A mediados de Enero, Carolina publica un pedido de ayuda angustiado. Muestra en el estado en el que había encontrado a Florcita. Muy delgada, con sarna avanzada, sin pelos y muy pero muy asustada.
Esto que ves, era Florcita hace algo mas de un mes y medio. Su piel hecha jirones, su poco pelo sucio y enfermo, su cola caída. Si observás su expresión ella te grita de la resignación, del no va mas, del me muero. Pero hay algo mas que Florcita siente en profundidad: Tiene miedo.
A través de la publicación de Carolina, Carina entra en la vida de esta nueva rescatada. En principio para bañarla, cortarle los pelos locos como me dice , y luego llevarla a un refugio. Pero al verle ese miedo en el alma, al ver como se escondía de todo con frenesí, decidió que el refugio no era la solución. Y Florcita se quedó en casa.
Dócil fue aceptando cada uno de los cuidados y las curaciones. Al no verla bien, al otro día nomás Carina partió para el Instituto Veterinario y se inició el tratamiento con antibióticos. De a poco, la salud de Florcita mejoraba. Pero es que ella todavía tenía mucho miedo...
¿Viste esas personas que le tienen un miedo irracional a los perros? Bueno los perros le tienen un miedo totalmente RACIONAL a los humanos. Un miedo basado en la experiencia del maltrato, de los golpes inhumanos, de la desidia, de la indiferencia. Un perro de la calle recibe golpes sin ninguna justificación , simplemente porque anda deambulando, porque busca comida en una bolsa de la basura. Porque justo pasaba el desalmado y le dió por patearlo. Porque es feo y se tiene que ir de la puerta de mi casa. Porque a quién le importa.
Florcita estaba bajo techo, en tratamiento veterinario, con su alimento y su agua, con su cucha. Pero siempre escondida de todo movimiento o ruido. Acurrucada, sus pupilas dilatadas, sus orejas hacia atrás, el rabito entre las patas...
Pero Carina no iba a dejar que se le escaparan los sueños a Florcita. Como ha hecho siempre, puso su amor en movimiento. La ternura, la paciencia, la suavidad, la caricia disimulada. Todo sin que casi se note, para no perturbar a su Florcita.
Y el tiempo habló. Y habló en apenas unas semanas. Y me cuenta hoy Carina: "Y viste lo que es ahora, una hermosura, ya no tiene miedo, juega todo el dia.
Florcita tiene dos años, es pequeña, cruza de Snauzer con pepe y está a punto de ser esterilizada. Está totalmente curada de sus dolencias y totalmente rehabilitada . Ahora busca su hogar definitivo.
Carolina y Carina son dos protectoras independientes que, como muchas, protagonizan a diario estas historias con gran vocación y amor por los callejeros desprotegidos.
Florcita ha vuelto a confiar, ya no tiene mas miedo...