Fabián Doman: “Creo que hay que usar la fama para ayudar a la gente”

Será conductor y participante de la séptima temporada del reality “Cuestión de peso”, que se verá desde hoy, entre las 17 y las 18.30, por la pantalla de El Trece.

Convertido en un animal televisivo, Fabián Doman abandonó hace rato su rol unidimensional de periodista político para volcarse a una carrera mediática que lo tiene al frente de magazines, programas de entretenimiento y, ahora, de un reality show.

Quien tomara notoriedad a partir de su divorcio de Evelyn Von Brocke e iniciara así un giro en su carrera profesional que lo llevó a ser participante de la última edición de “Bailando por un sueño”, asegura que los reality shows están cambiando y siguen siendo poderosos atractores de audiencia, al tiempo que no niega que en este formato los participantes puedan sufrir en algún momento la presión de los productores. Sin embargo, él mismo asegura que “el límite lo pone cada uno”.

La séptima temporada de “Cuestión de peso”, que desde hoy se verá de 17 a 18.30 por la pantalla de El Trece, tendrá a Doman como conductor y también como el participante número 13. En este rol deberá además someterse a la disciplina de los nutricionistas y enfrentar la balanza en la difícil y ardua tarea de adelgazar y lucir más armónico.

El nuevo formato del programa, con el conductor involucrado en el juego al igual que los participantes, contará también con un panel de famosos y un equipo de profesionales a cargo del doctor Alberto Cormillot.

“Acepté ser parte del programa porque es uno de los más importantes, uno de los clásicos de la televisión y porque ayuda mucho a la gente, y eso lo aprendí en estos días porque fui a la casa de cada participante, conocí a sus familias y escuché la problemática. Hace bien porque estás ayudando y no sólo al participante sino también a la familia, a la gente que te ve y a la que se le enseña a comer mejor”, cuenta Doman sobre el envío que lo tendrá como conductor y participante en las tardes del canal del solcito.

Cambios de peso

Entre las novedades que trae este “Cuestión de peso” 2017 se cuenta un panel de famosos conformado por Juana Repetto, Pato Galván y Gonzalo Acosta, quienes disertarán sobre temas relacionados con la obesidad, compartirán experiencias, apadrinarán y darán contención a los participantes.

A estos tres mediáticos se suman la chica Playboy cordobesa Lucía Rubio, que oficiará como secretaria del conductor, además del equipo de profesionales del nutricionista Alberto Cormillot, que integran el profesor de Educación Física Sergio Verón, Gabriela Fedele, Romina Pereira y Valeria Lusky.

“Cuando empecé a conocer a los participantes y sus historias -expresa Doman- me di cuenta de que el desconocimiento sobre el sobrepeso de cinco, diez o quince kilos, la pancita cervecera o la mujer que no pudo bajar después del embarazo, eran las entradas más frecuentes a la gran obesidad. Casi todos los participantes vienen porque quieren que los ayudemos a bajar y a mejorar su salud; no vienen para ser famosos. El peso, antes que una cuestión estética, es una cuestión de salud y lo bueno es que los participantes tienen eso clarísimo”.

-De ser un periodista político con perfil propio te convertiste en un personaje altamente mediático. ¿Qué desafío creés que te propone "Cuestión de peso" a esta altura de tu carrera?

-Tanto en lo profesional como en lo personal es un desafío muy importante porque me acerco a un mundo nuevo en el que puedo ayudar a mucha gente. El año pasado participé mucho y activamente en la lucha por prohibir las carreras de galgos.

Me sentí bien y me pasó lo mismo con “ShowMatch”. Si bien me fui del programa, me ocupé personalmente de que se cumpliera el sueño. Desde lo profesional creo que los famosos tenemos que ayudar y tenemos que usar la fama para algo y en “Cuestión de peso” puedo ayudar a un montón de personas que no saben qué hacer para adelgazar y para que se sientan contentas y acompañadas, que sepan que tienen un camino para hacer y que no es imposible, pero que hay que hacerlo con profesionales que tienen el método.

-El programa fue levantado a principios de 2014 por bajo rating. ¿Cómo ves hoy la vuelta de este reality show?

