Germán Álvarez: "Narrar en pinturas"

Hasta el 10 de febrero, el artista mendocino expone en Mandrágora Galería una selección por distintas etapas de su obra donde lo real y lo artesanal construyen un devenir fluido de formas y colores.

A pesar de ser artista desde hace años, muchos años, Germán Álvarez no pretendió dedicarse de lleno a su trabajo introspectivo y silencioso de taller. La vida en familia y su ocupación “formal” como letrista de una empresa de colectivos habitaron los espacios -y lo hacen- que no ocupa el arte y que tienen que ver con el mundo a diario: con lo cotidiano. Esa respiración mano a mano de lo real representa de algún modo su búsqueda en el horizonte creativo.

Germán va en busca de lo simple y quien observa su obra se encuentra envuelto en un lenguaje cercano y accesible. Entonces es como contemplar las mismas preguntas y detenerse en los mismos paisajes y sentir que lo “mundano” se vuelve bello una y otra vez.

La influencia de la cultura gráfica le resulta inevitable, como también el movimiento y la narrativa que denota en cada obra.

“Creo que la timidez forma parte de mi carácter aunque al mismo tiempo siempre he tenido la necesidad de mostrar lo que hago y la suerte de haberlo hecho en varias oportunidades. Nunca busqué generar una estrategia como artista más allá de mi obra, creo que tiene que ver con lo que soy, una persona de perfil bajo”, dice en un café en la esquina de la céntrica Mandrágora Galería, donde expone un repaso por su obra hasta los primeros días de febrero.

Es un bicho de la pintura, la ilustración y el dibujo, dice. Le gustan las horas de producción en soledad. Cuando empezó a crear, advierte, “hacía otro tipo de trabajos”, y el estilo que lo define lo encontró con el tiempo. Estudió aunque no finalizó la carrera  en la UNCuyo y está próximo a obtener el título de Profesor en Artes Visuales en el Instituto Tomás Godoy Cruz, una deuda pendiente consigo mismo, la del título. Sus obras han sido adquiridas por colecciones privadas de España, Chile, Estados Unidos y Argentina y con ellas ha expuesto numerosas veces en diversos espacios de la provincia y Buenos Aires (MMAMM, ECA, Daniel Rueda, Centro Cultura Recoleta, arteBA).

Germán Alvarez cuenta con destacados premios y becas nacionales y mantiene el encanto de quien descubre una pasión y recorre los primeros pasos.

“Siempre pensé en la obra como algo inalcanzable hasta que comencé mi propia búsqueda y me di cuenta que quería desterrar todo eso para hacer un trabajo muy sincero, muy honesto, que no tuviera halos de misterio sino que fuera concreto y fácil de ver, no quiero decir con esto que intento hacer algo sin contenido sino que busqué un lenguaje sincero para mí. Así empecé este camino de trabajo bastante gráfico, de color más plano. Antes hacía cosas con más texturas, algo muy académico y cuando tuve ciertas herramientas me fui soltando. Me gusta que exista cierta conexión con quien ve la obra, que llegue al arte, que sea popular y muy visual. Le doy valor a lo que dicen nuestros sentidos”.

El trabajo vinculado a la ilustración editorial de Mendoza, para libros y revistas, así como su oficio de letrista lo mantienen activo a diario, cerca de lápices y pinceles, de esmaltes y acrílicos. Disfruta de la decodificación en imágenes, es por eso que mucho de lo que lee es luego trasladado a formas dibujadas que siente la necesidad de crear.

“Para el desarrollo de mi obra me nutro bastante de la literatura, y lo que leo tiene alguna connotación que me sirve tarde o temprano para lo que hago. Para mí el arte es un estilo de vida, no es un hobby ni algo que haga los fines de semana sino una necesidad. Tiene mucho que ver con lo que me toca vivir: Vivo para el arte aunque no del arte”, dice el hombre que tras cursar tres años de ingeniería optó por formarse en lo que reconoce como su verdadera vocación.

Lo que es, lo que hace, lo que experimenta, lo que piensa son los principales nutrientes de la obra de Alvarez, habitada por momentos, etapas y contradicciones.

“Mi trabajo en el arte se alimenta de lo que vivo, de lo cotidiano. Creo que el arte un poco abusa de ensimismamiento y en determinadas ocasiones no logramos ver lo que pasa a nuestro alrededor y por ahí muchas personas de mundos paralelos te enseñan tanto, que en algún punto valoro no dedicarme exclusivamente al arte”.

Sin series ni obras concatenadas de modo consciente, Germán Alvarez presenta hasta el 10 de febrero un recorrido por las pinturas que Andrea Cano, responsable de la galería Mandrágora, seleccionó de su vasta autoría. El hilo conductor es la búsqueda de un hombre que pinta, que tiene oficio y colores y formas que comunicar. De un hombre solo y al mismo tiempo diverso que no le teme al costumbrismo mendocino ni a las metáforas, ni a los pasajes de la existencia ni a las situaciones “pequeñas”; que busca libertad en los pinceles y sueña con utopías.

La muestra de Germán Alvarez puede visitarse de lunes a viernes de 17 a 21 hs. en Mandrágora Galería, con entrada libre y gratuita, en 25 de mayo 780.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA