El Vasco fue mucho para Juanjo Farías

El mendocino cayó frente a Fernando Saucedo en el octavo round y por nocaut técnico, aunque había tenido un buen comienzo.

El Vasco fue mucho para Juanjo Farías
El Vasco fue mucho para Juanjo Farías

El mendocino Juan José “El Pericote” Farías renunció a seguir peleando a los 35 segundos del octavo round y de esta manera, Fernando “El Vasco” Saucedo se coronó campeón latino ligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), en la velada realizada en el  Club Unión Eléctrica, de Córdoba.

No había terminado para nada bien el séptimo rounds el púgil de Guaymallén, quien tuvo una cuenta de protección luego de que Saucedo lo entrara con un par de combinaciones en la zona baja y puso la rodilla en el piso.

Tras el pas del árbitro Brígido Rosa Vaca a Farías lo salvó la campana y no lucía nada bien.

En el rincón estaba la decisión de no seguir.

Salió en el octavo y en el primer cruce Farías recibió una derecha al rostro neta y otra al cuerpo. El mendocino giró y bajó la guardia mirando el rincón y el no va más era una obviedad, que sólo tuvo que sentenciar el Rosa Vaca.

Farías apareció después de nueve meses, tras de su caída en setiembre pasado  por nocaut técnico (con la misma actitud) frente al mejicano, Miguel Román en el tercer round, en la ciudad de Puebla, México.

Pese a la derrota Farías lució una buena línea técnica e hizo que  Saucedo quedara fuera de distancia en innumerables ocasiones durante los 5 primeros rounds. Esto debido a la gran defensa del mendocino que hizo  cintura y visteo, pero sin pegada y un jap que no sumó mucho.

Es que, el Pericote volvió a a exigirse en la categoría ligero y le queda enorme y termina padeciendo las consecuencias con el desgaste de los rounds. Teniendo en cuenta que un supergallo natural o pluma como mucho.

Y Saucedo que es un boxeador técnico y viejo zorro de los cuadriláteros, lo buscó y lo esperó. Si bien no es pegador, sabía que su mano pesaba mucho más.

El púgil de Florencia Varela no había prevalecido en los 5 primeros asaltos, había hecho insinuaciones, pero lejos de marcar la diferencia. Aunque a partir del sexto Farías, ya no tuvo los mismos reflejos y lució más cansado.

Fue allí donde, donde Saucedo comenzó a descargar con mayor profundidad y certeza sus golpes que terminaron con las pocas intenciones del Farías.

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