El hechizo rioplatense

Este sábado, Jorge Drexler junto a Supervielle lograron cautivar al público local con esa alquimia que los une: bellas canciones más atmósferas sonoras que palpitan y fluyen sobre una simple complejidad.

El hechizo rioplatense

"Qué bien el público, eh?" Jorge Drexler acaba de bajar del escenario con la sensación de empatía a flor de piel. Más que empatía: el público que se congregó el sábado en el parque mendocino lo siguió cantando, haciendo chasquidos, agradeciéndole en cada tema. Y hubo esa magia en clave canción que lo inspiró a cantar (por más que su voz venía cansada de tanta gira) su "Al otro lado de río" a capella.

El prado con cientos de personas ya fue desde "Polvo de estrellas" un fluir al unísono con el músico uruguayo. Conexión que potenciaron las atmósferas electrónicas creadas por Luciano Supervielle, en especial en su tema solista, dedicado al escritor Felisberto Hernández.

"Sí, muy bien", asentirá Luciano ya en la carpa donde relajan después de haber ofrecido un show con hechizo y riesgo. Y recordará la anécdota de cuando Bajofondo tocó en Grecia y, en medio del show, intervino una protesta estudiantil. Entonces, en esa mesa de músicos uruguayos, catalanes y argentinos se hablará de los inmigrantes, de extrañamiento de sentirse en otro lado, de que Europa está pasando por un momento raro.

"¿Y no te pensás volver a Uruguay?", le preguntan a Drexler. Levanta las cejas, suspira y dice que sus tres hijos madrileños lo mantienen imantado. "Pero vuelvo cada vez que puedo".

Cuando se lo escucha hablar es igual a cuando canta. Hace suyos los paisajes, improvisa, se transporta. Y todos nos trasladamos a cierta caminata por el campo la vez que grabó su primer disco o al momento en que vio a Supervielle por primera vez llegar a la sala con sus máquinas y meter un scratch.

Hay encuentros que son expansivos. Tal como el de Drexler y Supervielle, alentado por Juan Campodónico, otro de los camaradas de la música que teje redes inteligentes.

En el escenario, la alquimia entre canción pura y manipulación de sonidos con base rioplatense, esa simple complejidad, tuvo su efecto. Y bajo la delicadeza de, por ejemplo, "Luna de Rasqui" y la energía de "Bailar en la cueva", el espectáculo traspasó las fronteras para apoderarse de los cuerpos.

Bailar en nochecita de primavera, que el mundo -ya sabemos- está bastante mal. Ese antídoto con que Drexler conjuga la tristeza en "Se va se va se fue" y "Sanar".

Música libre
El show fue libre y gratuito. Antes, la banda Campo de Juan Campodónico, fue parte del line up, y  Mariana Päraway abrió la jornada primaveral.

La  guitarrista, compositora y cantante mendocina interpretó 5 temas: “Horses”, “Sirena”, “Marinera”, “Oh My!” (con el que acaba de estrenar video) e “Hilaria”.

Luego fue el turno de la banda Campo, liderada por el uruguayo Juan Campodónico, en el que repasó más de diez temas, entre ellos: “El viento”, “Tu lugar”, “Across The Stars”, “Marcha tropical”, la versión remixada de “Tuve sol”, “Heartbraks” y “1987”, entre otros temas que coparon la atención de los asistentes.

A las 20.10, subió al escenario Jorge Drexler. Junto a su compatriota Luciano Supervielle hicieron un recorrido por los temas que interpretan en su gira. Más de quince temas, comenzando por "Causa y efecto" y culminando en " Todo se transforma".

El evento fue transmitido en tiempo real vía streaming para toda Latinoamérica, desde el sitio www.movistar.com.ar/comunidad.

Figuras entre el público

Tres reconocidas figuras de la escena nacional se sumaron a los más de 10 mil mendocinos que colmaron este sábado el Prado Gaucho del Parque General San Martín. Nada menos que Jimena Barón, Luciano Cáceres y el joven Agus Bernasconi se unieron a las huestes seguidoras de Drexler en el VIP del Movistar Free Music.

La ex del futbolista Daniel Osvaldo que en la tira “Esperanza mía” interpreta a la sensual y verborrágica Gilda, es una declarada fan del músico uruguayo y uno de los pocos por los que deja a su hijo Morrison (o Momo, como lo llama cariñosamente) al cuidado de su madre en Buenos Aires.

Luciano Cáceres, por su parte, lució el llamativo platinado de su pelo (él mismo lo define como “ice blonde” o “rubio hielo” de estilo nórdico) que le exige su nuevo desafío actoral: está grabando la tira “Los ricos no piden permiso”, el nuevo culebrón que El Trece pondrá en pantalla desde enero con una historia de amores cruzados entre familias de distintas clases sociales y donde lo acompañan un elenco integrado por Araceli González y Luciano Castro, Gonzalo Heredia y Eva de Dominici, Raúl Taibo y Juan Darthés, Alberto Ajaka (que arrancará las grabaciones una vez que finalice su papel en “Signos”), Nicolás Riera y Sabrina Garciarena, entre otros.

“En la nueva tira soy Marcial -cuenta-, un ser misterioso y sexualmente ambiguo que mantiene una relación con el personaje de Julieta Cardinali”.

El actor, que también se lució en “Signos” como Ricardito, un muchacho con cierto retraso mental que se suicidó luego de descubrir la identidad del asesino que interpreta Julio Chávez, acaba de estrenar una obra como director teatral en Buenos Aires y prepara otra para el verano.

Está recién separado de la actriz Gloria Carrá, con la que tiene una hija: Amelia, de 6 años.

El cordobés Agustín Bernasconi, finalmente, está grabando la tira “Soy Luna”, una nueva ficción de Disney que busca tener el mismo éxito de “Violetta”. Aunque reconoce que prefiere el canto a la actuación, el otrora protagonista de “Aliados” dice estar feliz con el curso que está tomando su carrera.

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