-Yo no soy especialista pero creo que lo único que queda fuerte y vigente hoy es “ShowMatch”. Todos los realities tienen que aggiornarse y adaptarse a las condiciones de cada país. Fue el nuevo gran formato de la televisión en 2000, fueron revolucionarios, pero no todos evolucionaron igual. En España, los Gran Hermano son exitosísimos, pero en la Argentina, no tanto.

Entonces el formato tiene que tener un cambio, por ejemplo “Despedida de solteros” es un giro de Gran Hermano. Este nuevo “Cuestión de peso”, que también es un reality, llega modernizado pero manteniendo su esencia, que es aprender a bajar de peso, con las idas y vueltas y todos los conflictos e historias de vida que eso implica. Yo creo que el formato aún no está agotado y que puede alcanzar muy buenos niveles de rating.

-Además de conducir el programa también participás como concursante...

-En 2000, que un conductor concursara para bajar de peso junto a los participantes, era algo estrafalario, pero hoy no se ve así. Todos los conductores empezamos a involucrarnos, se acorta la distancia, y me parece que tiene que ver con estar metido y con que la gente se dé cuenta de que estás metido.

-¿Por qué creés que pasa esto?

-Porque probablemente la sociedad lo demanda. Hoy se da que los productores estén involucrados en la conducción y los conductores estén involucrados en la producción.

-¿Y cuál es la función propia de cada uno?

-Creo que el rating minuto a minuto, por ejemplo, tiene que controlarlo el productor y tomar las medidas que crea necesarias de acuerdo a eso. No me parece que sea función del conductor. A mí me interesa saber cómo va el rating en bloque, pero es el productor el que tiene que tomar las decisiones en relación con eso porque él sabe cómo están los otros canales y conoce otros factores.

Tampoco creo que el productor pueda decir al conductor cómo tiene que hablar o cuándo debe cambiar de temas, porque ésas son cosas que atañen exclusivamente al conductor. Me gusta la interrelación de ambas partes, pero al mismo tiempo me gusta que cada uno tenga su rol bien definido.

-¿Hay presión sobre los participantes detrás de cámara en los reality shows?

-Yo renuncié a “ShowMatch” porque no bailo bien, no era por otra razón. Terminé muy amigo de Marcelo (Tinelli) y estuvimos a punto de hacer un programa juntos. No sé si hay mucha exigencia, depende; hay veces que sí y en otros casos no. Cada participante es diferente. En el “Bailando...” yo la pasé bárbaro, pero hay gente que la pasó mal. En un reality el límite lo pone cada uno.

-¿Qué lugar ocupa el golpe bajo en este nuevo esquema del rating y los reality shows?

-El golpe bajo en televisión ya no rinde más, hoy te saca rating. Es un error decir que el golpe bajo da rating. Eventualmente es rating para hoy y hambre para mañana. Por suerte la audiencia te lo hace pagar, te castiga cuando lo hacés y está bien que así sea. Los programas tienen cada vez menos golpes bajos. No es como hace quince años, y no te digo que sea mejor ni peor pero todos evolucionamos y la sociedad mira televisión. Hoy el recurso es trabajar, pensar, generar ideas, cosas, inventar, no hay misterio.

Logros y polémicas

El programa “Cuestión de peso” estuvo al aire durante seis temporadas. Entre 2006 y 2008 lo condujo Andrea Politti. De 2010 a 2014, Claribel Medina.

Tras numerosas polémicas mediáticas e internas, regresa ahora con Fabián Doman como flamante conductor, además de participante, y junto a él estarán el médico Alberto Cormillot y el profesor de Educación Física Sergio Verón, además de todo un equipo, quienes ayudarán a los participantes a seguir las pautas de una alimentación saludable asociada a un régimen de ejercicios.

Doman, por su parte, seguirá al frente de “Nosotros a la mañana” y por la tarde estará a cargo de la conducción de “Cuestión de peso”, siempre por El Trece.

Entre los logros del ciclo durante las seis temporadas que estuvo al aire, se destaca el éxito que tuvo la campaña para conseguir que el Congreso sancionara la “Ley de obesidad”.

Dicha norma considera a la obesidad como una enfermedad y obliga a las prepagas y obras sociales a dar tratamientos a los pacientes que la padecen.

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