El 18 de noviembre, en la Legislatura provincial, se estaba desarrollando un acto por los Derechos del Niño. Un referente de la Asociación de Sordos de Mendoza se acercó a una senadora para explicar que habían personas que, hace unos años, habían sufrido abusos en un instituto educativo religioso para niños hipoacúsicos en Luján. Hasta ahora hay cuatro detenidos, dos de ellos sacerdotes, y siguen apareciendo testigos y víctimas.
La senadora Daniela García resaltó que los intérpretes permanentes que están en Legislatura hicieron de puente para poder conocer la situación. Y que los testigos y víctimas tenían temor de declarar, pero finalmente consiguieron brindarles tranquilidad y que uno de ellos testificara el viernes pasado. Así fue como se llegó a la denuncia en la Justicia.
Los abusos, con acceso carnal, conocidos hasta ahora ocurrieron en 2007 y 2008 en el Instituto Antonio Próvolo para niños sordos Mendoza, aunque resta investigar qué sucedía en la actualidad. Se supo que ya había una denuncia por el mismo motivo, que data de 2008, pero que está archivada por lo que recién hoy se podrá recuperar el expediente.
Bastó conque una persona se animara a hablar para que por las redes sociales comenzaran a conocerse historias y para que más gente se acercara a declarar a la Oficina Fiscal 15 (ubicada en San Martín 7686, de Luján). De hecho, solicitan que quien pueda aportar más información concurra o llame a los teléfonos 436 1537 y 449 7710.
El procurador general, Alejandro Gullé, detalló que en cuanto iniciaron la causa penal trasladaron al denunciante con dos intérpretes, una psicóloga y un defensor oficial a la fiscalía a cargo de Fabricio Sidoti. Esta persona, quien tiene más de 20 años y es testigo de identidad reservada, contó que había presenciado en forma directa abusos sexuales por parte de dos sacerdotes.
El sábado, Sidoti ordenó la detención de los curas Nicolás Corradi (82) -quien ya tiene antecedentes en Italia, ver aparte- y Horacio Corbacho (55), quienes se abstuvieron de declarar. Luego, en función de los testimonios, se detuvo también a José Luis Ojeda, un ex alumno del instituto que trabaja allí. Y ayer fue trasladado también a la Comisaría 47 Jorge Bordón, un administrativo de la institución que además era monaguillo.
Los detenidos, indicó Gullé, serán llevados al penal, con la excepción de Corradi que, por su edad, quedará en prisión domiciliaria con una tobillera. El procurador general explicó que durante el fin de semana han estado tomando declaraciones, acompañados por psicólogos e integrantes del Cuerpo Médico Forense, y que esta semana harían algunas Cámaras Gessel. Asimismo, están esperando que lleguen testigos y víctimas de otras provincias.
Más allá de lo aberrante que puede resultar que un adulto -un sacerdote- abuse sexualmente de un niño, en los hechos denunciados en el Instituto Próvolo hay que considerar además que se trata de chicos hispoacúsicos, por lo que tienen una dificultad adicional para comunicarse. Por otra parte, al parecer quienes sufrían los abusos eran sobre todo los alumnos que quedaban alojados ya que provenían de otras partes de Mendoza o el país, por lo que estaban alejados de sus familias.
Suspensión de clases
La Dirección General de Escuelas decidió suspender hoy las clases en el Instituto Antonio Próvolo con el fin de evaluar, junto con directivos y cuerpo docente de la institución, "las medidas para restablecer el servicio educativo y su normal funcionamiento".
Desde el colegio también hicieron llegar un comunicado, en el que manifestaron que “La Asociación Obra San José, equipo directivo, docente, técnicos y no docentes se encuentran consternados ante la situación que se está viviendo, por lo que brinda a las familias y a la Justicia su absoluta apertura y colaboración a fin de que se aclaren los hechos que se investigan. El colegio está abocado a reuniones y tareas relacionadas a la orientación necesaria para brindarle la información y el apoyo necesario a padres y alumnos de la institución. Así como también a la reorganización escolar que se encuentra afectada por tales hechos. Las personas investigadas están desafectadas y desvinculadas de sus funciones y de la institución mientras se investigan los hechos. Estamos a disposición de la Justicia para poder llegar a la verdad”.
"Yo también fui abusada"
Néstor Mercau no pudo seguir guardando el secreto que tenía dentro suyo desde hace años. Luego de que se hiciera público que sacerdotes abusaban de niños en el colegio de Luján al que él asistió durante años, salió a contar su historia. “Yo también fui abusada", escribió en Facebook donde hizo su catarsis. Desde hace tiempo es travesti y pidió que eso no sea un motivo para juzgar su relato.
