El Globo espera por Tito

Mientras la dirigencia y el cuerpo técnico de Huracán aseguran que la llegada de Rubén Ramírez está casi definida, el jugador puso paños fríos a la situación porque tiene que solucionar situaciones familiares antes de darle el si al Globo.

En el cuento "Esperándolo a Tito" de Eduardo Sacheri, un grupo de amigos espera de uno de la "banda" que logró triunfar en el fútbol como el refuerzo estrella para que el historial, con los de la otra cuadra, no pase a favor de "ellos".

En el caso de Huracán pasa algo parecido con la llegada de Rubén "Tito" Ramírez quien llegaría para reforzar  un grupo que tiene ganas de pelear arriba y que con su presencia potenciaría a todo un plantel. Sería la frutilla del postre de este mercado de pases del Federal A.

Si bien todos en Las Heras  están entusiasmados con la llegada del ex jugador de Guillermo Brown de Puerto Madryn, el jugador todavía no está muy convencido porque tiene que solucionar situaciones familiares que complicarían su desembarco en el Globo.

Ramírez llega proveniente de Brown de Puerto Madryn, donde jugó 15 partidos y convirtió 3 goles. Siempre fue suplente de Tobías Figueroa, una de las revelaciones de la Primera B Nacional.

Mientras que desde el entorno del cuerpo técnico aseguraron que la llegada de Ramírez está encaminada, sólo faltan detalles para que se concrete la operación. El posible arribo del oriundo de Margarita, Santa Fe, es gracias a la gran relación que Esteban Fuertes mantiene con el delantero, ya que fueron compañeros en Colón.

Desde la dirigencia del Globo aseguran que hablaron con el jugador y que si logra solucionar algunos temas familiares estaría llegando la semana que viene, ya que hay un acuerdo con la parte económica y habitacional.

De todas maneras, en esta historia faltaba la palabra del protagonista, quien no quiso hablar: "No tengo nada de Huracán. Si llego a firmar voy a hablar, sino no", aseguró el ex goleador de Godoy Cruz cuando se intentó tocar el tema.

Si Huracán concreta el arribo de “Tito”, sumaría un jugador de trayectoria y jerarquía para darle otro vuelo a la institución y meterse de lleno en la pelea por clasificar.

Como pasó en el cuento, la mayoría de los muchachos de Huracán espían por encima del paredón del campito, esperando ver la silueta de “Tito” acercarse al General San Martín.

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