Bajar costos y mejorar la gestión integral de las firmas gastronómicas es el norte que persigue Federico Tudela, de la firma Anser Indicus.
Junto a sus socios, el joven empresario recibió un premio dado por la Cámara de Jóvenes Empresarios y Emprendedores de Mendoza por proyección internacional de su software diseñado para el sector gastronómico bautizado "E-restó".
La herramienta ya tiene sus propios clientes, una matriz de 300 firmas en Argentina, Chile y México, en su gran mayoría bares, cafés y restaurantes.
Desde la visión de Federico, la ruta del desarrollo es constante y sabe que camina un sendero casi opuesto a la mayoría de otros empresarios, que ven estancamiento en el corto plazo. Con baja inversión, apostando por el talento local y creciendo en otras regiones puede sortear la suba continua de precios. Y afirma que trabajar desde Mendoza impulsa su negocio.
-¿Por qué es esto?
-El recurso humano es muy bueno y, comparado con otros países, es más económico. Por ejemplo, un ingeniero en desarrollo en Chile cuesta el doble que en Mendoza.
-¿Por qué fue por el sector gastronómico?
-Lo conozco desde hace años. Junto a mi mujer montamos un emprendimiento relacionado a la gastronomía y tuvimos dos restaurantes propios en Mendoza.
Uno en Coquimbito y otro en Guaymallén. De esa experiencia y en un momento en que gestionábamos los dos negocios a 20 kilómetros de distancia surgió la idea de gestión de internet con Juan Manuel Cuello, uno de mis socios, que es ingeniero en informática y comunicaciones igual que yo.
-¿En qué se concentran?
-En bajar costos y manejar más eficientemente el negocio gastronómico. La realidad es que cualquier firma necesita de una solución para registrar sus movimientos. Si vamos a ser sinceros, el negocio gastronómico vive de su economía y poder tener información y saber cómo van las ventas, las compras, en que días y horas hay mayor demanda ayuda a diseñar promociones y concentrar mejor los esfuerzos.
Una de las ventajas de nuestra herramienta es que el usuario la puede usar en segundos y al conectarse vía online permite tener acceso desde un celular, tablet, notebook.
La gente que usa papel y lápiz en este mercado que es súper competitivo va camino a desaparecer, y más en esta época, cuando los márgenes son muy bajos, hay que trabajar muy bien los costos para poder sobrevivir en el mercado y lograr rentabilidad.
-¿Es difícil de operar?
-No. La gente accede a la solución desde internet y, vía usuario y contraseña, la implementación la hace el mismo cliente usando el software online y el navegador desde cualquier equipo se puede hacer la implementación. Tampoco tiene que hacer un desembolso porque nuestro negocio es por suscripción mensual.
-¿Qué costo tiene?
-Está en función de las mesas. La suscripción parte en $ 200 y en función de cantidad de mesas. Así una firma de hasta 20 mesas paga hoy $ 200, de más de 20 hasta 60 mesas paga $ 300 y de más de 60 abona $ 400 mensuales. En este tipo de negocios no son números que asusten porque tiene el costo de una conexión a internet.
El costo-beneficio es competitivo porque un software básico cuesta $ 5 mil. En un local gastronómico donde no sabe si va a continuar en los próximos meses pagar $ 300 por mes funciona porque si el negocio no funciona nos deja de pagar el abono.
-¿Cómo lograron expandirse a nivel internacional?
-Nuestra estructura es pequeña y generamos ingresos desde afuera. En Chile ganamos un concurso de emprendedores y recibimos financiamiento de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) de ese país, lo que nos permite desarrollarnos allí y en países limítrofes.
Hoy llegamos a México y estamos colocando casi un pie en Estados Unidos. También utilizamos la publicidad a través de Google. Cada país es una unidad de negocios independiente. También tenemos partners locales.
-¿Tienen pensado tentar otros sectores a futuro?
-Sí, posiblemente firmas de consumo masivo como drugstores.
-¿Es optimista para 2015?
-Sí, tenemos un escenario favorable; la gran rotación de negocios nos favorece.
-¿Cómo es eso?
-Aumenta la demanda del cliente. La inflación hace que los negocios gastronómicos roten más. Eso nos genera oportunidades para que puedan acceder a un sistema más accesible e innovador.
