Falleció el padre Baggio, toda una vida dedicada a los humildes

Era uno de los sacerdotes más queridos en San Martín y Junín, donde desarrolló su obra. En mayo de 2014 había sido declarado Vecino Ilustre del primer departamento.

En la madrugada de ayer falleció el cura Beniamino Francisco Baggio, más conocido entre los vecinos de San Martín y Junín -donde desarrolló su obra- como el padre Baggio, uno de los sacerdotes más respetados en la región.

Sin dudas que fue un cura ejemplar y su obra marcó la vida solidaria de la región. Fue famoso por su compromiso no solo con la comunidad, sino con la educación de los más chicos y con la atención de los más desfavorecidos. En mayo de 2014 había sido declarado Vecino Ilustre por la comuna de San Martín.

“Unidos en la oración encomendamos al Señor el eterno descanso de nuestro querido hermano padre Baggio”, pide el mensaje oficial de la Arquidiócesis de Mendoza, que circuló desde ayer temprano por muchos celulares de la zona Este. El velorio del sacerdote comenzó temprano por la mañana en la capilla San Pío X que se encuentra en calle Salta al 63, de San Martín.

En su ministerio se destacó por su humildad y dedicación a los más pobres y abandonados. Eso lo motivó a fundar la escuela San Pío X, el jardín Abejorros y la escuela Madre Amable, donde acogió  y se atiende a diario a decenas de niños de toda la región con carencias afectivas y económicas.
Baggio había nacido en Tunuyán un 17 de mayo de 1934, y fue ordenado sacerdote en noviembre de 1959. Cerca de las 17 de ayer se ofició una misa para rezar por el descanso eterno del sacerdote, que estuvo encabezada por el obispo auxiliar Dante Braida; más tarde, los restos del querido padre Baggio fueron llevados al parque de descanso Cielo de Junín.

En 2014 y al momento de recibir su distinción como Vecino Ilustre, Baggio recordó los comienzos al frente de la escuela Madre Amable, que se ubica en el límite de Junín con San Martín: “En aquellos inicios me puse a buscar un terreno para construir lo que Dios me había mostrado y recuerdo que me prometieron para la escuela, diversos terrenos que por un motivo u otro no se concretaron. Finalmente, una noche caminando, me encuentro con un amigo, Don Villegas, y conversando me dio una solución y me dijo que me vendía un terreno si era para una escuela. Así fue como empezamos”.

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