El hockey de Rivadavia, en jaque por la inseguridad

Robaron equipos y elementos para entrenamiento. La subcomisión asegura que no es la primera vez que ocurre. Piden más vigilancia en la zona.

Una serie de robos en las instalaciones de hockey, del Centro Deportivo Rivadavia, complica la práctica en esa institución, donde más de 160 niñas y mujeres concurren a diario, a la cancha de piso sintético, en el predio del parque municipal.

“Acá hay un grave problema de seguridad; no podemos dejar nada en los depósitos y siempre estamos pensando qué hacer para que no nos entren a robar”, dice preocupado Mario Villar, presidente de la subcomisión de hockey del Centro Deportivo Rivadavia, mientras recorre los camarines, que fueron violentados en los últimos días.

El robo fue responsabilidad de un grupo de delincuentes, posiblemente menores que viven en la villa del Bajo Matadero y que entraron a las instalaciones del hockey, de donde se llevaron indumentaria y materiales de trabajo, pero también causaron daños al piso sintético y robaron la lona que hace de techo en el banco de suplentes; si no logran reponerla a tiempo, las chicas no podrán jugar su partido de local este sábado.

El estadio de hockey está ubicado en el sector Oeste del parque municipal, donde también se levanta la cancha de rugby; hacia el norte, en la zona de ingreso al parque, se encuentran la cancha de fútbol y el estadio de básquet. Así y por ordenanza municipal, en el pasado, una parte de las 36 hectáreas que forman el parque fueron destinadas a la práctica del deporte que, con apoyo municipal, lleva adelante el Centro Deportivo.

En 2014, con ayuda financiera del Estado, la subcomisión de hockey pudo inaugurar el piso sintético de la cancha y dejó atrás el suelo de polvo de ladrillo con el que arrancó la actividad en 2007, cuando se formó el club. Pero la alegría no duró demasiado y algunos meses después se robaron el tanque de agua de los camarines. Lo mismo pasó en rugby.

Ahora, se llevaron tres juegos de pecheras, palos de hockey, un equipo de arquera de primera división, 50 bochas, 50 conos y un freezer que se usa para el tercer tiempo de cada partido. Además de los materiales deportivos destrozaron el lugar y se robaron una puerta, dos lonas que forman el techo del banco de suplentes, rompieron parte de esos bancos y arrancaron un sector del césped sintético. Sin buena parte de los elementos para entrenarse, muchas jugadoras traen de sus casas palos y bochas para compartir.

En el último tiempo, los daños a las instalaciones han sido una constante, pero la inseguridad se agravó luego de que la Policía Montada dejó las instalaciones que tenía en la zona.

“El parque es muy grande y hay sectores en los que a determinada hora no anda nadie. Hay vigilancia privada pero no alcanza y, sin policías en la zona, las instalaciones de estas canchas están a merced de los delincuentes”, cuenta Luis, papá de una jugadora de hockey y subraya lo que la mayoría piensa como origen de los robos: la presencia cercana de la villa del Bajo Matadero, como se conoce al conjunto de casas precarias que bordea el parque.

Anoche, un grupo de padres del hockey se reunía con funcionarios municipales para insistir con el problema de la seguridad y buscar la solución en la que todos coinciden: más vigilancia policial en la zona.

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