Godoy Cruz: los barrios que no se inundan cuando llueve

El ATSA, Pablo VI y Los Peregrinos, cuentan con un sistema de piletones donde se acumula el agua y drena en forma paulatina.

En el límite Este del barrio ATSA I (Godoy Cruz) hay 5 piletones rectangulares con una extensión exacta de 11.575 metros cuadrados, separados entre sí por 4 anchas hileras de tierra. Fueron construidos entre 2012 y 2013, en simultáneo con el barrio y fue un requisito de la Dirección de Hidráulica para otorgar la factibilidad de construcción al IPV.

A más de un vecino o transeúnte se le puede dibujar un signo de interrogación gigante en el rostro cuando pasa por el lugar y las ve. Pero en semanas como las más recientes, cuando las tormentas y temporales anegan calles e inundan casas, esta obra resulta un alivio no sólo para las casi 2.000 personas que viven en el lugar, sino también para quienes viven en los barrios aledaños (Pablo VI y Los Peregrinos), puesto que el agua se concentra en estos fosos en lugar de correr como si se tratara de un río por las calles y veredas.

"Las piletas tienen entre 1.772 m2 y 2.751 m2 y ha sido una gran solución desde que se construyeron, sobre todo durante los últimos días.

Ni hablar con el aluvión del 19 de febrero por la noche, cuando las 5 quedaron llenas y no se inundó nada en los barrios”, destacó Liliana Calle, presidenta de la unión vecinal que lleva el nombre del barrio.

Son varios los vecinos que celebran orgullosos la estrategia -prácticamente inédita en un barrio urbano mendocino- para paliar las consecuencias de las tormentas. "Imagínese lo que hubiera sido este barrio y el Pablo VI sin el reservorio, ¡un desastre! Es perfecto para que no se inunden", sintetizó Mari, quien vive en Macacha Güemes y Vélez Sársfield, frente al predio de las piletas.

Como contrapartida, algunos vecinos destacan que hay algunos problemas en el drenaje del agua y que ésta queda estancada durante días en algunas de las piletas. Esto se transforma en caldo de cultivo para la reproducción de mosquitos, así como también la basura que otros tantos vecinos arrojan en el lugar. “En verano, cuando los chicos vienen a la escuelita de fútbol , hay una nube de mosquitos en el lugar.

Algunos días han tenido que prender fuego al costado de la calle para ahuyentarlos”, destacó otro vecino del lugar.

La administración del predio está en manos de la Municipalidad de Godoy Cruz y ellos hacen periódicamente la limpieza y desmalezamiento, así como también los controles. “Mucha gente todavía no sabe cuál es la función de los reservorios, para qué están y se dan cuenta durante las lluvias.

El detalle de que tengan piedras y sean de tierra es justamente para que drene el agua. Desde que deja de llover, por lo general el agua queda en el lugar 10 días”, destacó el director de Limpieza Urbana y Protección Ambiental de la comuna, Pedro San Martín.

Concentrada

Entre el martes y miércoles de la semana pasada, en el Gran Mendoza y en San Martín precipitaron más de 50 mm de agua. Las consecuencias se sintieron con fuerza en Guaymallén -al igual que con las lluvias de ayer-, Luján y en distintos puntos de Las Heras, Ciudad y Godoy Cruz; con calles y casas inundadas y techos rotos.

No obstante, en los barrios ATSA I, Pablo VI y Los Peregrinos las consecuencias se sintieron menos, y mucho tuvo que ver en esto los piletones. “En esa parte siempre se ha juntado agua para drenar, desde antes de que se instalara el barrio.

Por eso es que Hidráulica puso como condición el reservorio antes de autorizar el barrio. Se lo dividió en cinco, con hileras de tierra que los cruzan y en la medida en que se va llenando uno de los sectores, el agua decanta al otro -de norte a sur- hasta que se llenan los 5”, destacó San Martín, quien indicó que las piedras y la tierra ayudan a que se haga el drenaje.

“El clima ha cambiado en Mendoza, hay más lluvias que antes. Y cuando hace frío, el agua queda durante varios días ahí. Pero esto ha sido la salvación, en especial para la gente de la parte baja del barrio y los que están más al este. Sin el reservorio, todo se inundaría cada vez que llueve”, agregó la presidenta de la unión vecinal.

Lamentablemente, algunos vecinos le dan otro uso a las piletas, un tanto más nocivo: la de basural. “Es muy común que la gente de enfrente venga a tirar la basura al lugar. Dejan desde bolsas hasta envases PET y colchones rotos. Después cuando llueve, todo eso queda flotando y genera tapones. Es como tirar basura en cualquier acequia o canal. La Municipalidad puede venir a limpiar un día y al siguiente está sucio”, siguió Mari.

“Hay mucha gente que destaca el aporte para que no se inunden los barrios pero, por otro, cuestionan que se junten mosquitos después de que llueva o que haya falta de mantenimiento. Hay mucha inseguridad. Cada dos por tres se roban los postes y el alambrado, por lo que hay que reponerlo. El sábado pasado la comuna lo puso de nuevo”, sintetizó.

“Para mí es un terreno desperdiciado. Creo que no hace falta algo tan grande como un reservorio. Quizás con un zanjón es suficiente. Además, se llena de mugre y de mosquitos”, se explayó otro vecino, quien prefirió no dar su nombre.

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