En Rivadavia, piden que desalojen la villa ‘Dalviancito’

Desde hace algo más de una década y poco a poco, un predio de casi 6.000 metros cuadrados en los límites de la ciudad de Rivadavia fue ocupado por distintas familias que, sin vivienda propia ni terreno donde construir, decidieron usurpar y levantar allí unas casas precarias, en donde la gente vive colgada de la luz, asistida ocasionalmente por la comuna y con problemas para hacerse de agua potable.

Al lugar se lo conoce como el “Dalviancito”, un loteo arbitrario y demarcado por la misma gente que lo fue ocupando, donde hoy conviven una veintena de familias humildes, la mayoría de ellas formada por gente trabajadora.

El tema es que las tierras, ubicadas en calle Lamadrid muy cerca de la ex bodega Gancia, tienen dueño y esos propietarios consiguieron que la Justicia los escuche y así, se ha iniciado un proceso de desalojo del predio, que la comuna consiguió demorar, para intentar una salida consensuada al problema y evitar cualquier tipo de violencia.

“Estamos asustados porque hay posibilidad de que nos desalojen; vino la policía hace unos días a notificarnos y ahora se habla de eso. Nosotros sabemos que estos lotes no son nuestros, pero la verdad es que no tenemos dónde ir y hay muchos niños viviendo acá, en el ‘Dalviancito’. Lo que pedimos es la posibilidad de tener un terreno que podamos pagar y tiempo para mudarnos”, dice Claudia Vallejos, que vive en el asentamiento con su esposo y dos hijos.

En la comuna tienen noticias del proceso de desalojo de la gente que vive en el “Dalviancito” desde fines del año pasado, un trámite que la media docena de propietarios de esos terrenos inició en la Justicia y que lleva adelante la jueza Claudia Ambrosini, del Tercer Juzgado Civil de Rivadavia.

“Hemos hablado con la jueza y conseguimos frenar momentáneamente el desalojo, que estaba fijado para esta semana”, explicó el intendente Miguel Ronco, pocos minutos antes de reunirse con un grupo de vecinos del asentamiento, que se arrimó por la comuna buscando solución a su problema o al menos, una ayuda que no los deje en la calle.

“Lo que pedimos es la posibilidad de conseguir otro terreno y tiempo para desarmar nuestras casas y trasladar los materiales”, dice Mariana Moyano y sigue: “Un terreno, no importa si está cerca o lejos de donde vivimos ahora, pero un lugar que podamos pagar según nuestras posibilidades, que no son muchas porque acá, la mayoría de la gente trabaja en negro y cobra menos de 4.000 pesos”.

Frenado momentáneamente el desalojo, el municipio busca ahora que la gente del “Dalviancito” se organice en dos frentes; por un lado, que haga una defensa de su situación ante el juzgado de la doctora Ambrosini, con la idea de ganar tiempo y para eso está asesorando legalmente a los vecinos para que pueda conseguir los servicios de un abogado; por otro lado y más importante aún, la comuna quiere que formen una unión vecinal con la idea de buscar algún terreno en venta que la gente pueda pagar y mudarse.

“Tarde o temprano, si la gente no se muda el desalojo va a llegar porque los dueños de esas tierras tienen sus derechos y está bien, a nadie le gusta que se le metan a vivir en un lote propio; lo que queremos es que los vecinos se organicen en una unión vecinal o en cooperativa para buscar y comprar un terreno”, dicen desde la comuna, aunque admiten que la situación no es sencilla: “La gente viene acá pidiendo solución y quieren una casa, pero no es la manera, el municipio no construye casas y hay muchas familias en todo el departamento con el mismo problema. En lo que sí vamos a ayudarlos es en la organización y el asesoramiento para que encuentren un terreno, pero será una tarea que tienen que hacer ellos mismos”.