

Sin embargo, ante la determinación y para evitar consecuencias se indica tratamiento con heparina en más del 50% de las mujeres estudiadas, incluso en aquellas en las que no está comprobado que su uso sea beneficioso, destaca el documento.

“Estamos en contra de que se estudie a la mujer sana, a la mujer pre fértil (niña), porque no está demostrado que esto prevenga pérdidas de embarazos”, manifestó Rossi. “Esto genera un gasto enorme y estigmatiza a la paciente porque la hace portadora de una enfermedad”.

El documento de los especialistas explica que la ley considera a la trombofilia como una enfermedad cuando en realidad es un factor de riesgo que incluye alteraciones que no se asocian con riesgo alguno. Así, con esta norma, se asigna el rótulo de “enfermas” a personas sanas y asintomáticas.

Por ello, Rossi sostiene que si bien los estudios no son invasivos desde lo físico, sí lo son desde el punto de vista psicológico por la inquietud que generan en la paciente estudiada.

Además, “la ley de Salud Reproductiva ya contempla estudiar a las pacientes que lo requieran. Mientras, por otra parte, cuando la paciente tiene antecedentes de un pariente directo en primera línea, se lo estudia”.

Desde su punto de vista, “los únicos que se van a beneficiar son los lugares donde se hacen los estudios y los laboratorios farmacéuticos”.

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