Evita

¿Por dónde se coló Evita en la historia? ¿Por qué grieta pudo pasar una muchacha pobre de Los Toldos, con el apellido de la madre, a la furia de la lucha por el poder y al mito mundial? Nació el siete de mayo de 1919. Hace hoy mucho tiempo.

“Son personas de carne y hueso los sujetos del capitalismo salvaje, los opresores y los oprimidos, por lo cual es saludable recordar ‘la abigarrada variedad del mundo humano’, como escribió Freud, y valorar la inevitabilidad de la política”. (1)

Si entonces como hoy podemos hablar de opresores y oprimidos -hay otras palabras para lo mismo- ¿cómo pudo ser que una oprimida, joven, mujer socialmente incorrecta ,llegara a alcanzar esa cosa inasible y deseada que se llama poder?

Los buscadores de respuestas, los pensadores, los historiadores, mucho han escrito sobre esto. No pretendo competir con ellos.

Simplemente me lo pregunto para que nos lo preguntemos todos. Alguna vez en el recinto de la Honorable Legislatura de Mendoza, siendo diputada, escuché en el espacio de homenajes que Evita se había hecho famosa en el mundo por una ópera rock sobre su vida. No podía creer que ésa fuera la razón del homenaje institucional a esa mujer, cuya foto rodeada de velas podía verse en cada casa de una familia humilde, cuando la política compartía las casas de las familias humildes. Un “homenaje” así sólo podía provenir del agujero negro de la estúpida creencia del fin de la historia.

Había visto la obra teatral en el exilio, en el DF, México, a poco tiempo de su estreno en Broadway. Allí el Che era revolucionario y reprochaba a Perón, personaje menor manejado por Evita, que engañara a los trabajadores y se valiera de eso para tener poder. Evita era una arribista, una trepadora, una prostituta, que consigue trascender en medio de la lucha de clases que defiende el Che. Al final, Evita logra salir indemne -no así Perón- y la sublimación llega con el “No llores por mí Argentina”, que se populariza sin conocerse de qué trama inicua había salido.

Cité la nota de Adriana Puigrós porque habla de opresores y oprimidos y recuerda que todos son de carne y hueso, por lo que siempre hay una brecha por la que la humanidad puede colarse. Por “la abigarrada variedad del mundo humano”.

Si por allí se coló Evita, ¡qué bueno! Por algo se ocuparon de ella los que administran globalmente la opresión y el pensamiento de las masas para que la aceptaran, intentando bajar la altura revolucionaria que había alcanzado. “No llores por mí Argentina” era en inglés.

Hombres y mujeres la amaron y la odiaron como nunca a ninguna mujer en la Argentina. Pero lo que nadie pudo fue borrarla de la historia.

Su cara de muchacha pelo al viento, o de perfil, la Evita mala de los setenta vive todavía en las banderas, en las remeras de los chicos, muchas veces junto al Che. Destinos cruzados de mitos que no pierden vigencia. Nos gusta, no nos gusta. Existen.

Dejo para los estudiosos los mitos y sólo digo, por algo está presente. Esa historia que marcó, no terminó. La canción dice que el amor es más fuerte. No dice que el amor y el odio tienen que ver con la política y quizás ése sea el punto. Si los sentimientos cuentan, si las condiciones de vida cuentan, si las ideas cuentan.

Quizá ya nadie diga ¡Viva el Cáncer!, creo que no. Entonces era una molesta combativa por el gran apoyo popular. Hoy, cuando nadie se anima a expulsar de su discurso las palabras justicia social, sin quererlo levantan su imagen y su nombre aunque no lo pronuncien. Y ahí está todavía , como telón de fondo de una historia que todavía no se salda. Hoy, como siempre, es bueno recordarla.

1 ) De la nota a Adriana Puigrós

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