La Corte Suprema de Estados Unidos legalizó ayer el matrimonio homosexual en todos los rincones del país, en una histórica decisión recibida con escenas públicas y que fue saludada con la Casa Blanca iluminada con los colores del arco iris.
Dos años exactos después de haber decretado que el matrimonio no era exclusivo de las parejas heterosexuales, la Corte juzgó, en una votación 5-4, que los 14 Estados (de 50) que se niegan a unir a dos personas del mismo sexo, deben ahora casarlos y además reconocer su matrimonio si fue celebrado en otra jurisdicción.
“Se ha hecho historia y ustedes son parte de ella”, se felicitó la poderosa Unión Estadounidense para la Defensa de las Libertades (ACLU). “Este momento ha tomado décadas. Es verdaderamente un día increíble para la libertad y para Estados Unidos”, señaló la entidad.
El presidente Barack Obama celebró rápidamente el “gran paso en nuestra marcha hacia la igualdad”. “Es una victoria para Estados Unidos”, dijo el mandatario en la Casa Blanca.
Un derecho fundamental
En nombre del principio de igualdad de todos ante la ley, "la 14ª Enmienda de la Constitución requiere que un Estado celebre el matrimonio entre dos personas del mismo sexo", escribió el juez Anthony Kennedy, expresando la mayoría de la Corte Suprema.
“El derecho al matrimonio es fundamental”, subrayó la Corte, que fue interpelada por 16 homosexuales de cuatro Estados a quienes les impiden casarse.
“Las decisiones sobre el matrimonio están entre las más íntimas que un individuo puede tomar. Esto es verdad para todas las personas cualquiera sea su orientación sexual”, añadió Kennedy, un juez conservador pero ferviente defensor de los derechos de los homosexuales.
En tanto, la secretaria de Justicia, Loretta Lynch, no se hizo ilusiones y señaló que persisten “dificultades legales”. “Por eso esta marcha debe seguir y esta causa perdurará hasta que todos los estadounidenses, cualquiera sea su orientación sexual, obtengan la igualdad de derechos y oportunidades que se merecen”, afirmó.
La noticia fue conocida de primera mano por sólo unos pocos presentes en la audiencia de los jueces, que se realizó a puertas cerradas. Cuando el juez Kennedy tomó la palabra, relató el testigo Bonny Harbinger, la tensión era extrema en la sala. “No podíamos respirar”, recordó. La feliz noticia provocó una catarsis de lágrimas, devolviendo a la vida a los que habían contenido el aliento.
Un rugido estremeció las afueras de la Corte Suprema de Estados Unidos cuando el mensaje histórico comenzó a llegar en cadena a cientos de teléfonos móviles.
Las banderas gays ondeaban por todas partes y las cuentas de Twitter y Facebook de la Casa Blanca se vistieron del arcoiris, que simboliza universalmente los derechos de los homosexuales.