Si bien durante unos diez años y quizás algo más, al damasco se lo consideró una fruta en retirada al igual que el membrillo, el interés parece resurgir. Su principal destino era la industria y los bajos precios pagados al productor, hicieron que estas producciones dejaran de ser atractivas. Sin embargo, se vislumbran algunos “brotes verdes” en Mendoza.
Los números son contundentes (ver aparte) en la provincia son muy pocas las explotaciones exclusivas de estas dos frutas y por lo general, la que se cultiva está en trincheras.
Según Exequiel Redondo, productor de damasco y miembro de la Cátedra de Fruticultura de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo, con nuevas variedades el cultivo podría resurgir.
“Soy productor de damasco y el problema es que en Mendoza las variedades que hay son viejas. Éstas tienen un comportamiento bueno a nivel industrial, pero no tienen cualidades para fruta en fresco”, dijo Redondo.
Para el especialista, los pocos productores que reconvirtieron y se dedicaron a variedades para consumo en fresco, ganaron en rentabilidad.
“Por las heladas tempranas este año hubo poca producción, por lo que se pagó mejor y alguna de estas variedades pudieron ir para consumo en fresco, pero en general, esto no se da todos los años”.
Variedades nuevas como Castle Brite, Modesto, Tomcot y otras dos como Goldstrike y Goldbar empiezan a llamar la atención de los productores. Así lo confirmó, Enrico Najt, de Vivero Valle Verde.
“Si bien no se puede comparar con la producción de plantas que se hace para durazno, este año se han notado un poco más los pedidos de plantas de damasco. Al parecer los productores que tienen buenos rindes y que logran sortear las heladas, han tenido una rentabilidad aceptable”, señaló.
En este sentido, además del damasco, también el membrillo ha vuelto a tener algún atractivo.
Maximiliano Martínez de vivero Semillitas en el Valle de Uco, aseguró que recibe a diario consultas por una u otra fruta.
“En el caso del Valle de Uco, una empresa ha comenzado a fomentar un poco la plantación de membrillo para industria y los productores se han mostrado interesados”.
Agregó: “En toda la provincia este año seguramente se harán unas 20 mil plantas de membrillo. También en esto hay que tener en cuenta la oportunidad: hay gente que no vive del agro y muchas veces está dispuesta a ir en contramano para poder generar mejores ingresos a futuro”.
En Mendoza existe un poco más de 1.000 hectáreas con membrillos, donde la mayor concentración se da en la región Sur.
Para Redondo, la situación del membrillo ha sido mala, principalmente porque es un frutal que requiere de una mayor inversión para que su sanidad, no sea afectada.
“El membrillo tuvo una coyuntura negativa. Además se cosecha en febrero - marzo, es una fruta de ciclo largo, donde se deben realizar más aplicaciones contra carpocapsa y grafolita, y eso encarece un poco su cultivo”, dijo Redondo.
Sin embargo, las plantaciones puras obtienen muy buena renta.
“Algunos cultivos en las fincas tienen problemas de plagas y enfermedades. Estos no generan un buen retorno. Analizando el oasis Norte y Este, como mucho deben existir unas 15 explotaciones, de ellas solo un puñado logra rendimientos de 40 mil a 45 mil kilos por hectáreas, que es lo que se necesita para que sea rentable”, señaló.
Si bien se trata pedidos incipientes, es interesante ver como algunos productores que reconvirtieron sus montes frutales, están logrando mejores resultados.
Superficie en retirada
Lenta e inexorablemente hay especies frutales que están en vías de extinción en la provincia.
Nadie escapa a la realidad visible sobre las rutas provinciales donde los paños de tierra lucen despoblados de sus cultivos originales.
En la actualidad en Mendoza están inscriptos en el Registro Único de Tierra (RUT) 1.416 productores de membrillo, 2.182 de damasco, sólo 2 productores de granada y ningún productor de níspero.
El último censo frutícola del 2010 en la provincia usando valores aproximados trabajados con el padrón de productores del Instituto de Desarrollo Rural (IDR), relevaron el cuadro de situación de las escasas superficies cultivadas para las frutas de la zona Norte, Este, Valle de Uco y el sur provincial.
Comenzando por el Sur, la superficie total frutícola era de 33.269 de monte puro, el total de hectáreas de trincheras era de 952. En tanto de un total de plantas aisladas la superficie frutícola era de 186 hectáreas.
Un foco más profundo daba cuenta que el damasco en el 2010 tenía 1.026 hectáreas en monte puro, en trinchera ocupaba 262 hectáreas, en tanto le correspondían 8 hectáreas de plantas aisladas.
En el caso del granado, en el 2010 dominaba 16 hectáreas de monte puro, ninguna hectárea ocupaba como trinchera ni con plantas aisladas.
La higuera sólo contaba con 5 hectáreas de monte puro, no existía casi, menos de una hectárea, o sea 0,3 de hectárea de trinchera.
Y finalmente el membrillo en monte puro dominaba 757 hectáreas, en trinchera había 171,2 hectáreas, en tanto en plantas aisladas en tierras sureñas contaba con 6,5 hectáreas.
En el Valle de Uco
En el 2010 la superficie implantada por frutales en monte puro, trincheras y plantas aisladas era el siguiente, entre varias especies de frutales, donde el damasco, el granado la higuera y membrillo participaban junto al ciruelo, nogal, olivo, peral y pistacho, en monte puro el total era de 15.605 hectáreas las ocupadas, en trinchera había 116,4 hectáreas, en tanto casi nada se registraba en hectáreas por plantas aisladas, apenas 0,6 hectáreas.
Un foco más específico da cuenta que hace 7 años atrás, el damasco en monte puro abarcaba 11,2 hectáreas y no registraba presencia ni en trinchera, ni como planta aislada.
El granado directamente no tenía presencia productiva en el Valle de Uco, lo mismo que para la higuera. En cuanto al membrillo en el 2010 desde el IDR registraron 82,6 hectáreas de monte puro, y 26,9 hectáreas de trinchera.
Los otros datos
Según el censo de la provincia 2010, el cuadro de situación productiva para el IDR, daba cuenta que de superficie frutícola desgranada había 12.054 hectáreas en monte puro, en trinchera 1.523 hectáreas, en tanto de planta aislada se registraron unas 64 hectáreas en total.
En ese universo propio del Este, el damasco registraba en en monte puro 524 hectáreas, en trinchera 11,2 hectáreas, en tanto en planta aislada había sólo 1,3 hectárea.
El granado en 2010, no existía ni en monte puro, ni como trinchera y tampoco tenía presencia en planta aislada.
En tanto la higuera en aquel año sumaba en monte puro 31,4 hectáreas y en trinchera casi no tenía presencia, apenas 0,4 hectáreas.
El membrillo en el Este ocupaba 196 hectáreas en monte puro, en 50 hectáreas era usado como trinchera y sólo ocupaba 1,8 hectáreas como planta aislada.
Y finalmente en el Norte de Mendoza, en el 2010, de un total de 11.863 hectáreas relevadas por especies frutales en monte puro, el damasco ocupaba 112 hectáreas, el granado 1,7 hectáreas, la higuera nada en tanto el membrillo sumaba 100 hectáreas.