Arqueólogos mexicanos descubrieron un sitio de ofrendas en un túnel que representa el inframundo en la ciudad prehispánica de Teotihuacán, con miles de objetos como ornamentos de jade que indican "fuertes vínculos” de esa civilización con Guatemala, informó ayer el jefe del proyecto.
“Inferíamos que Teotihuacán, desde fases muy tempranas, tenía un vínculo muy fuerte con muchas otras culturas, pero ahora estamos corroborando el vínculo comercial o de otro tipo, muy fuerte, con sitios que están en Guatemala”, dijo en conferencia de prensa el arqueólogo Sergio Gómez, jefe del Proyecto Tlalocan.
Camino bajo la tierra
Las ofrendas fueron encontradas a 103 metros de la entrada del túnel del Templo de la Serpiente Emplumada, en La Ciudadela de Teotihuacán, descubierto en octubre de 2003.
Desde entonces, el equipo del arqueólogo Sergio Gómez ha descubierto un total de 48 ofrendas, con decenas de miles de objetos. “Tenemos más de 30.000 objetos de jade, una roca que solamente viene de Guatemala”, dijo el experto.
En el último ofrendatorio del túnel que desemboca en tres bóvedas, en las que Gómez cree que podría haber depósitos funerarios, fueron halladas también cuatro esculturas labradas en piedra de unos 65 centímetros de alto que representan a tres mujeres y a un hombre “con rasgos teotihuacanos”, que estaban observando hacia lo que sería el punto más alto del Templo de la Serpiente Emplumada.
Decenas de grandes caracoles procedentes del Golfo de México y el Mar Caribe, algunos de más de 50 centímetros, pelotas de hule, huesos de grandes felinos, y miles de cuentas de diversos materiales y ollas son otros de los objetos hallados en la ofrenda.
“La temporalidad del túnel y de toda la cerámica es del año 150 a 200 d.C, que es cuando ocurren todos estos depósitos” en las ofrendas, precisó el arqueólogo.
También unas 15.000 semillas de distintas plantas han sido extraídas de las ofrendas, además de miles de objetos de madera.
La mayor parte del túnel fue cavada a una profundidad de 15 metros, pero ya casi hacia su final el suelo está a 18 metros por debajo de la superficie, y las bóvedas podrían estar a una profundidad mayor.
Los habitantes de Teotihuacán lo cavaron así “para mantener permanentemente un lecho de agua porque, de acuerdo con los mitos, el inframundo tiene su propia geografía sagrada; hay ríos, hay montañas, hay lagos y tiene su propio cielo”, explicó Gómez.
Los arqueólogos encontraron “las paredes y bóveda del túnel recubiertas con un polvo de mineral metálico” hecho con polvo de hematita y magnetita, lo que revela que cuando los teotihuacanos “entraban con antorchas, se iluminaba”, semejando “un cielo con estrellas titilando”.
El proyecto de investigación contribuye a entender que la majestuosidad de Teotihuacán se debe a que fue construida como una réplica de cómo se percibía el cosmos en esa ciudad.
Misterios de la ciudad de los dioses
La fase de exploración del túnel -que mide unos 120 metros de largo- será concluida el próximo año.
Hasta el momento los arqueólogos han extraído casi 1.000 toneladas de piedra y tierra que los teotihuacanos usaron para clausurarlo en dos ocasiones, la última vez fue hace unos 1.800 años.
El arqueólogo mexicano Sergio Gómez, a cargo de las excavaciones, espera que en las bóvedas del final del túnel se encuentren tumbas, y de ser así es muy probablemente que sean de gobernantes.
El experto espera hallar en su interior restos de al menos dos gobernantes para entender cómo se estructuraba o se heredaba el poder en esa ciudad prehispánica, uno de las últimos interrogantes pendientes.
También se han encontrado restos milimétricos de piel que los expertos están analizando para determinar si son de humanos o animales.
Teotihuacán, que en lengua náhuatl significa "Ciudad de los dioses", fue uno de mayores centros poblados de Mesoamérica durante la época prehispánica. Sin embargo, el origen de esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco no ha sido aún dilucidado por los expertos.