Gradualismo o shock: qué piensan los economistas top de la Argentina

Bein, Frigerio, González Fraga, Delgado y Feletti recomiendan qué enfoque debería adoptar el próximo gobierno para introducir las correcciones que necesita la economía. La mayoría se inclina por el cambio gradual, aunque también contemplan áreas que requi

Gradualismo o shock: qué piensan los economistas top de la Argentina
Gradualismo o shock: qué piensan los economistas top de la Argentina

A medida que se acerca el 10 de diciembre, economistas de diferente extracción salen a fijar su postura respecto de si las reformas que requiere el modelo kirchnerista deben hacerse en forma gradual o a través de políticas de shock. 3Días contactó a 10 de los economistas más influyentes de la Argentina por su cercanía a los presidenciables y les pidió que definan su postura. La mayoría, al menos desde el discurso, está a favor de un mix con mayor gradualismo que shock.

Los defensores de este último enfoque, que son los menos, argumentan que el nuevo gobierno debe aprovechar su capital político inicial para hacer las correcciones rápidamente. Dicen que, si bien esta postura puede implicar costos sociales, éstos se verían compensados por una recuperación de la confianza y la atracción de capitales que se volcarían a la inversión. Los gradualistas, en cambio, acusan a los promotores del shock de no contemplar las consecuencias políticas de aplicar medidas bruscas.

Sin crisis en el horizonte, con pax cambiaria y paritarias encaminadas, el temor es que detrás de la discusión del timing del ajuste (gradualismo vs. shock) se esconda otro dilema: continuidad o cambio. El riesgo, si se quiere, sería que prevalezca el statu quo.


Rogelio Frigerio, presidente del Banco Ciudad y referente del PRO

Reformas graduales para evitar tensión y shock con los holdouts

Se necesita un gobierno creíble, que recupere la confianza perdida y que tome decisiones pensando en lo mejor para los argentinos, sin parches de corto plazo como vivimos estos últimos años. Hay cosas que requieren decisiones firmes y rápidas, como arreglar la situación judicial de los bonos argentinos, unificar el mercado de cambios, devolverle la independencia al Banco Central y eliminar los sobrecostos relacionados con la corrupción, que no son pocos.

Todo lo demás demanda correcciones y mejoras, pero nada que deba hacerse de un día para el otro. Hay que bajar la inflación, hay que gastar mejor lo que se recauda, hay que reducir los impuestos regresivos y que afectan a la competitividad, pero no se puede hacer todo en un día. Si no cambiamos nada, la economía no se recupera; pero si cambiamos todo de golpe se generan tensiones innecesarias. Un buen gobierno no debe ir a los extremos. Ni un gradualismo que lleve a la inacción, ni decisiones intempestivas sin mirar a quien afectan. El próximo gobierno debe tener, sobre todo, determinación para sacar inmediatamente las trabas que frenan la producción y el empleo.

Miguel Bein, referente económico del precandidato presidencial Daniel Scioli:

Plan gradual para cuidar el empleo

Proponer un ajuste brusco que libere todos los controles y deje que la economía ajuste sola a los nuevos precios relativos es poner el carro delante del caballo. Hay margen para graduar la corrección y evitar costos en términos de empleo. El desarme del "cepo" y la consecuente reducción de la brecha cambiaria son necesarios para financiar el desarrollo de la economía. Pero hay que proceder gradualmente, atendiendo al uso estratégico de las reservas del BCRA: en primer lugar asegurando el abastecimiento de la economía (pagos de importaciones); en segundo, el giro de utilidades y recién en tercero, el dólar ahorro.

Esta reducción gradual de los controles requiere un plan que reduzca los desequilibrios minimizando el impacto sobre la actividad y el empleo, lo que exige de arranque una negociación del juicio en Nueva York, un acuerdo legislativo y otro social por 2 años. (*La opinión de Bein se tomó de informes del Estudio Bein de marzo y abril ya que prefirió expresarse por esa vía).

Ricardo Delgado, asesor económico de Sergio Massa y director de la consultora Analytica:

100 días para poner en marcha un plan creíble

El nuevo gobierno tiene cien días para poner en juego medidas consistentes y creíbles. Deberá orientarse desde el momento cero a recuperar el crecimiento perdido.

Una estrategia de shock es desaconsejable, dada la ausencia de una crisis terminal. El ajuste contractivo de una terapia de shock impediría equilibrar el flanco social y profundizaría la recesión. Para ser sostenible, el cambio debe ser gradual pero a la vez intenso de reformas, que recree rápido las condiciones para la inversión local y externa y reconstruya instituciones como el Banco Central y el INDEC.

El ataque a la inflación -la madre de todas las batallas- tendrá que ordenarse con un programa consistente que incluya compromisos monetarios y fiscales trimestrales para coordinar expectativas hacia alcanzar un dígito en dos años y acuerdos de precios y salarios a dos años. Para que la actividad crezca, el cepo debe eliminarse y el mercado de cambios, unificarse. La reducción de los subsidios y la recomposición tarifaria atada a nuevas inversiones tienen que estar en línea con el objetivo de reequilibrar el frente fiscal. Nada de la noche a la mañana, pero sí con intensidad y rapidez para regenerar la confianza.

Javier González Fraga, ex presidente del Banco Central y economista de la UCR:

Gradualismo a la inflación y shock a la inversión

Ambos. El próximo presidente debe dejar muy en claro que, además de promover el consumo, hay que impulsar la inversión, la producción y las exportaciones. Debe anunciar inmediatamente las siguientes medidas: 1. Eliminación de casi todas las retenciones, y pago automático de reintegros e IVA; 2. Política antiinflacionaria basada en metas de inflación graduales y realistas. 3. Gradual reducción del gasto público mediante la eliminación de subsidios que beneficien al 30% más rico, y del clientelismo político. 4. Inmediato despido de funcionarios no calificados en el INDEC, el BCRA, la CNV. 5.

Reinserción en el mundo financiero negociando un acuerdo con los holdouts. 6. Desdoblamiento inmediato del mercado cambiario, para facilitar el ingreso de fondos, y terminar con el dólar ahorro y el déficit turístico. 7. Voluntad de confrontar con las mafias del juego, del futbol, del narcotráfico, de los contratistas del Estado y del lavado de dinero. 
La eliminación del atraso cambiario tiene que lograrse gradualmente en línea con la reducción de la inflación y de la consolidación de un superávit fiscal. No estoy de acuerdo con quienes buscan un ajuste que transite por la caída del salario real.

Roberto Feletti, diputado nacional del FpV.

Ni shock ni gradualismo; énfasis en la preservación del trabajo

El dilema gradualismo o shock forma parte del debate que intentan instalar sectores concentrados de la economía cuando pretenden modificar los precios a su favor. Shock es un abrupto salto de las variables económicas, concentrando ingresos y disciplinando al resto. Gradualismo es alcanzar el mismo objetivo redistributivo regresivo con escalones que amortigüen la reacción política y social. Durante 25 años, Argentina sufrió shocks donde todas las correcciones de precios fueron contra los trabajadores y a favor de reducidos conglomerados empresarios.

Hace 12 años que esos cimbronazos no ocurren. El Estado funciona como regulador de mercados, los trabajadores participan de la definición de su salario y existe una política de ingresos hacia mayores, niños y adolescentes. De esa articulación surge la fijación de los precios de la economía. La herramienta para abordar una corrección de precios para superar la restricción del sector externo y encaminarnos hacia el desarrollo es una concertación amplia y sectorial, con énfasis en la preservación del empleo y el salario.

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