Alejandro Frery (55) se fue de Mendoza hace 28 años. En aquel momento era “apenas” Ingeniero Eléctrico y en Electricidad y, apremiado por el contexto económico y social, decidió probar suerte primero en Chile y luego en Brasil.
Esta semana volvió a sus pagos para brindar una conferencia ya con un master en Matemática Aplicada y un doctorado en Computación Aplicada en su haber, además de ostentar el privilegio de ser la primera persona no europea ni estadounidense en ser designada como editor jefe del periódico IEEE (sobre geociencia y detección remota).
Frery es reconocido a nivel mundial justamente por sus aportes que reúnen a la computación, la matemática y la estadística a la hora de analizar y resolver problemas cotidianos a partir de determinada información.
“El análisis de datos con la Teoría Estadística de la Información se aplica a cualquier procesamiento cotidiano. Se puede usar en el análisis de las redes sociales, que está caracterizado por un inmenso flujo de información. Por ejemplo, imaginemos que Bill Gates decide cerrar su cuenta de Facebook. Es tanta la gente que lo seguía que se va a poder observar y obtener información en base al comportamiento de toda esta gente. Tomemos otro ejemplo, como puede ser el del recorrido de un taxi. Sabiendo dónde subió al vehículo el pasajero, dónde bajó y el tiempo que demoró, podemos hacer un mapa del tránsito en una ciudad”, explicó Frery a Los Andes.
“Después del terremoto en Chile, se hizo un trabajo muy interesante basado en la estadística de la información y que tenía que ver con detectar cuál información era verdadera y cuál no. En base a cómo se difundían y replicaban las distintas informaciones, pudo detectarse”, agregó el investigador, dejando en claro que todas esas situaciones pueden explicarse con la teoría que él pregona.
Tras una nueva oportunidad
En 1985, Frery egresó de la Universidad de Mendoza. Los siguientes dos años trató de acomodarse como pudo al contexto social, profesional y económico de Mendoza, aunque sin demasiado éxito: “La situación estaba difícil. Presenté mi currículum en distintos lugares pero no fue fácil. Mi primer trabajo tuvo que ver con lo que actualmente es Ingeniería en Software, aunque por ese entonces ni existía esa carrera ni profesión. Yo me entrevistaba con las personas que tenían ciertas ideas y después le dábamos forma. Pero no me resultaba muy satisfactorio”.
En aquel momento se le presentó la posibilidad de completar un posgrado en Astrofísica en Chile, pero no llegó a completar siquiera el primer año.
“Era caro, y además la situación social de Chile tampoco era la mejor. Me volví y estaba desocupado acá. En el medio yo había hecho un curso de Matemática en Río de Janeiro y en febrero de 1987 me llegó un telegrama ofreciéndome hacer un master en Matemática Aplicada en el IMPA (Instituto de Matemática Pura y Aplicada).
Claro que debía mudarme para allá y no tenía dinero. Pero el ambiente acá era crítico: no tenía trabajo ni perspectiva, la situación social era opresiva y yo quería seguir estudiando. En dos semanas se me dio vuelta el mundo y fue duro, porque yo era ingeniero y tenía que llegar a algo que era matemática pura”, sintetizó Frery.
Si bien el panorama cambió, tampoco fue de un día para el otro. De hecho, los primeros meses en Brasil también tuvieron sus asperezas:
“Pasé muchas penurias. Hiperinflación en serio y yo era muy pichón. No conocía ni Buenos Aires y, de repente, estaba en Río. Por suerte conocí a mi pareja allá (con quien hoy está casado) y fue mi puerto”, contó.
Cuando estaba terminando el master -lo pudo completar gracias a una beca-, surgió la chance de seguir en el rubro de procesamiento de imágenes.
“Un profesor me convocó para trabajar en el Instituto Espacial de Investigaciones y en 1990 me mudé a San José dos Campos para hacer un doctorado en Computación Aplicada. Fue otra época de penurias económicas, con congelamientos en los bancos y no fue fácil. Me invitaron como investigador visitante y así estuve los siguientes dos años, yendo periódicamente a renovar la visa”, siguió Frery, dejando en claro que hasta ese momento aún no se había establecido en Brasil, sino que continuaba preparándose académicamente.
Recién a fines de 1995 tomó la decisión de radicarse en el país vecino, por lo que la premisa fue buscar un trabajo. “Concursé para la Universidad de Sao Paulo y tuve una invitación para la Universidad de Pernambuco (en Recife). Nos fuimos y, afortunadamente fue una buena apuesta. Ahí estuve hasta 2003, porque en 2002 me dieron el cargo de profesor titular en el Instituto de Computación de la Universidad Federal de Alagoas. Fui el primer profesor titular de esta institución”, agregó, destacando que desde ese momento está radicado en esa ciudad del norte brasileño -más precisamente en Maceió-.
Una red de intercambio estudiantil con Mendoza
El Instituto en el que trabaja Frery organizó la conferencia que dio en la UTN Mendoza sobre la Teoría Estadística de la Información. “Lo primero que hay que definir para entender esto es a qué se considera información. Lo banal, lo redundante, no es información; mientras que lo sorprendente o desconocido sí lo es.
La Teoría de la Información es una rama de la probabilidad y la estadística, que describe y soluciona problemas que emanan de la ingeniería y las telecomunicaciones. En 2005 comencé a trabajar en el tema de cantidad y calidad de información en las imágenes. Para ello me basé en ocho problemas clásicos de la imagen en los que se puede trabajar como algo muy próximo con la Teoría de la Información”, explicó.
De hecho, en la charla de la UTN Frery graficó que esos problemas se pueden generalizar y trabajar como un todo, contando con estadísticas y teoría de la información. “Hay tres atributos que son necesarios para trabajar con estas herramientas: que sean generales, eficaces y eficientes. La estadística de la información es aplicable a la cotidianidad”, sentenció.
Más allá de sus logros y su trayectoria, el especialista no olvida sus raíces. “Es muy lindo volver a Mendoza. No vengo todo lo seguido que quisiera, pero vivo en Maceió, donde hacen entre 28 y 30 grados y es húmedo todo el año. Este clima de Mendoza es hermoso, no lo cambio”, destacó.
Si bien ha tenido posibilidades de volver al país y de irse a trabajar a Chile, aclaró que por el momento se encuentra muy cómodo en Brasil. “A lo que estoy apostando fuerte es a poder hacer intercambio de alumnos y profesores entre Mendoza y la universidad en la que estoy. Tenemos material de informática y un módulo computacional de conocimiento. Mendoza es el lugar perfecto para este intercambio. Mi idea es montar una red de cooperación virtual y dejar la estructura armada para la gente joven y talentosa”, cerró.