Grandes reportajes: Luciana Aymar con Los Andes

En abril de 2012 visitó Tupungato y allí dialogó en exclusiva con Más Deportes. En una charla distendida, reveló algunos secretos de su éxito deportivo y habló de sus nuevos sueños a días de los Juegos Olímpicos de Londres donde terminó siendo la abandera

Apenas había transcurrido el mediodía, el Cordón del Plata -que luce las huellas de sus primeras nevadas- es el telón de fondo de un escenario que combina en igual proporción la aridez del suelo con viñedos levemente dorados. Después de realizar un paseo por las instalaciones en las que se erige una bodega y un emprendimiento inmobiliario, con botas altas, pantalón de jeans, un saco blanco y un chal multicolor arriba al lugar de los invitados.

Detrás de sus anteojos Ray Ban, que recuerdan la década del ochenta, Luciana Aymar disfruta de la jornada -en Tupungato- que tiene como atractivo un almuerzo campestre y un partido de polo. La mejor jugadora del mundo de hockey sobre césped está distendida y accede a esta entrevista. La proximidad de los Juegos Olímpicos es la primera estación de la conversación y la declaración del ciclista Walter Pérez sobre quién debería ser el abanderado de la delegación argentina en Londres es el punto de inicio de este viaje.

"Yo no lo escuché, pero me comentaron lo que había dicho por radio; yo no voy a opinar. Me parece que todos nos merecemos la bandera, porque hacemos un esfuerzo enorme por representar a la Argentina. Detrás de cada uno hay un historial que nadie puede cambiar".

-¿Te imaginás como abanderada de la delegación?

- Sí, lo he pensado, no te voy a mentir. He llevado la bandera en un Panamericano, pero en un Juego Olímpico es diferente y me gustaría poder hacerlo, sería un sueño cumplido. Obviamente estaría feliz porque es una de las cosas que me faltan en mi carrera deportiva.

El camino hacia el podio de Londres es largo y sobre las posibilidades de Argentina ella responde: "Es un equipo que siempre aspira a ganar, que está en las finales de los torneos, pero en los Juegos puede pasar cualquier cosa. Nosotras estamos dedicadas a cada uno de los aspectos que exige la preparación (la parte técnica, táctica y psicológica), hacemos muchas cosas para llegar bien".

"Los equipos que competirán en  los Juegos son muy buenos, creo que los que ganan medallas son los que logran hacer diferencias desde lo anímico y no sólo por demostrar en la cancha todo lo que han entrenado".

-Ya tuvieron una sorpresa en la final de los Panamericanos.

-Fue un momento en el que no estábamos muy bien desde los anímico. La verdad es que en ese momento te agarra angustia... Es duro, nunca habíamos perdido un Panamericano; para llegar a ese momento pasaste cinco partidos previos en los que podés ganar por 20 a 0, pero en la final podés perder y fue lo que nos pasó con Estados Unidos.

Igualmente, como siempre digo, no hay mal que por bien no venga y nos sirvió muchísimo para darnos cuenta de las cosas que teníamos que cambiar, tanto el cuerpo técnico como las jugadoras. Y se hizo, por suerte, para la Champions, y fuimos campeonas.

-Hablás de un replanteo, de proyectar de nuevo.

-Mirá, hemos pasado momentos difíciles, pero el ánimo es muy bueno; los Panamericanos fueron un quiebre y mucho tiene que ver lo anímico y psicológico. Este año no fue fácil por lo que pasó con Sole, Belén o Charo. Es un equipo que viene golpeado.

-Pero existe recambio, el plantel se va adaptando y transfiere una filosofía.

-En realidad, sin valores no se puede ganar nada. No alcanza con tener garra, porque el hockey es un deporte que ha evolucionado mucho en todos los niveles. En un primer momento éramos quince jugadoras para enfrentar un torneo, pero en Argentina ha crecido tanto el hockey que ahora hay canchas sintéticas en todo el país y hay cada vez más y mejores jugadoras.

El semillero es muy bueno, la Selección va cambiando pero su filosofía es la misma. No sólo consigue los resultados por la cantidad de horas que entrena sino por su trabajo grupal. Es un equipo que gana mucho desde el valor agregado: garra, sacrificio, esfuerzo y pasión. Más allá de los cambios, la idea es transmitir estos valores de generación en generación.

-El trabajo en lo grupal también requiere renuncias. ¿Qué estás dispuesta a resignar?

-Soy una jugadora que ha cambiado de posiciones porque era necesario que cubriera una determinada posición. En otro deporte tal vez pueda decir yo juego acá y listo, pero aprendés a crecer, te bancás, por ejemplo, no estar entre las titulares; no es un capricho, hay una competencia y es natural.

- Alguna vez Gaby Sabatini, dijo: "Cuando veo eso siento que lo hizo otra persona". ¿Qué cosas de las que hiciste no podés creer?

-Yo creo que les pasa a muchos deportistas. Y a mí también: no puedo creer que haya jugado cuatro Juegos Olímpicos, que haya jugado cinco mundiales... Son muchas cosas, muchas emociones las que transité.

-¿Cómo te definirías?

-Siento que estoy muy bien con la jugadora que soy hoy; soy muy exigente y siempre tengo cosas nuevas por aprender. También me siento exitosa en el deporte en general. La puerta que he abierto para las nenas en un deporte no conocido y que hoy es el principal deporte en las mujeres, me hace sentir plena y me da mucha confianza. Soy una persona que siempre he tratado de rescatar las cosas positivas.

-¿Te molesta la exposición?

-Yo también busqué eso, lo busqué cuando empecé a jugar. Quería ser una deportista diferente, una persona exitosa. Quería revolucionar el hockey en la Argentina. Me preparé para ser diferente. Que las nenas me tomen como ejemplo me pone feliz, pero todo lo que logré lo hice también pensando en animarlas a practicar algún deporte.

La charla se escapa por el mediodía. Ella vuelve a disfrutar del sol en Tupungato.

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