El Gobierno necesita casi $ 8.000 millones para terminar el año

El gobernador, Francisco Pérez, y su ministro de Hacienda, Juan Gantus, mantienen hasta cuatro reuniones diarias buscando que calcen los ingresos con los egresos de la Provincia.

Frente a ellos tienen un final de año que se presenta complicado con un Estado que arrastra una deuda flotante no inferior a los 800 millones de pesos que viene haciendo transpirar a los proveedores.

Los encuentros de Gobernador y ministro se reiteran en el cuarto piso de la Casa de Gobierno frente al tablero de comando que muestra la evolución de los números de la Provincia y se producen todos los días que encuentran a ambos en Mendoza. Generalmente incluye también a los sábados.

La pantalla muestra una proyección al 31 de diciembre de gastos inevitables por 7.800 millones de pesos y de ingresos 'seguros' por 7.000 millones.

Apuestan a rasguñar con esmero el fondo más recóndito de la lata y ponen las fichas en todo aquello que les aporte un mayor margen de movimiento por mínimo que sea.

Ponen la vista en los 30 millones que juntó la moratoria de pago de deudas impositivas que ya prorrogaron y -por ahora- finaliza con el mes, el próximo viernes.

En esas reuniones se define el direccionamiento de los pagos con un criterio que prioriza lo que contribuya a sostener el empleo y atienda demandas de servicios sociales, producción o nuevas explotaciones petroleras y 'patean' para después las cancelaciones a los proveedores.

Los alarma confirmar que la última huelga nacional de los bancarios (el pasado miércoles) les retrasó 24 horas el ingreso de 100 millones de pesos por transferencias nacionales o cobranzas provinciales.

Los alivia haber recibido los 150 millones de pesos del acuerdo con YPF por regalías adeudadas. Se esperanzan en que -finalmente esta semana- la Nación termine de definir la fecha de colocación del nuevo bono mendocino (hasta 800 millones de pesos) luego de que -el miércoles pasado- la Casa Rosada emitió su Bonar por 983 millones, a dólar link y tasa del 1,75 por ciento anual a dos años.

Les permite respirar la extensión hasta el 31 de diciembre del acuerdo de desendeudamiento con la Nación que les evita una sangría adicional de recursos.

Y -para un caso de emergencia- no dejan de contemplar la posibilidad de echar mano al recurso (caro) de última instancia del descubierto en el Banco Nación, ya ampliado hasta los 600 millones de pesos.

Los detalles
Para terminar el año, Pérez y Gantus deben atender aún el pago de las tres nóminas salariales y el medio aguinaldo del último trimestre para lo cual necesitarán 4.500 millones de pesos incluidos los salarios y los aportes  patronales.

Además, entre el actual y los próximos dos meses, deberán transferir a los municipios unos 1.200 millones de pesos más, principalmente por participación comunal.

Ya esta semana le pagaron a los intendentes 10 millones de pesos correspondientes al 'canon extraordinario de producción' hasta el mes de julio, la parte que les corresponde del aporte de las petroleras a la extensión de las concesiones dispuesta por el ex gobernador Celso Jaque.

Los números no terminan allí. Deberán juntar también 1.200 millones de pesos para cancelar los pagos mensuales de 400 millones de pesos a proveedores para poder mantener la deuda flotante sin crecimiento en torno a los 800 millones de pesos.

Y en materia de vencimientos de deuda en el último trimestre deberán pagar los 164 millones de la Letra que venció esta semana y fue prorrogada hasta el 22 de diciembre; la segunda letra por 46 millones de pesos que vencerá en noviembre (y que intentarán no prorrogar) más los intereses que generen (2,2 por ciento mensual), es decir, poco menos de 5 millones de pesos.

También tendrán que pagar los intereses de los Bonos 2016 (en noviembre) y 2018 (en diciembre) -ambos emitidos el año pasado por el propio Pérez- que se llevarán unos 15 millones de pesos.

A lo que hay que sumar los pagos mensuales por 23 millones de pesos al Credit Suisse. Finalmente, en materia de servicios se irán además unos 600 millones de pesos más.

Para ello cuentan con una estimación de recursos corrientes de 7 mil millones de pesos, siempre y cuando el mes de diciembre registre un movimiento similar al de octubre y noviembre lo que -en la práctica- nunca ha sucedido con anterioridad.

Diciembre, un mes clave

Generalmente el último mes del año es el que aporta los mayores recursos mensuales del ejercicio fiscal por Ingresos Brutos, Sellos y regímenes especiales nacionales y el segundo en regalías, coparticipación federal, inmobiliario y automotor.

Pero también es el que registra la mayor cantidad de gastos de personal, servicios, transferencias a los municipios, compra de bienes de capital (hasta diez veces más que cualquier otro mes), trabajos públicos y aún de intereses y gastos de la deuda.

El año pasado los ingresos totales de diciembre superaron por un 21 por ciento al mejor mes de ese año (julio), mientras que los egresos totales crecieron un 82 por ciento con relación al mes de mayores erogaciones (junio).

Por lo tanto diciembre del año pasado dejó un déficit mensual un 400% superior al del mes anterior con mayor rojo, el de junio. Diciembre de 2013 terminó generando un rojo incluso 9 por ciento superior al acumulado durante todo el año y pulverizó el pequeño superávit que mostraban hasta noviembre los números de la ejecución presupuestaria.

El año pasado diciembre dejó un déficit de 1.589 millones de pesos y todo 2013 arrojó un rojo de 1.427 millones sobre un déficit votado de 966 millones de pesos.

“Este año no tiene por qué pasar esto. Diciembre 2014 debe ser igual que los otros meses porque venimos gastando en función de lo recaudado”, asegura confiado el ministro Gantus. Y abre una expectativa que se cerrará recién cuando el cierre del último mes del año lo confirme o desmienta.

Es que si diciembre de este año llega a registrar un crecimiento en los egresos del 82% sobre los del mes anterior con mayores gastos (junio con 2.800 millones) se produciría un egreso por 5.100 millones de pesos que rompería todos los equilibrios presupuestarios y haría explotar “el déficit operativo cero” con el que intenta moverse el Gobierno.

Ello sucedería aún si los ingresos de diciembre (como otros años) crecieran un 21 por ciento por encima del mejor mes anterior (julio 2.245 millones) llevando los recursos por sobre los 2.700 millones de pesos.

En este caso el déficit operativo anual superaría los 2.000 millones de pesos, lo que triplicaría al autorizado por la Legislatura.