Alejandro Vanoli desembarcó ayer en el Banco Central y los mercados lo recibieron con pesimismo. Los inversores le dieron la bienvenida al flamante titular de la autoridad monetaria con una brusca caída del 7,1% en la Bolsa porteña. Vanoli inauguró su gestión bajando el dólar: el billete oficial se desinfló un centavo a $ 8,47 y el BCRA compró US$ 30 millones.
Vanoli entró en acción a primera hora de la mañana. Tuvo una extensa reunión con Cristina de Kirchner y Axel Kicillof en Olivos. Recibió las instrucciones de cómo comandar el directorio, en la que faltaría una pieza clave: Cosme Juan Carlos Belmonte, el superintendente de Entidades Financieras y Cambiarias del Banco Central que asumió de la mano del ex presidente del BCRA.
Curiosamente, mientras Cristina enardecía públicamente en contra del renunciado Fábrega y de los bancos por el manejo de información privilegiada y las fallas en los controles de operaciones financieras para hacerse de dólares (contado con liqui), Belmonte se tomó un vuelo a Nueva York.
Mientras tanto, Kicillof aterrizará en la mesa de dinero del Banco Central. Allí el ministro planea poner a uno de sus hombres de confianza que estará vigilado bajo la mirada atenta del viceministro de Economía Emannuel Alvarez Agis. Vanoli tendrá poco margen para tomar decisiones.
El nuevo presidente de la autoridad monetaria arribó ayer al BCRA poco antes de las 15 con la orden de comprar divisas (ayer fueron unos US$ 30 millones) y el dólar bajó un centavo. Vanoli llegó de Olivos con el mensaje de cuidar las reservas (hoy se concretará el pago de intereses del Boden 2015 por US$ 200 millones) y desactivar operaciones que pudieran generar expectativas devaluatorias. En el mercado corrió el aviso: se viene una caza de brujas. Hasta el propio Fábrega, en menos de 24 horas, se convirtió en un investigado por la justicia.
Kicillof instruyó a Vanoli en bajar a la realidad las amenazas que la presidenta lanzó el martes cuando advirtió que habría sanciones para aquellos que realizaran operaciones sospechosas con contado con liqui. Por eso Vanoli, que aún no tiene un reemplazante en la Comisión Nacional de Valores (CNV) -crece fuerte el nombre de Karina Bermúdez, alfil de su equipo- ordenó ayer activar la suspensión por 48 horas a Mariva Bursátil.
La city porteña tomó nota del mensaje. Las acciones de empresas argentinas se desplomaron también en Wall Steet. Las cuevas cerraron sus persianas al público y sólo operaron con clientes de confianza y con operaciones pactadas con anterioridad. Hasta los arbolitos desaparecieron.
El paralelo cayó levemente a $ 15,60. También se paralizaron las operaciones de contado con liqui. El billete que surge de la compra de bonos nominados en moneda estadounidense para su posterior venta en Wall Street se desplomó 45 centavos a $ 13,91.
“Pero no hay que tomar esos valores de referencia porque ayer el mercado estuvo freezado”, explicó un operador de la mesa de dinero de un banco. El mayor temor del sector es que Vanoli ahora tenga el respaldo político para aplicar la ley de mercado de capitales gracias a la cual podría saber qué empresas compran dólares mediante contado con liqui y de intervenir en los directorios de empresas cotizantes en Bolsa, entre otras atribuciones.
Los ahorristas, en cambio, se manifestaron frente a los cambios en el BCRA comprando dólar ahorro. Hubo boom de clientes en las sucursales y, casualmente, el sistema colapsó hacia el mediodía y en varias sucursales les pedían a los clientes que reintentaran a la tarde.
Puntos de la disputa
Los cuatro puntos clave que subyacen en la disputa entre Axel Kicillof y Juan Carlos Fábrega fueron:
1. Tasa de interés
Luego de la devaluación de enero, el titular del Banco Central impulsó una fuerte suba de la tasa de interés para desalentar una mayor presión sobre el dólar. Logrado transitoriamente ese objetivo, el equipo económico empezó a plantear la necesidad de reducir la tasa de interés para abaratar el crédito y por esa vía compensar la caída de la actividad económica. Fábrega accedió a ir reduciendo la tasa, aunque en varias ocasiones manifestó su desacuerdo con el argumento de que los pesos sobrantes no irían ni al consumo ni a la inversión sino a la compra de dólares.
2. Asistencia al Tesoro
El BCRA es el principal y casi único financiador del Tesoro, tanto en pesos -para cubrir el mayor gasto y el mayor déficit- como en dólares para cancelar los vencimientos de la deuda. Fábrega planteó la necesidad de ir desacelerando esas "ayudas" por su impacto en una mayor inflación. Según Economía, esto implicaba un "ajuste" del gasto con su consecuencia, una mayor recesión.
3. Ritmo de devaluación
Luego de la devaluación de enero, el BCRA impulsó minidevaluaciones periódicas del peso en la perspectiva de que convergiera con una inflación en desaceleración. Con un piso inflacionario del 2% mensual, se fue instalando en el mercado la imposibilidad de una política cambiaria gradualista. El aumento de la brecha del dólar blue con el oficial reinstaló el debate sobre el tipo de cambio, que recibió una contundente respuesta desde la Casa Rosada: no repetir la experiencia de enero.
4. Dólares para importaciones
El "racionamiento" de divisas llevó a que muchas industrias no pudieran mantener sus líneas de producción, llevando a suspensiones del personal. En ese contexto, Economía deslizó que funcionarios del BCRA habían sugerido a los importadores que cancelaran compras del exterior a través del dólar bolsa. La disputa llevó a que se fijaran cupos de importación por sectores.