“Yo también fui abusada por esa escuela Instituto Antonio Próvolo. He visto maltrato a mis compañeros. También me golpearon hasta dejarme con moretones en las piernas. Nunca dije nada porque me amenazaban con que si abría la boca me iban expulsar a mí y a mi hermana. No quería dejar de estudiar”
Explicó que tiempo después se animó a contarle a sus padres el padecimiento al que era sometido. “Un sacerdote me manoseaba cada vez que me iba a descansar. Sentía miedo, tenía ganas de llorar y de salir corriendo a pedir ayuda. Nos encerraban en un sótano como 3 veces unas 3 horas. Era muy horrible... creía que era la única que fui manoseada por un sacerdote, pero me confundí. Nos arruinaron nuestra infancia”, expresó.
Instituto que nace en Italia
El Instituto Antonio Próvolo para niños sordos Mendoza funciona en calle Boedo 385, de Carrodilla, Luján desde 1995. Es privado, pero tiene un subsidio.
Los servicios que ofrece son escolaridad primaria, atención temprana, integración y talleres de formación integral. Tiene también 43 camas para alojamiento. Asisten unos 90 niños de primaria y secundaria y 9 de ellos estarían albergados (aunque aseguran que este fin de semana no había alumnos internados).
El centro educativo debe su nombre al sacerdote italiano Antonio Próvolo, quien nació en Verona, Italia, en 1801, y falleció en 1842. El beato se dedicó a la enseñanza a personas sordas, mudas y sordomudas, y en 1841 funda el Instituto para Sordomudos.
Los primeros misioneros de la orden de la Compañía de María para la educación de los sordomudos llegan a la Argentina, a La Plata (Buenos Aires), en 1914 y 10 años después lo hacen las primeras hermanas.
Nicolás Corradi, un nombre ya conocido
Cuando se busca en Internet el Instituto Antonio Próvolo, aparecen links a listados de casos de abuso por parte de sacerdotes católicos en Europa y el mundo. Así se puede conocer que en la sede principal del colegio para sordos, en Verona (Italia), más de 65 ex alumnos denunciaron que ellos o sus compañeros habían sufrido abusos por parte de los curas.
Estas situaciones habrían ocurrido entre 1955 y 1984, y estarían involucrados 24 sacerdotes (aunque en otros informes se habla de 130).
En 2015, Julieta Añazco -una argentina que denunció, 30 años después, que había sido abusada por un sacerdote cuando tenía entre 10 y 12 años- participó en la Conferencia Internacional de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico, que se desarrolló en Washington.
Según se puede leer en un artículo de La Izquierda Diario, de julio de 2015, durante la conferencia, Añazco no sólo presentó su caso, sino el de otros curas que estaban en Argentina.
Uno de los mencionados es Nicolás Bruno Corradi, de quien detalló que estaba entre los acusados de violaciones, masturbaciones forzadas y sodomía en el Instituto Próvolo, de Verona.
La mujer advirtió más de un año que Corradi estaba en Mendoza. La pregunta inevitable ante esto es cómo, si semejante denuncia sobre Corradi era conocida, nadie siquiera controló lo que ocurría en el Instituto de Luján.
El Arzobispado, triste e indignado
Los Andes intentó comunicarse ayer por la tarde, en reiteradas ocasiones, con el vocero del Arzobispado de Mendoza, Marcelo de Benedectis, pero no fue posible. El domingo habían emitido un comunicado para manifestar su tristeza e indignación por los hechos denunciados en el Instituto Próvolo de Luján y sostenían que iban a cooperar con la Justicia para el pronto esclarecimiento de los hechos denunciados.
El abogado Carlos Lombardi, de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina, resaltó que el Arzobispado de Mendoza tiene responsabilidad civil en este tema, aunque la sede del instituto esté en Italia. En primer lugar, expresó, porque cuando el sacerdote Nicolás Bruno Corradi llegó a la provincia, el obispo José María Arancibia debió recibir los antecedentes del cura italiano; sobre todo porque estaba acusado de abuso en Verona.
Por otra parte, porque el Arzobispado tiene control sobre toda la diócesis de la provincia, lo que incluye a los institutos y colegios. De hecho, la institución ubicada en Luján figura en la página web de la Arquidiócesis de Mendoza. Aún más, planteó Lombardi, debido a que recibe un subsidio del Estado provincial, por lo que debe haber un representante religioso en el acuerdo.