Hay Presupuesto, faltan soluciones

La sanción de la pauta de gastos corrigió el grave error de la clase política pero no aportó soluciones de fondo, que requieren acuerdos de políticas de Estado de largo plazo para mejorar la eficiencia y transparencia.

Hay Presupuesto, faltan soluciones
Hay Presupuesto, faltan soluciones

Después de siete meses, finalmente, la Legislatura provincial sancionó el Presupuesto para el año 2014. La demora estuvo generada por una ardua discusión entre el oficialismo peronista y la oposición radical. Los opositores no objetaban el cálculo de gastos ni de recursos, pero no querían acceder a nuevos endeudamientos.

El problema era muy simple: con ese cálculo aprobado faltaba plata para terminar el año. Esto significaba que la aprobación sin endeudamiento era imposible de cumplir. Para solucionar esto el gobierno inventó una ley de Administración financiera que le daba al ejecutivo la posibilidad de contraer nuevos empréstitos con la voluntad de la mayoría simple de la Legislatura, cuando la constitución exige dos tercios.

Al conseguir esta ley, la oposición amenazó, y concretó, una presentación en la Suprema Corte de la provincia solicitando una medida cautelar y la declaración de inconstitucionalidad de dicha ley. Ante la intervención de los jueces, se generó terrible revuelo intentando culpar a los jueces, cuando el problema era la falta de sentido común de los legisladores para acordar un Presupuesto razonable.

Finalmente, primó la cordura, se sentaron en una mesa de negociación y terminaron acordando una pauta que fue votada y dejó a todos satisfechos. Pero hay que destacar que la disposición a sentarse a negociar y acordar fue asumida por ambos bandos después de una fuerte presión social, de empresarios y de analistas de los medios que les reclamaban un respeto a la historia institucional de Mendoza.

Esto hay que recalcarlo porque la sanción del Presupuesto no fue un “éxito de la política”, como dijeron algunos de los actores, sino el resultado de una presión social que se les hizo insoportable. Porque instancias de negociación habían tenido a instancias de la Suprema Corte y ninguno fue con predisposición de acordar sino de imponer. Por esto es muy valioso que los mendocinos se den cuenta del efecto que se puede lograr cuando hay una fuerte presión para exigirle a los políticos que cumplan con su obligación

La parte dura del presupuesto

No voy a abundar en números porque son incomprensibles para la mayoría, pero lo cierto es que se aprobó una pauta total de gastos de más de 30.000 millones de pesos anuales, que marca una suba muy importante respecto del primer Presupuesto del gobernador Pérez. Esto implica un crecimiento muy fuerte de las erogaciones sin que se haya visto traducido en más obras.

El rubro que mayor crecimiento tuvo fue el relativo a los salarios y contribuciones que paga el Estado, y se verifica un notable crecimiento de la planta de personal. Pero, contra lo que podría suponer, el mayor número de empleados no se dio en áreas críticas. No fue ni en educación, ni en salud, ni en seguridad donde creció el personal.

Además, saltó a la luz la existencia de regímenes salariales desproporcionados que hacen que muchas personas cobren salarios muy por encima de los que se abonan en la actividad privada.

Por esta razón se acordó, en principio, no hacer crecer la planta de personal, cubriendo solo reemplazos en áreas sensibles. La norma no especifica si la misma restricción rige para el ingreso de personal por vía de locaciones de servicios o locaciones de obra.

Respecto del endeudamiento, se acordó una suma de 800 millones de pesos para todo el año, que se debe sumar a una cantidad similar remanente de la autorización del Presupuesto del año 2013. La única duda es qué calidad de deuda se va a tomar. Hasta que no se solucione el litigio de Argentina con los "holdouts" será muy caro tomar deuda en dólares, mientras que los créditos en pesos se otorgan con tasas muy elevadas.

Otro tema que no apareció fue el juicio que tiene Mendoza entablado en el Ciadi por los ex accionistas de Obras Sanitarias Mendoza. Ese juicio es por 200 millones de dólares y seguramente será perdido. De hecho, el Gobierno le sacó la empresa a los accionistas por falta de inversiones mientras le negaba aumentar la tarifa. En cuanto la estatizó, argumentaron que había que aumentar la tarifa para poder hacer inversiones. La enfermedad estatista nos va a salir muy cara.

Estos eran los dos puntos más complejos en la discusión entre radicales y peronistas, pero se solucionaron solo aspectos cuantitativos, sin entrar en un análisis más profundo que nos lleve a una solución más eficiente.

Los aspectos cualitativos

El tema del ingreso de personal tiene dos aspectos. La cantidad de personas y los niveles salariales. Respecto de la cantidad de empleados, solo se acordó no incrementar la cantidad, pero no se han establecido reglas para que, en el futuro, el ingreso de personas a la administración pública sea por concurso de manera más transparente.

Esta es la oportunidad para que se comience a implementar el ingreso por concurso en el Estado, dándole una forma más transparente que permita generar un plan de carrera y que jerarquice a los empleados de la administración pública.

Mientras esto no ocurra, seguiremos viendo el lamentable espectáculo de ver empleados entrando “en avalancha”, como barrabravas del fútbol, todos los fines de año por las presiones sindicales.

El tema salarial es más complejo. Los sueldos son una estructura en la cual la asignación básica es absurda y luego se suman un montón de ítems que terminan desfigurando todo. El sueldo debería ser uno solo, una cantidad que refleje claramente la valoración de la función por la que se remunera el trabajo. De lo contrario seguiremos con este sistema distorsivo.

Queda para el futuro la obligación de revisar el funcionamiento de los organismos descentralizados sobre los cuales no hay control de gestión. Los tableros de comando deberían incluirlos.

Un caso es la empresa de Trolebuses. Perciben los mismos ingresos que las empresas privadas. Mientras los privados están obligados a renovar unidades para que no tengan más de cinco años, los troles se compran usados y con 20 años de antigüedad. Además, la empresa no tiene recursos para hacerse cargo de las compras de unidades y depende del presupuesto público.

Esto muestra una situación anómala en la gestión. Con su cuadro de ingresos la empresa debería poder pagar sus gastos y pagar la renovación y mantenimiento de sus unidades. Pero no es así y esto exige una profunda revisión. Ser una empresa estatal le exige ser muy eficiente y no deficitaria.

Hay varios casos más. La escasez de recursos los obligará a ser más eficientes. Al final, la necesidad tiene cara de hereje.

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